Cuando se piensa en Salta, la linda, junto al recuerdo del paisaje subyugante viene el de su fama de provincia conservadora. Y con ella, algunos de sus fundamentos más recientes: la gobernación del católico Urtubey, sus fotografías ejemplares de familia gaucha y su proyecto bizarro y patriarcal de avanzada: la predicción de embarazos adolescentes a través de un software. Vienen también la niña de diez años a punto de ser obligada a parir el año pasado, el ranking de femicidios y la situación de las travestis cuyo bajísimo promedio de vida es, según cuenta la directora del Observatorio de violencia contra las mujeres, Pía Ceballos, entre los 32 y los 35 años. Pero claro, cuando se piensa en Salta, también pueden acudir a la memoria otros paisajes: los brazos de la oriunda de Pocitos, Lohana Berkins, en alto en una marcha, o los de la misma Pía Ceballos, una transexual a cargo del Observatorio,  y orgullosa defensora de su tierra: “Salta es conservadora al igual que la Capital Federal y el resto del país" – dice y agrega: "Salta la conservadora es también la diversa, porque acá, desde hace 16años, se hacen marchas de la diversidad en las que venimos poniendo el cuerpo. En las últimas, más de 3000 personas salimos a la calle. En los primeros años éramos pocas, y creo que esto también hay que decirlo: a raíz de esta historia del movimiento LGBTIQ hay una población que viene construyendo nuevas referencias políticas, a tal punto que hay 3 concejalas trans. Creo que la gente entiende que nosotras estamos viendo no sólo lo que pasa en nuestra comunidad sino que abrazamos esa otra edad para representarlxs a ellxs, para discutir desde nuestros espacios políticas públicas urbanísticas de gobierno. Porque no sólo voy a debatir teoría feminista y queer, sino también política en todo su amplio sentido”.


¿Cómo fue que entraste en la política partidaria?

De chica comencé a militar por los derechos sexuales. Cuando ingresé a la universidad me sumé en la campaña del No al ALCA y con Néstor abracé la construcción colectiva de un proyecto nacional, que tiene que ser feminista. Desde esta nueva oxigenación me sumé por primera vez a la política partidaria. El otro día me encontré con un compañero que milita en HIJOS. Y tuve la oportunidad de decirle que yo recuerdo su adolescencia, cuando estaba en las aulas enseñándole educación sexual, cuando a muchas personas ni se les ocurría poner en juego lo que traíamos desde el movimiento de mujeres, desde el movimiento con el que nos plantamos las transfeministas para que nuestra trayectoria también tuviera un valor. Y ese valor es esta lucha de todos los días.eron 

¿Qué función cumplió el Observatorio bajo la gobernación de Urtubey?

El Observatorio es un organismo autónomo y autárquico por ley. Abrió concurso público oficial hace ya un año, yo me presenté junto con otras 16 personas. Desde ahi llevamos adelante el análisis del fenómeno de la violencia de género en nuestra provincia, saber cuál es su prevalencia en números estadísticos. Esto permite generar recomendaciones a los tres poderes. En ese sentido, a mí no me tembló la voz para decirle al señor gobernador cuando comentaba alegremente en un programa de televisión lo del software en relación a los embarazos adolescentes. Fui muy crítica, porque lo que dijo abiertamente es algo terrible que afectaba la vida de nuestra población de mujeres adolescentes. Desde mi lugar, siempre he sido crítica; para lograr generar que las cosas estuvieran bien, había que decirlas. Y lo hemos hecho frente a un gran movimiento de mujeres que pedía la derogación del 1170, que impedía que se efectiviza el aborto no punible. Eso fue una lucha del movimiento de mujeres. Con el Observatorio había en Salta una institución pronunciándose a favor de este proyecto.

¿Cómo es la situación de las personas trans en Salta y en NOA?

Decirte, querida amiga, que hace poco fue el encuentro regional y vengo recorriendo el territorio desde Salvador Mazza, Orán, Tartagal, Rosario de Lerma, Rosario de la frontera. La situación hoy es tremenda, hay travesticidios, transfemicidios, violencia policial por los edictos, por los códigos contravencionales, como en 18 provincias más. Estamos en riesgo frente a los gobiernos neoliberales y de derecha que avanzan en toda Latinoamérica. En un encuentro en Perú, en Pachacamac, conversamos no solamente de cómo cuidarnos entre nosotrxs, sino cómo activar una lucha integrada que comprometa al movimiento de mujeres, las organizaciones sociales y también los partidos políticos; por eso celebramos que esté Dora Barrancos en la lista, que esté Ofelia Fernández. Y yo estoy contenta de poder llevar la discusión trans a esos espacios, porque nuestra población hoy se está muriendo y el Estado no hace nada.

Tengo entendido que tampoco para las personas trans es fácil la vida dentro de las comunidades originarias…

En Salta existen muchos pueblos originarios y comunidades indígenas. Tuve la posibilidad de recorrerlas y después seguir conectada con compañeras que llevan su música y su copla a distintos lugares, transmitiendo esa identidad que necesita ser recordada, llevando esa voz en los valles de las comunidades diaguitas y calchaquíes. En la zona del norte logramos hacer una encuesta desde el Observatorio, que incluía a las trayectorias de vida de travestis y trans y esto nos llevó a conocer a compañeras de Orán, que son originarias, pero también afro indígenas. Reconocerme como afroindígena es entender que nuestros rasgos, que nuestras historias están entrecruzadas también por eso, por esas comunidades oriundas de estas tierras y por esa negritud que atraviesa mi reconocimiento como trava transindígena. Y desde ahí ese orgullo de luchar para que lo hagan también otras compañeras. Es muy difícil reconocerse como una persona de las comunidades cuando se ha sufrido violencia. Porque se sufre violencia no solamente en las sociedades occidentales sino también dentro de las comunidades. Aun respetando la cultura, la idiosincrasia y toda esa configuración hermosísima que tienen las comunidades originarias, también hay una expulsión de nuestras compañeras travestis y trans.

No debe ser el caso de todas…

Claro que no. Hay compañeras que dan fe y dan cuenta de que han sido aceptadas por sus pueblos y que hoy llevan orgullosa su historia. Entonces, por ejemplo, recomendaría ver Tacos altos en el barro, una película que se hizo acá en Salta, de Rolando Parro, donde se muestran estas vidas dentro de las comunidades originarias. Tener una identidad de género trans dentro de estos espacios también implica que se atraviesa la discriminación y violencia. Y hay una expulsión también del mismo Estado, en el no reconocimiento de la tierra de las comunidades originarias. No sólo se oprime a las personas trans, a las mujeres, a las identidades no binarias, sino también a todo el feminismo, a todas las comunidades originarias, a lxs más humildes, a lxs más pobres, a lxs niñxs. Están en discusión nuevamente dos modelos de país y ahí nosotras estamos con Alberto y a Cristina, con mucha convicción y coraje.

¿Cuáles serían tus propuestas en caso de ganar la banca?

Venimos trabajando por una Salta inclusiva, esto tiene que ver con la economía popular y el feminismo, y con los centros culturales emergentes, alternativos, disidentes. La cultura es una dimensión fundamental en la vida de las personas para desarmar las pesadillas modernas y proyectar sueños individuales colectivos. Pensamos en las políticas vinculadas al colectivo LGTBI, de manera interseccional. La intención también es disputarle el poder a los aparatos más grandes en la provincia, como el de Urtubey y Romero, que gobiernan la provincia hace más de 12 años, con el saldo que tenemos en una Salta donde ha crecido la pobreza y la indigencia.