Entre tantos escándalos y denuncias de temas relacionados con el racismo y la discriminación, la televisión argentina no podía dejar de lado su humor hiriente y humillante a costillas de comunidades discriminadas, marginadas e invisibilizadas. Como de costumbre en el humor NEGRO, otra expresión mal usada por las personas para distinguir un humor de mal gusto. Esta vez se dio en el programa de Rabonushka, donde hay un personaje con la cara pintada de negro, una mota considerable y claramente extranjero, “porque no se puede ser negro y argentino”. 

Nosotros, los afrodescendientes, sufrimos diariamente diversos tipos de discriminación ya que somos invisibilizados desde la historia oficial hasta la actualidad y somos extranjerizados constantemente por ese tan bien impuesto mito de que no hay negros en Argentina.

Desde los libros los afrodescendientes somos borrados. Sin ir más lejos, en Argentina, a nuestros niños desde el jardín les enseñamos que las negras vendían pastelitos y empanadas y los negros eran veleros y aguateros. Es hora que dejemos de pintar a nuestros chicos con corcho y aprovechemos las fiestas patrias para hablar de María Remedios del Valle, MUJER NEGRA quien fue militar y mano derecha del General Manuel Belgrano en las batallas por la independencia Argentina y llamada por este último madre de la patria. Sí, para Belgrano y sus soldados, la madre de la patria era NEGRA. Pero para para nuestros hijos, la negra, vendía empanadas. 

Así es como desde la educación nos van quitando la importancia y el lugar que ocupamos y merecemos, desde los medios de comunicación (así como en el programa de Rabonushka) y publicidades se encargan de repetir estas prácticas ridiculizantes, indignantes y naturalizarlas para toda la sociedad. A los afrodescendientes se nos terminan asignando cualidades que un negro debe tener ‘’por defecto’’ como saber bailar, tocar el tambor, tener grandes rasgos, hombres bien dotados y mujeres sensuales, de grandes curvas. Donde si no cumplís con alguna de ellas sos ‘’un negro trucho’’

Para comprender un poco lo que es el blackface y porque esta práctica es racista. Debemos remontarnos a los espectáculos de juglares de mediados del siglo XIX. Los actores blancos oscurecían su piel con esmalte y corcho, se ponían ropas rotas y andrajosas y exageraban sus rasgos para lucir estereotipadamente “negros”. Estos actores imitaban a esclavizados africanos en las plantaciones y mostraba a los negros perezosos, ignorantes, cobardes o hipersexuales. Las actuaciones estaban destinadas a ser graciosas para el público blanco, pero para la comunidad negra, eran y todavía  son  degradantes e hirientes.

Hoy en día esto está muy naturalizado y realizado en Argentina, tanto en actos escolares, como seguramente será este nueve de julio, donde miles de nenes lucirán sus caritas con corcho siendo víctimas del desconocimiento de sus padres y un sistema educativo reproductor de estas prácticas racistas, como en la televisión,los teatros  y otros lugares de entretenimiento 

Sabiendo esto y comparando el blackface de aquellos tiempos con los actuales nos damos cuenta que el fin sigue siendo el mismo, ridiculizarnos y seguir encasillándonos en los lugares de la sociedad que debemos ocupar. Pero como se lo hace con humor y con desconocimiento está “justificado” . Desde la Comisión del 8 de noviembre se han realizado campañas instando a que no se sigan perpetuando estas prácticas que estereotipan y reducen nuestra participación en la historia a vendedores ambulantes y trabajadores domésticos. Solicitándole también tanto al Estado Argentino, como a las instituciones educativas, principales responsables de naturalizar estas prácticas y propagarlas, que en los actos escolares se busque la verdadera reivindicación de los afro en la historia.

El comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, en las observaciones finales del 2016,  mostró su preocupación ante la discriminación estructural, la invisibilización, la falta de políticas públicas y a accesos básicos de nuestras comunidades y recomendó al Estado, que adopte políticas integrales de lucha contra el racismo y la discriminación racial, la reducción de los altos niveles de pobreza, como así también adopción de medidas y acciones afirmativas para erradicar la discriminación estructural y la recopilación de datos estadísticos fiables, completos y actualizados sobre nuestras comunidades, entre otros.