Alberto Fernández apabulló al presidente Mauricio Macri en Rosario. La pista se había dado el miércoles, cuando pobló el Monumento. La ciudad que alguna vez -en 1996- se ganó el mote de "comegatos" ayer le hizo honor a esa historia mítica y marcó una derrota contundente del presidente. El candidato del frente Todos trepó al 47,57 por ciento en el departamento y, con el 91,05 de mesas escrutadas, le sacó unos veinte puntos al postulante de Juntos por el Cambio, que cosechó 27,62 por ciento. En tanto, el candidato presidencial de Consenso Federal Roberto Lavagna se quedó en 13,86 puntos en la ciudad, para el que tributó el socialismo, lo que representa más de cinco puntos de la media nacional. La ciudad fue determinante, la diferencia del ex jefe de Gabinete fue del doble con respecto a toda la provincia. La fiesta peronista en la ciudad fue en Mitre entre San Lorenzo y Santa Fe: la puerta del Complejo Cultural Atlas se convirtió en el epicentro de una victoria que no figuraba ni en los cálculos más optimistas.

Rosario terminó siendo clave para el peronismo. El mismo reducto en el cual Omar Perotti cimentó su triunfo, incluso por sobre la media provincial, ahora resultó determinante para la elección nacional, para que los Fernández le saquen una ventaja irremontable a Juntos por el Cambio. Mucho habrá tenido que ver el imponente acto que Alberto y la ex presidenta encabezaron en el Monumento a la Bandera, una demostración de potencia política, por la presencia de los gobernadores y la multitud de gente. La actividad llenó de expectativas al peronismo santafesino, que se desdobló en dos bunkers, en la sede del PJ de la capital provincial y en el centro cultural Atlas.

La jornada transcurrió en calma en Rosario. La mayoría de los candidatos a legisladores naciones sufragaron por la mañana al igual que las autoridades, las actuales y las electas. Sorprendió el gobernador Miguel Lifschitz, que suele votar a las 17, pero esta vez cambió y lo hizo a las 11 en una escuela de calle Ayacucho. Avisó temprano que no viajaría a Buenos Aires a acompañar al candidato presidencial de Consenso Federal Roberto Lavagna. Optó por esperar en la ciudad y confiar, a esa hora, que le bendita tercera vía rozaría los 15 puntos. Se pegó entonces al postulante a diputado nacional, el edil local Enrique Estévez, con el objetivo de crecer en octubre y que alcance para sumar al Congreso a la radical progresista Carolina Piedrabuena.

La vicegobernadora electa Alejandra Rodenas y el candidato a diputado nacional del frente Todos Marcos Cleri lideraron la euforia rosarina. Se cortó calle Mitre y se desató una carnaval ante los primeros números extraoficiales que asomaban. "Este es un día para celebrar", exclamó la ex jueza penal y el legislador, que fue a votar con su mascota, un perro, anticipó: "Estamos viviendo una gran gesta democrática". Todos conocían los números en la provincia, la ventaja - decían - rozaba los diez puntos, pero como no llegaba el conteo oficial se limitaron a reproducir las mesas testigo. No obstante, el clima era de fiesta popular.

"Santa Fe da un mensaje contra la grieta", se envalentonó Estévez, que sabe que arranca desde atrás contra los dos tanques de la grieta. Pero espera, en un momento muy complejo del Frente Progresista, ingresar al Congreso y darle cuerpo al bloque de diputados del progresismo. "Argentina tiene que encarar los problemas que tiene con diálogo. Entendemos que el resultado obtenido es un piso y vamos a seguir trabajando con fuerza para octubre", indicó el concejal y añadió: "Nuestra vocación es el diálogo".