Contrariamente a lo que muchos creyeron al conocerse el grave caso de Berazategui, según apunta Ignacio Maglio los llamados “errores de lado de cirugía” son los más frecuentes en medicina en Estados Unidos, donde hay estadísticas (la categoría abarca desde el lado erróneo en tomografías y radiografías, la colocación en el lado equivocado de tubos de tórax, hasta las cirugías equivocadas y, como en este caso, la amputación errónea de un miembro por otro). Le siguen las infecciones intrahospitalarias, la caída de pacientes de la cama, y los errores de medicación. Las especialidades médicas que lideran los ranking de demandas, en tanto, son neonatología, traumatología, cirugía y obstetricia, en ese orden.

Yendo al caso específico de “cirugía de lado erróneo” en la Argentina, un estudio de Fundación Mapfre de 2010 analizó las sentencias judiciales de 25 casos de sitio erróneo. El 60% fueron errores de lado, el 52% ocurrieron en la rodilla, un 40% fueron artroscopías. En el 58% de los casos el equipo había preparado al paciente antes de que el cirujano entrase al quirófano, y en el 78% el cirujano no había consultado la historia clínica. En ningún caso se había utilizado un método de prevención. El informe concluye que el 90% de estos errores se podría haber evitado con un protocolo de prevención, y recomienda que “el cirujano se involucre en la preparación y colocación del paciente en quirófano”: romper la lógica del trabajo compartimentado, algo tan simple como aparecer un poquito antes y comunicarse con sus compañeros de trabajo, que a su vez deberían quedar en escena un poquito más.