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Jueves 15 de Febrero de 2001

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Dignidad tapada

La increíble historia de las mujeres en Afganistán

”La mayoría de los refugiados son viudas, mujeres que han perdido a todos los hombres de su familia en la guerra, y que ahora, con los taliban, no pueden trabajar y ni siquiera salir a la calle. Ellas y sus hijos se mueren de hambre. El único recurso que les queda es pedir limosna en las calles... Pero si salen a mendigar, siempre corren el riesgo de que un taliban las azote con el látigo. Aunque aquellas mujeres me decían que el dolor físico de los golpes es lo de menos, lo terrible e insoportable para ellas es la humillación: porque, además de pegarles, los taliban las insultan de la manera más terrible, les gritan, las vejan. Aun así, casi todas ellas salen a mendigar, porque no tienen otra opción. Eso o prostituirse. Y los niños salen a rebuscar en la basura. Muchas de esas mendigas cubiertas con la burka fueron antes mujeres universitarias, profesionales. Una profesora de cuarenta y pico de años me contó que un día iba por la calle y no podía respirar bien, porque la burka es muy sofocante; de manera que se levantó la parte de adelante. Entonces se cruzó con un taliban muy joven, un muchacho de unos 17 años que hubiera podido ser su hijo, y el chico se abalanzó sobre ella y empezó a insultarla de la manera más bárbara. La mujer se indignó, no pudo soportar que un mocoso la tratara así, y lo que hizo fue quitarse la burka del todo y arrojársela. Fue muy valiente.”
El relato pertenece a una mujer afgana, cuyo nombre no fue dado a conocer por razones de seguridad, integrante de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán, grupo opositor al régimen fundamentalista que gobierna Afganistán desde el retiro de las tropas soviéticas. Esta entrevista apareció publicada en la revista del domingo del diario español El País y revela, en parte, el increíble estado de cosas que sucede en aquel lejano y bien extraño país asiático. No es lectura de verano, fácil y divertida, pero...


Se estrena No quiero volver a casa

Argentinos, que no es poco

No está Suar, ni Pergolini, ni otro “productor joven y exitoso” detrás. Es, apenas, el esfuerzo individual de una chica que estudió cine y se gastó todo lo que tenía –antes que en una casa, un viaje o en vivir, simplemente– para hacer una película. No quiero volver a casa, opera prima de miss Albertina Carri, se estrena este jueves en cines porteños y permite acceder a una nueva mirada sobre el estado de las cosas de la Argentina entre siglos. Un homicidio, dos familias de diferentes clases sociales, personajes que hacen como si esquivaran la cámara, parentescos cruzados, blanco y negro, cine en movimiento. No hay juicios morales ni escenas espectaculares, tampoco persecuciones. Diálogos, los mínimos indispensables. Una cámara móvil, pero no nerviosa, que se mete en el mundo de estos argentinos tipo, algunos resignados, otros desesperados; y retrata cómo hacen para cargar con sus vidas cada día. Una manera de acercarse a una realidad que no aparece en Crónica TV ni en “Telenoche”. Ni siquiera en una canción de Los Caballeros de la Quema. Esto es otra cosa, ya verás.



Los mejores amigos
(del perro y del hombre)

¿Viste Pollitos en fuga? Estás a tiempo, porque realmente vale la pena. Pues bien, como suele suceder con esos discos de bandas que explotan y detrás de sí traen una retrospectiva de su carrera anterior, algo así puede decirse que sucede con el genial Nick Park. Licenciado en artes y comunicación en Sheffield, Inglaterra, director de cortometrajes de animación, el tal Nick saltó a la fama con tres cortos, A Grand Day Out, The Wrong Trousers y A Close Shave. Historias fantásticas y de tan fantásticas más reales que lo real, protagonizadas por una inefable pareja hombre-perro. Wallace es el “amo”, algo torpe pero lleno de buenas intenciones, un hombre común. Grommit es el “pichicho”, inteligente y lector de El Capital de Marx, un perro intelectual. Juntos, en los tres cortos, viajan al espacio, se enemistan por un cumpleaños olvidado y destruyen una red de tráfico de animales. Superhéroes de entrecasa, hacen reír, pensar y también emocionarse. Este domingo, el canal Locomotion (una señal esquiva para el cable, todavía) pondrá en el aire las tres películas, a partir de las 20. Verlas, si todavía no lo hiciste, debería ser uno de tus grandes objetivos del fin de semana. En serio.

 

 

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