Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Las 12

ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
09 DICIEMBRE 2001








 BUENA MONEDA
Por ALFREDO ZAIAT


El Plan Austral

Los nombres, en general, significan mucho más que la simple marca de identificación de una persona. También dice mucho la denominación que se emplea para un plan estratégico de una empresa, un programa económico o una mesa de concertación política. A veces los nombres condicionan el tránsito por la vida de las personas, para bien o para mal. En cuestiones económicas o políticas, la elección de un título a un proyecto resulta afortunado y en otros casos, finalmente, un padecimiento o una predicción. ¿Cuál habrá sido el proceso que llevó el ejecutivo español del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria –en Argentina, BBVA Francés– para la elección del nombre del plan para prevenir el impacto de una devaluación del peso sobre las finanzas de la entidad? Difícil saberlo a la distancia, pero seguramente debe ignorar la asociación inmediata que produciría el título que escogió con acontecimientos de la historia económica reciente. No tuvo mejor idea que denominar Plan Austral a la estrategia aprobada por el directorio del banco español para cubrirse ante el estallido de la paridad 1 a 1. No ha sido muy oportuna esa selección. O, en todo caso, puede ser que, simplemente, haya sido reflejo del desencanto hispano. El Austral, en 1985, nació, como la convertibilidad, con la esperanza de un horizonte de bonanza para la economía argentina. Los sucesivos tropiezos con el australito, australito II y Primavera tuvieron como desenlace el fatídico 6 de febrero de 1989, cuando explotó ese experimento económico y desembocó en la hiperinflación. Ahora, le toca el turno a la convertibilidad
La gran banca española, el Santander Central Hispano –en Argentina, Banco Río– y el BBVA, apostó muy fuerte durante los 90 en Latinoamérica. El primero ha invertido unos 16 mil millones de dólares en la región, con presencia en doce países. El otro, desembolsó 7200 millones para operar en ocho plazas. Cada uno ha creado fondos especiales de 400 a 800 millones de dólares para socorrer a sus filiales latinoamericanas ante un eventual estallido argentino. Precisamente, el Plan Austral del BBVA tiene reservas por 53 millones de dólares con el objetivo de amortiguar en parte la explosión de la convertibilidad. ¿Alcanzará? El Austral tiene como objetivo generar liquidez y cobertura. O sea, una política ultraconservadora, con reducción de cartera crediticia, aumento de previsiones por morosidad y disponibilidad inmediata de fondos. Todas medidas que profundizan la crisis. Tanto el SCH como el BBVA han estimado el impacto de una devaluación sobre sus ganancias en la Argentina: ambos coincidieron con que registrarían un quebranto equivalente a casi dos años de beneficios. En los primeros nueve meses de este año, el Santander Río acumuló una ganancia de 108 millones de dólares, mientras que el BBVA Francés contabilizó una utilidad de 93 millones.
Esas dos entidades son las extranjeras más importantes que operan en la plaza local. Ocupan el puesto 4 y 5 en el ranking del sistema, detrás de los dos bancos públicos Nación y Provincia de Buenos Aires y del más grande privado nacional, el Galicia. No es un hecho menor que los dos bancos extranjeros más poderosos, que en conjunto reúnen el 16 por ciento del total de depósitos, no sólo hayan estudiado un escenario de catástrofe, sino que ya hayan constituido sus fondos de socorro inmediato a sus filiales.
En definitiva, el proceso para empezar a aplicar el Plan Austral se ha iniciado. La primera D (Depósitos congelados) ya castigó a ahorristas. La segunda en brotar es cuestión de días: Default, el incumplimiento en el pago de la deuda de los bonos luego de terminado el canje local. Por delante quedan las otras D, aunque sin un tránsito claro de cómo será el orden de aparición. Y no resultará indiferente a la economía la forma en que se produzca la sucesión de las D que se vienen. Al violarse contratos económicos básicos, como el de la libre disponibilidad de los depósitos,se perdió la virginidad. A partir de ahora, aunque parezca paradójico, se abren más opciones de política económica. El abanico de alternativas se ha abierto, aunque todas dolorosas. Dependiendo de la elección que se haga se podrá saber si ese dolor sirve para salir del pozo o para seguir en la ciénaga.