La violencia sexual es el segundo delito menos denunciado, después de los pedidos de sobornos, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Victimización, publicada en 2017. Solo el 12,6 por ciento de quienes dicen haber sufrido ese tipo de delitos manifestó que hizo la denuncia. Sin embargo, en la justicia se viene observando en los últimos años --probablemente empujado por movimientos como el Ni Una Menos y otros que se fueron gestando al calor del reflorecimiento de los feminismos-- un significativo aumento de casos denunciados. En 2018, en la provincia de Buenos Aires, se iniciaron 1.545 IPP --Investigación Penal Preparatoria-- sobre abuso sexual con acceso carnal --violación-- y 15.958 sobre otros delitos contra la integridad sexual, lo que significa un 15,6 por ciento y un 29,8 por ciento más IPP en relación al 2017, respectivamente, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio Público bonaerense. Si se analizan los delitos denunciados en procesos penales de “Violencia Familiar y/o de Género”, en 2018 el territorio bonaerense el abuso sexual representó el 4,7 por ciento del total, mientras que en 2017 esos delitos, fueron el 3,3 por ciento y en 2016, el 2,7 por ciento.

En la provincia de Buenos Aires, desde 2015 se ve un aumento sustancial en el total de causas por “Violencia Familiar y/o de género” (de 67685 en el año del primer Ni Una Menos a 116.534 en 2018). Esto podría deberse --analizan en el área de estadísticas del Ministerio Público-- al incremento de casos, a la mayor cantidad de denuncias y a la mejora en la registración. Pero si se miran las categorías de los delitos más significativos, en general las “amenazas”, “lesiones” y “daños” han mantenido, más o menos sus porcentajes, mientras que en los delitos “sexuales” y la “desobediencia” se observa una tendencia de aumento año a año. Del mismo modo que se registra una tendencia creciente de IPP por abuso sexual. Lo que probablemente esté vinculado a que quienes han sufrido situaciones de violencia sexual cada vez se estén animando más a denunciar. Habrá que esperar a la próxima Encuesta Nacional de Victimización para analizar si hubo algún cambio relevante en ese sentido.