La firma británica Burford Capital, una de las compañías más importantes de la bolsa londinense, fue acusada de fraude y sus acciones se desplomaron un 46 por ciento. "Es una tormenta perfecta para un fiasco contable", sostiene el reporte elaborado por la empresa Muddy Watters dedicada a apostar a la baja de las acciones. La compañía cuestionada por inflar sus ganancias y mentirle a los inversores es el fondo buitre de segunda generación que litiga contra Argentina en las cortes estadounidenses por la expropiación de la mayoría accionaria de YPF. El informe que se llevó puesta la cotización bursátil de Burford ejemplifica las prácticas engañosas de la firma con la disputa por la petrolera argentina. Aseguran que la tasa de retorno en una hipotética vitoria judicial es ocho veces menor que la ganancia de 3278 por ciento promocionada en sus balances por el estudio de abogados británico.

A diferencia de los fondos buitre que litigaron contra argentina durante una década, los ingleses no presentaron en los tribunales de Nueva York títulos en default de la petrolera argentina para iniciar un reclamo billonario. Los abogados de Burford Capital se hicieron con los derechos para litigar que originalmente correspondían a dos empresas del Grupo Eskenazi, accionista al momento de la expropiación. Las empresas son Petersen Energía Inversora y Petersen Energía con las que la familia Eskenazi llegó a controlar hasta un 25 por ciento de YPF. Burford Capital apareció en el procedimiento de liquidación de las compañías en los juzgados españoles con el único fin de litigar en las cortes norteamericanas. Por eso, cuando remató la quiebra, el síndico español cedió a los británicos el derecho de hacerle juicio al Estado argentino e YPF.

El juicio en Nueva York donde Burford reclama al gobierno argentino más de 1000 millones de dólares está a cargo de la magistrada Loretta Preska que es quien sucedió al difunto juez Thomas Griesa. Las apelaciones y los sucesivos cuestionamientos presentados por el gobierno argentino fueron desestimados. El anhelado respaldo de la Casa Blanca nunca llegó. La balanza comenzaba a inclinarse a su favor en los tribunales de primera instancia hasta que un tsunami financiero arrasó sobre Burford que en dos días perdió más de 1000 millones de libras de capitalización bursátil. Aunque la noticia generó sonrisas en los despachos oficiales las implicancias sobre la disputa judicial no están definidas.

El análisis de Muddy Waters que inició la caída libre en las acciones de Burford sostiene que la firma escondió los costos del litigio denominado “Petersen”, uno de los cuatro más relevantes de su cartera, y repitió el mismo procedimiento en otros tres procesos similares. "Están muy manipulados y engañan mucho a los inversores sobre sus rendimientos reales. Hemos identificado varias técnicas a través de las cuales manipula sus métricas para crear lo que creemos que es una imagen atrozmente engañosa de sus retornos de inversión", sostiene Muddy Waters. Pero el reporte de Muddy Waters no solo cuestiona la forma en la que se estiman los retornos de los juicios sino que sostiene que las prácticas de la empresa cubrieron su “fragilidad financiera” y una presunta situación de “insolvencia”.