"No tenemos confianza en SmartMatic", disparó uno de los apoderados del lavagnismo, Daniel Pires, en referencia a la compañía informática que el Gobierno contrató -mediante un proceso que no fue público- por 17 millones de dólares para desarrollar el software electoral con el que se hará el recuento provisorio en las elecciones primarias. La empresa, de origen venezolano, se presenta como holandesa y tiene su domicilio legal en Barbados, un paraíso fiscal. Su debut electoral fue en 2004, en el referendo revocatorio realizado en Venezuela, donde Hugo Chávez obtuvo un 58 por ciento de votos favorables y, tras esa experiencia, comenzó a cosechar denuncias y sospechas por irregularidades en los procesos electorales de Filipinas, El Salvador, Uganda, Bélgica y Brasil. Incluso, aparece mencionada en cerca de una veintena de cables del Departamento de Defensa de los Estados Unidos filtrados por Wikileaks.  En uno de ellos, que tiene fecha del 10 de julio de 2006, se relata que la empresa “pasó de ser una pequeña empresa de tecnología a convertirse en un actor del mercado en pocos años”.