Aunque la inflación alcanzó niveles que no se observaban desde 1991, el ex banquero central, Federico Sturzenegger, aventuró que "podríamos llegar al final del año con una tasa de inflación mensual de alrededor del 1 por ciento". El desplazado funcionario que se había propuesto terminar 2018 con aumentos de precios del orden del 10 por ciento, ahora asegura que "el proceso de desinflación será sustancial, rápido y más fuerte de lo que nadie espera". Desde que fue despedido del Banco Central por el presidente Macri, el economista ultraortodoxo se desempeña en un fondo de inversión neoyorquino, llamado Latus View.

"Los precios de Argentina podrían bajar rápidamente, dice un hombre que no los pudo domar", fue el tituló de Bloomberg para difundir la breve conversación con el economista que no logró "desinflar" los precios, el único objetivo establecido durante su gestión en la autoridad monetaria y cambiaria.

El IPC cerró 2018 con un alza del 46,7 por ciento, más de tres veces por encima de la meta revisada del 15 por ciento que se impuso el ex presidente del BCRA antes de ser reemplazado. El indicador difundido la semana pasada marcó en mayor un aumento del 3,1 por ciento frente a abril. Con esos registros el IPC (Indice de Precios al Consumidor) alcanzó un incremento interanual del 57,3 por ciento, su nivel más alto desde 1991. 

Desde Nueva York, Sturzenegger consideró que sus errores radican en un exceso de optimismo con la marcha de la economía hacia fines del anteaño pasado, mejora que solo observaba el funcionario. "Quizás bajé un poco la guardia a fines de 2017. Pensé que la economía iba bien, que el proceso de desinflación iba bien", señaló.

Desde su perspectiva, las causas de la corrida y la profundización de la crisis fueron externas y, por lo tanto, ajenas al esquema de política económica que lo tuvo como protagonista desde diciembre de 2015. Durante la entrevista Sturzenegger explicó que el éxito en la reducción de la inflación responderá a la existencia de una "consolidación fiscal considerable", un eufemismo para referirse al programa de austeridad que hasta ahora solo logró profundizar la recesión.