El mercado financiero atraviesa un clima de euforia. Las acciones argentinas en Estados Unidos registraron incrementos de más del 10 por ciento por segunda jornada consecutiva. Las presiones cambiarias bajaron sensiblemente. El dólar se ubicó en 44,87 por ciento y marcó una merma de 2,3 por ciento (1 peso con 7 centavos). El tipo de cambio mayorista registró una disminución idéntica y finalizó en 43,67 pesos. Los bonos fueron otro de los activos locales con buena performance. Se anotaron subas de hasta 4 por ciento. Esta semana el alza de los precios en la bolsa porteña fue notable. Le permitió a algunas empresas acumular incrementos de más del 25 por ciento en moneda extranjera. Tenaris fue una de las pocas firmas que en la jornada de ayer marcaron caídas. Los dueños de la empresa adelantaron que buscarán retirar sus acciones de la bolsa porteña y aguaron un poco el festejo (ver aparte).

El rebote bursátil y de los bonos en los últimos días no tiene una explicación en el cambio de los fundamentos de la economía. Los problemas estructurales del mercado interno no se resolvieron e incluso continúan mostrando una situación de deterioro. Los operadores del mercado justificaron el salto de los activos a partir de los anuncios políticos. El Gobierno definió la fórmula presidencial con la que intentará renovar su gestión en octubre y las encuestas indicarían que en junio hubo un cambio en la caída de imagen del presidente Mauricio Macri.

La relativa estabilidad del tipo de cambio fue uno de los elementos que colaboró en las últimas semanas para cambiar las expectativas financieras. El principal problema que observan los consultores es que el efecto no puede sostenerse con el correr de los meses. La inflación avanza a un ritmo del 56 por ciento interanual y las tasas de interés en pesos se mantienen en torno del 70 por ciento. La situación no es compatible con un dólar quieto en forma persistente. Los inversores conocen los antecedentes del mercado argentino y el resultado de períodos de alta ganancia por inversiones a tasa de interés en moneda local termina siendo un ajuste fuerte del tipo de cambio. La pregunta del millón es si ocurrirá antes o después de las elecciones de octubre.

Los aumentos en la Bolsa, mientras tanto, mantienen en estado de euforia al mercado. El panel de acciones principales cuenta con 20 empresas. La única que bajó fue el Banco Francés (-0,7 por ciento). El resto registraron importantes incrementos que en algunos casos fueron de casi 15 por ciento. El índice S&P Merval alcanzó un nuevo record al subir 6,7 por ciento y alcanzar los 40.930 puntos. Las empresas de energía fueron algunas de las que más avanzaron. Se destacó la expansión de 11,9 por ciento de Pampa Energía y del 6,5 por ciento de Edenor. Los bancos también computaron una importa suba. El Grupo Financiero Galicia cerró con un avance de 10,9 por ciento, al tiempo que Banco Macro marcó un aumento de 10,3 por ciento y Supervielle, de 5,4. Las ganancias de los bancos este año ya acumulan entre 30 y 50 por ciento en dólares.

Los bonos registraron incrementos de precios a lo largo de toda la curva de vencimiento. Los de corto y mediano plazo, como el Bonar 2020 y Bonar 2024, subieron entre 1,6 y 3,0 por ciento. Los títulos públicos con mayor plazo anotaron incrementos mayores. Sobresalió el aumento de 3,1 por ciento del Argentina 2037 y de 3,2 por ciento del Par en moneda extranjera. El Discount en dólares a 2033 cerró con una suba de 2,2 por ciento. De este modo el riesgo país finalizó en 853 unidades y anotó una baja de 160 unidades respecto al pico anotado en la primera semana de junio. El rebote de los títulos públicos fue fuerte en la última semana.

Las reservas internacionales volvieron a bajar 84 millones de dólares y finalizaron en 64.677 millones. El Central bajó la tasa de las Leliq a 67,97 por ciento, contra el 68,89 anterior. La autoridad monetaria le prometió a los bancos mantener todo junio una tasa de Leliq superior al 62 por ciento, lo que les permite a las entidades financieras registrar una rentabilidad extraordinaria en letras de corto plazo. La capacidad de continuar con este esquema de bicicleta financiera parece limitada.