Mientras Emilio Monzó mantiene silencio tras las acusaciones y el brutal cierre de listas que lo dejó prácticamente afuera el oficialismo, desde el kirchnerismo siguen enviándole buenas vibras. Primero fue Alberto Fernández el que recordó anécdotas de cuando Monzó fue su alumno y se sacó un 10, y dijo que era "un hombre de la política". Hoy se sumó el jefe del bloque kirchnerista de Diputados, Agustín Rossi, que fue mucho más explícito: "Monzó tiene las puertas abiertas para volver al peronismo", aseguró. Si bien cerca del presidente de la Cámara baja habían admitido a PáginaI12 contactos con todos los sectores del peronismo, incluso los que responden a Alberto Fernández, ayer otro dirigente de confianza sostuvo que Monzó no tomará ninguna decisión hasta diciembre, pese a que existe una indisimulable buena onda con los peronistas.

Rossi fue muy explícito cuando le preguntaron sobre el destino del presidente de la Cámara baja: “Sobre Monzó se han tejido muchas especulaciones. Es un dirigente que estuvo en el armado inicial del macrismo, pero también que nunca ocultó su pertenencia al peronismo”, destacó. E hizo un llamado abierto a que se integre al espacio, como también lo hizo hacia Consenso Federal: “Me gustaría que se sumen todos los que tienen voluntad de construir. El mismo Lavagna tiene mucho que aportar”.

Así, se sumó a Alberto Fernández, quien había recordado una anécdota de cuando Monzó estuvo por dejar la carrera de Abogacía por malas notas hasta que se topó con Fernández y se sacó un diez. "¡Le salvé la carrera a Monzó!", concluyó entre risas Fernández, quien aclaró que habla "periódicamente" con Monzó, pero no en forma constante. Y dejó un signo de pregunta sobre si coincidirían en las mismas ideas como para integrar un espacio común.

Monzó, hasta ahora, no retribuyó públicamente la buena sintonía. Mantiene silencio desde la semana pasada, cuando en plena sesión de Diputados felicitó a cinco peronistas por haber triunfado sobre Cambiemos en elecciones provinciales. El gesto generó ovaciones desde el bloque peronista y miradas de asombro desde el oficialismo. Días después, Monzó fue atacado por Elisa Carrió, quien lo acusó de haber orquestado una conspiración con dirigentes peronistas para romper la alianza Cambiemos. El dirigente que mencionó la diputada, Julián Domínguez, la desminitió. Y desde el espacio de Monzó, salió el jefe de bloque del PRO en Diputados, Nicolás Massot, a cuestionarla. Sostuvo que "miente, desvaría y extorsiona al Gobierno". Y aseguró que muchos en el oficialismo le temen y por eso no salen a contestarle.

Massot es uno de los dirigentes de confianza de Monzó que también tiene destino de salida: si nada cambia, piensa dejar el país para ir a estudiar con una beca en Yale. El mismo camino seguirán seguramente todos los dirigentes de su espacio que fueron excluidos uno por uno de las listas por la lapicera de la gobernadora bonarense María Eugenia Vidal y del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Monzó tuvo una última reunión con la gobernadora que terminó muy mal, luego de que le negara todos los lugares que pedía. En su entorno, indican que hubo intención de humillarlo.

Por eso, en un contexto en el que el oficialismo no parece hacer demasiados esfuerzos por retener a Monzó, comenzaron a sonar los llamados del peronismo, tanto en privado como el público. Un dirigente de confianza del presidente de la Cámara baja admitió que "hay buena onda, pero no nos vamos a correr de donde estamos". "Hasta diciembre vamos a seguir donde estamos y cumplir nuestro rol institucional. A eso se comprometió Emilio. Y en diciembre veremos si arrancará otra historia".

Con quiénes será es otra historia, todavía esta por verse. Por el momento, Monzó solo dice a sus cercanos que tiene pensado ponerse una consultora para el 2020 y que se ve exclusivamente en el llano, luego de su decisión de no renovar la banca en diputados. Por toda respuesta, Mauricio Macri colocó a Cristian Ritondo a la cabeza de las listas en la provincia para reemplazarlo.