Domingo a la tarde en Madrid y la Puerta de Alcalá, en pleno centro de la capital española, conserva restos de una nueva conmemoración del orgullo LGBTTIQ+. A metros de allí, el estudio de Juan Gatti interrumpe una sucesión de restaurantes en una calle sin salida. Tres pisos con escaleras y un jardín que bien podría ser el de un patio bonaerense de la década del 50. En el “punctum” del barrio de Salamaca, son horas de resaca: eso dice Gatti al abrir. Ayer hubo fiesta de cumpleaños en la casa de la cantante Alaska en ocasión de los 45 de su esposo, Mario Vaquerizo. Por eso, hay sólo una hora de charla pautada y un perro omnipresente. Allá y acá, el último filme de Pedro Almodóvar, “Dolor y gloria”, suma espectadores. La película protagonizada por Antonio Banderas marcó la reconciliación del artista con el cineasta, tras algo así como tres años de “divorcio” creativo, interrumpido no sin estrategia por la galerista argentina Topacio Fresh:

-Sí, nos hemos encontrado en una fiesta en lo de Topacio. Nos prepararon la cama para que nos amiguemos. Nos vimos y fue como si nunca nos hubiésemos peleado en la vida, con la misma complicidad. Pedro es divino, pero es muy negador. Ahora dice que nunca tuvimos problemas. A mí me divierte mucho trabajar con él y a él también porque soy la persona que más lo conoce. No sé muy bien lo que le gusta pero sí perfectamente lo que no le gusta.

Tu trabajo en “Dolor y gloria” es fundamental. ¿Por qué crees que el cine de Almodóvar gusta tanto en la Argentina?

Argentina se quedó colgada del camp y del kitsch y son muy revival. Hay una cosa que define el gusto argentino: lo bizarro. Y el cine de Pedro lo es.

Gatti no parece dispuesto a ampliar y la charla nos remite entonces a una entrevista de Liliana Viola en este mismo suplemento, hace dos años, en ocasión de la exhibición “Transhispania” en el Palais de Glais.

Quisiera retomar el concepto de identidad que articulaste en esa charla de 2017…

En mi época el tema de la identidad era una cosa más pura, ahora se puso de moda. Las revistas de moda como Vogue ya hacen artículos al respecto, los diseñadores hacen campañas con chicos vestidos de mujeres. Todo lo que sea visibilidad me parece bien pero hay cierto grado de frivolización. Cuando eso pasa a ser un programa de tv o portada de revista donde marcas conocidas por haber sido reaccionarias están usando eso para aumentar las ventas, es como siempre ha pasado en una sociedad de consumo, siempre se absorben. Le hace perder solidez y lo banaliza. De todas formas es mejor que pase que no pase.

¿Y en qué expresiones identitarias seguís viendo rebeldía?

Las rebeliones ya no existen: son tan absorbidas por los medios que las hacen lights. Los chicos con su espíritu millenial lo hacen para conseguir más followers y ser famosos. Yo creo que después del 68 no hubo rebeliones. Darle un carácter de rebelión o protesta es desmesurado. Claro que soy mayor, y posiblemente sufra de nostalgia. Veo una cosa acomodaticia. Ahora sale un fenómeno revolucionario y en cualquier momento tiene un programa de tv.

 

CLASICO Y MODERNO

Pienso en tu cuenta de Instagram y me resulta a priori una plataforma de inscripción. ¿Forma parte del sistema de tu obra?

Básicamente es una cuenta gay. Me gusta que sea seguida por mucha gente joven, especialmente esa corriente de gender fluid, género fluido.

 

¿Cómo ves la asociación entre grandes marcas e influencers?

Es impresionante. Conozco influencers con 2 millones de followers. Igual esa relación es para mearse. Antes no los dejaban entrar en los desfiles, ahora les mandan aviones. En mi próxima vida quiero ser influencer. Las marcas de lujo les están chupando el culo. No me indigna, me da gracia. Esas marcas que siempre miraron a las mariquitas con un desprecio absoluto, especialmente a las pobres, ahoras las malcrían y ellos se la creen. Por eso me causa gracias hablar de rebelión. En lugar de devolverles las joyas a Bulgari diciéndoles que han matado a 4 negros, se las ponen y salen como reinas. Cuando hablas de rebelión me meo. Las marcas eran muy elitistas, ahora se ponen de rodillas ante cualquier chino sudado que entra en la tienda.

Pero en el fondo, ¿las grandes marcas no murieron?

No, no sólo no murieron si no que en este momento se están vendiendo más joyas que nunca. La mayor parte de las publicidades en las revistas de moda son joyas porque hay mercados nuevos. Como mucho de los países pobres ahora son ricos, como India y Egipto, en Asia encuentran otros mercados. La gente rica cada vez es más rica y los pobres cada vez más pobres.

Hace dos años también dijiste que nunca trabajarías con una loca tapada. ¿Sigue habiendo mucha loca tapada?

Desgraciadamente ahora se destapan todas. No es justo que el armario se abra para todos (risas). Locas tapadas siempre va a haber. Después está la loca que no sabe que es loca y hay varios niveles de locas. Igual sigo sosteniendo que hay locas que mejor sigan tapadas. Te digo cuál es el tipo de loca que más me pone de los nervios: la loca yuppie burguesa, que yo le digo la loca del cerco blanco. Asume que es loca y trata de recrear la vida burguesa de los padres: tiene hijos, se compra un chalet en San Isidro. Aquí en España se da mucho. Hay del Partido Popular y de Vox. Ser loca no significa que seas fabulosa. Cuando hablamos del Orgullo, cualquier loca es orgullosa por ser loca. Yo no estoy ni orgullosa ni avergonzada por ser loca. Soy muchas cosas antes de gay pero hay muchos que por el sólo hecho de ser gays ya se justifican y se creen interesantes.

¿El concepto de Orgullo está vacío?

¿Orgullo por qué? ¿Porque sobrevivieron? Si la mayor parte de los que están vivos tiene 20 años. Esos chicos no lucharon por ser gays. Algunos han sufrido por supuesto. A esta altura del partido saquemos la cosa victimista.

¿Cómo imaginás que hay que articularse entonces?

Estoy de acuedo con festejar. Cualquier cosa que sea festiva y alegre me parece genial. Pero hay algo de la palabra orgullo que me rechina. El compromiso gay me sabe a poco. Después me parece genial que se disfracen, como algo lúdico y carnavalesco. Pero no que lo disfracen de protesta. Estuve en el Pride y todos son alemanes e italianos que vienen con una valijita con ropa de mujer que la traen para poder ponérsela aquí y tomar cerveza. Había tres locas con unos cartelitos protestando que se vieron pisoteadas por una legión de plataformas, socavadas por unas pestañas, intoxicadas por la cantidad de lentejuelas e inundadas en make up.

UNA LOCA TECHNICOLOR EN TIEMPOS GRISES

En tiempos del Instituto Di Tella, Gatti era el más joven de los jóvenes y la más pop de las grises. En ese marco, aprendió de mariconería y aprendió por oposición:

En el Di Tella las locas eran las del pop. Luego estaban las del arte concreto, a las que llamábamos “los machos sombríos” porque estaban muy en el papel de machos emborranchándose. Esas eran más mamarrachas. Con el tiempo me hice muy amigo de casi todos, pero eran locas peligrosas, se tiraban con todo. Era una época divertida. Por una lado estaban esas locas institucionalizadas, aunque todas ellas han pasado noches presas… eran locas creativas. Añoro un poco la marginación, ahora veo mucha marica hueca. Entre el Grindr y la tetera, me quedo con la tetera.

Las teteras, esos lugares de encuentro sexual entre hombres, ¿tenían un carácter más insurgente?

Había más valentía y una cosa más revolucionaria. Además hay que decir que cuando las cosas están prohibidas, son más apetitosas.

¿Probaste Grindr?

Nunca. Pero sé de qué se trata porque tengo un amigo muy grindero. La vez pasada fuimos a Segovia y prendió el grindr para ver qué había. Fue genial porque el Grindr rural me encantó. Allí dicen: si me querés encontrar búscame en la granja de Don Pepe que te chupo la pija. El urbano no me interesa nada porque está invadido de musculocas.

¿La loca hueca puede ser también el gay que busca tener siempre un solo tipo de cuerpo?

No me gusta el estereotipo, me empalaga. Luego que hagan lo que quieran. Para la musculoca prefiero a la que se viste de mujer porque fomenta la idea del macho alfa.

¿Pensás que la legalización del matrimonio igualitario tiene incidencia en estos fenómenos?

No soy amigo del matrimonio de ningún tipo. Con la visibilidad veo cosas atrasadas también. La idea de matrimonio es antigua. La torta de bodas con los muñequitos blancos que se reproducen en ellos mismo… Cuando empiezan a copiar un modelo no me gusta. Si sos loca sos moderna y deberías luchar contra esos estereotipos de felicidad, matrimonio, etc. No la historia ésta de que ahora se compran niños, en muchos casos para mostrarlos en Instagram, dejarlos con la mucama e ir a Holanda a vestirse de cuero. Cuando veo a esas parejitas en Zara Home viendo si se compran un jarrón, veo a mi madre

¿Y qué ves cuando vas a Buenos Aires?

Mucho menos estereotipos, con un poco de delay que agradezco. Allá existe el chongo, acá el chongo se viste de Gucci. Espero que no se enojen. El gay argentino tiene una cosa más viril. Es una ciudad caliente donde hay gente que se mira en la calle, hay cruzadas de deseo. Ves chicos con sus novias que te miran el bulto. Eso me gusta de Argentina todavía. Demuestra que en España no vamos por un buen camino. Yo hace una semana que estoy con una sobredosis: no puedo ver una musculosa más. La visibilidad en general me parece bien, especialmente en la disminución del bullying en las escuelas, aunque todavía existe porque los niños siguen siendo las personas más crueles del mundo. Pero los padres aceptan mejor tener un hijo gay y eso está fenómeno.

CURAS, ROCK Y OTRAS CHICAS DEL MONTON

¿A vos te costó?

No porque como estudiante era muy malo. Fui al Nazareth, me echaron. Luego a los Hermanos Maristas, de donde también me echaron. De los salesianos también salí echado. Mi madre, sin saber qué hacer, me metió en Bellas Artes como castigo y ahí empecé siendo el peor alumno y terminé como Lolita Torres siendo la mejor del colegio. Ahí ser gay no era mal visto. Bueno, en los colegios católicos la mayoría de los curas eran gays también… Eso lo discutí con Pedro Almodóvar cuando filmó “La mala educación”, porque él sí sufrió un montón. Pero nosotros en el colegio éramos unas putas terribles. 

¿Cómo es eso?

Era colegio de curas y de chicos solos. Venía el cura y nos pedía que subiéramos a acomodar los apuntes. Luego venía un compañero y decía: “Dejá que voy yo que tengo que subir una nota”. En esos colegios había un comercio de carne contra nota entre alumnos y curas bastante notorio.

¿No era vivido como abuso?

No lo sé. Tal vez me tocó el curso de las putas y en otros cursos hayan violado a chicos, cosa que condeno por supuesto. Cualquier cosa en contra de la voluntad de una persona me parece un asesinato.

Fue muy gracioso cuando me incorporé al rock argentino, que fue inventado por un grupo de homosexuales. El sello “Mandioca” eran Javier Arroyuelo, Rafael, Pedro Pujol y Jorge Álvarez. Cuando me metí a hacer las portadas de los discos me aceptaron inmediatamente. Especialmente los más terribles como Pappo. Más él que los de clase burguesa.

Como Spinetta…

Spinetta era un mataputos. Yo lo admiro, era un genio total pero tenía problemas con la homosexualidad, con la droga, con la mujer. Pero bueno... cuando Luis Alberto andaba con Mercedes Robirosa él le robaba las camisitas de encaje.

 ¿Tuviste parejas?

Ehhhh…. tema raro. Cosas cortas, raras… pero no he convivido. Básicamente soy muy obsesivo con el trabajo y le dedico demasiado tiempo. Y nunca quise meter una persona en ese circuito. Ahora estoy pensando en tener una pareja, retirarme, teñirme de celeste y dedicarme al jardín (risas).

LAS CRUELDADES INTESTINAS  

¿En serio querés retirarte?

-Sí pero no me dejan. Debí haberme retirado hace tiempo. Tengo el prototipo de Maggie Simith para la vejez y tengo que ir preparando el escenario.

¿En qué estás trabajando puntualmente ahora?

En el cartel del New York Festival, en un libro con el fotógrafo alemán Peter Lindbergh y otro con Mario Testino… pobre, a ése lo agarré de lástima, con la paliza de abusador que se está comiendo.

Juan Gatti hace una pausa y fuma. Fuma aún más. El fotógrafo peruano Mario Testino es, según él, símbolo de una época canalla: en 2018, trece asistentes y modelos alegaron contra él por acoso sexual, manoseos y masturbaciones desde mediados de los años 90.

- Testino cayó en un juego entre el Vogue América y el New York Times. A Anne Wintor, editora de Vogue, le dijeron: “Necesitamos una víctima, o Bruce Weber o Mario Testino”. Y Wintor eligió a Testino porque que es más popular. Testino me dijo que Anne Wintor hace un mes fue a verlo para decirle que si se retractaba en público y se declaraba culpable -cosa que a los americanos es lo que más le gusta- volvía a trabajar en Vogue como fotógrafo principal. Mario le dijo: “Por algo hicieron una película sobre vos que se llama ´El diablo se viste de Prada´”. Él dice que no va a confesar nada que no hizo. No tuvo nunca problemas para ligarse a un tipo, al contrario… si los modelos se le ofrecen…

¿Te gustan las series?

Soy adicto. “Pose” está muy bien. Por supuesto que lo sacaron del documental “Paris is burning” y bla bla bla… pero estamos hablando de tv.

¿Harías la dirección de arte de una serie?

Me propusieron la de “Edha” pero yo no sirvo para hacer un mismo trabajo por mucho tiempo. Y después dije: “Menos mal que no la hice”.

 

“Edha” (2018) dirigida por Daniel Burman y protagonizada por Juana Viale, fue la primera producción de Netflix en la Argentina. Ese mismo año, Gatti diseñó la imagen del filme “El Ángel” de Luis Ortega: una foto del personaje principal, interpretado por el actor Lorenzo Ferro, con una alas formadas por revólveres. Finalmente, el diseño elegido fue otro, ajeno. Así, una vez más, el disparo quedó de este lado.