El presidente electo de Guatemala, el conservador Alejandro Giammattei, dijo que hará planteamientos concretos en el tema migratorio con el gobierno de Estados Unidos pero sin llegar a confrontarse. "Yo voy a ser respetuoso (con Trump) porque (...) las relaciones diplomáticas se basan en reciprocidad", afirmó quien asumirá el cargo en enero de 2020 con un discurso basado en la mano dura, la lucha contra los carteles de droga y una posición favorable a la pena de muerte. 

 Así, Giammattei manifestó una muy tibia preocupación por el polémico convenio alcanzado con Washington por el presidente saliente Jimmy Morales, para que Guatemala sirva como "tercer país seguro". Esto implicaría que Guatemala reciba a los migrantes que soliciten asilo en Estados Unidos. Posiblemente, miles de ellos. 

Trump llegó a amenazar a Guatemala con gravar sus exportaciones y las remesas familiares si el gobierno de Morales no firmaba el acuerdo. Ahora el documento enfrenta varios recursos judiciales en el país centroamericano de sectores que señalan que no tienen la capacidad de atender a los asilados. 


Giammattei se impuso en el ballotage del pasado domingo a la ex primera dama Sandra Torres, por el 57 por ciento de los votos contra el 41. Sólo concurrió a votar el 38 por ciento del padrón electoral.

Para Giammattei, el problema migratorio no es nuevo pero se agudizó al colocarse en el centro de la campaña presidencial en Estados Unidos, en la que Trump busca un nuevo mandato de cuatro años. "Yo entiendo la posición del presidente Trump por cumplir una promesa de campaña", concedió Giammattei. "Él está queriendo imponer a su electorado esa imagen del hombre que cumple con sus promesas".

 

En Guatemala existe una enorme desigualdad social: el capital de 260 familias es del tamaño del 56% del PIB de un año. Además, la mitad de su población creció con desnutrición aguda y vive en la pobreza, y en los primeros seis meses de 2019 se produjo la expulsión de casi 250,000 guatemaltecos (el 1.5% del país), según informa el sitio de investigación Nómada.

El presidente electo basa su plan de gobierno en atacar la pobreza que afecta a 6 de cada 10 de los 17,7 millones de guatemaltecos, además de enfrentar a la delincuencia que deja 4.500 muertos cada año, factores que empujan la migración ilegal a Estados Unidos. Para detener esta oleada, el futuro gobernante, exdirector del Sistema Penitenciario (2005-2007) que estuvo preso 10 meses en 2010, propuso destinar inversiones a las zonas fronterizas con México, de mayoría indígena.