“Algunas historias no quieren ser contadas. Algunas historias te comen por dentro”, suelta un personaje a poco de comenzar I am the night (estreno de TNT series este lunes a las 23.30). La miniserie de seis episodios conjuga el contexto de los ’60 en unos Estados Unidos donde aún late fuerte la segregación racial, el molde del policial negro, el caso real de una mujer que quiso indagar sobre sus orígenes y el eco de un asesinato mítico para el universo hollywoodense como el de la Dalia Negra. Elementos demasiado seductores como para que la historia no quiera ser contada.

El relato arranca en 1965 con una adolescente mestiza (India Eisley), criada por una madre afroamericana en un pueblo perdido de Nevada. “No quiero ser distinta, quiero ser normal”, se presenta la chica a la que conocen por Pat. Aunque por el color de piel lechoso y ojos claros difícilmente pueda alcanzar ese deseo. La estudiante de secundaria no encaja ni con los negros que la miran raro ni con los blancos que la discriminan. El primer descubrimiento lo haya en un certificado de nacimiento. Su verdadero nombre es Fauna Hodel y cuenta con una familia biológica que reside en otro estado. La chica se subirá a un autobús de la línea Greyhound con destino a Los Ángeles para saber más y la capital californiana la recibirá con un desaguadero de revelaciones. Fiestas libertinas, la sospecha de incesto, una madre perdida y un apellido de renombre ligado al poder no siempre por los mejores motivos.

El contrapunto queda para Jay Singletary (Chris Pine). Ex periodista estrella que se gana algunos dólares tomando fotos para los tabloides. Un desahuciado, sí, pero capaz de colarse en una morgue, esconderse en una heladera, y recibir una golpiza de los policías para obtener la imagen que le salve el día. La mala racha para este personaje, que podría haber surgido de la mente de Raymond Chandler o James Ellroy, comenzó al investigar los asuntos de un médico llamado George Hodel, el abuelito de la chica intrigada por sus orígenes. El objetivo narrativo de I am the night es hacer confluir a estos dos personajes no tan antagónicos como se supone. Ambos son parias del sueño americano.

Hay un suceso más, o mejor dicho, un halo para esta trama: el asesinato de la Dalia Negra. El recordado caso de la mujer cuyo cuerpo fue hallado diseccionado y sin vísceras, en un pastizal de la ciudad en 1947. Por su salvajismo y nula resolución, el hecho se convirtió una leyenda urbana (hasta Orson Welles, Man Ray, Woody Guthrie y Bugy Siegel fueron señalados como sospechosos) ha sido objeto de libros, documentales y varias ficciones. I am the night hurga en una de las posibles lucubraciones y deja bien bastante claro quién habría sido el homicida de la aspirante a actriz llamada Elizabeth Short.

La miniserie fue creada por Sam Sheridan y dirigida por Patty Jenkins (responsable del reboot de La Mujer Maravilla en la gran pantalla). “Hice un mapa de diferentes tópicos envueltos en esta historia. Lo más loco fue verdad o está muy cerca de ella. Combinamos el thriller y el noir para darle a la historia su pulso y ritmo narrativo”, señaló el productor de una ficción que juega a varias puntas. Poco y nada suman al entramado los diálogos expositivos aunque la puesta en escena citadina que recuerda -por sus buenos motivos- al estilo visual del pintor Edward Hopper y a clásicos como Barrio Chino y Los Ángeles al desnudo. El mayor mérito de I am the night, sin embargo, es la decisión de eliminar el cartel de la “True Story” para sumergirse en un viaje iluminado por un cartel de neón titilante.