En abril de 1975, Jacques Lacan nos brinda una definición de la droga. Esta definición quedará contextuada en un momento de la evolución del bicho humano: es aquel en que el futuro hombrecito o mujercita descubre que está casado con su pito. Lacan nos da un indicio para localizar ese momento: la aparición de la angustia. También nos da una ilustración: Juanito angustiado, quien todavía no ha logrado armar el síntoma fóbico.

Unos pocos meses antes Lacan había localizado la relación entre el descubrimiento del casamiento y la angustia, indicando que para el niño el pene siempre aparece como traumático. Eso es traumático porque el niño piensa que el pene pertenece al exterior del cuerpo; lo considera una cosa separada.

En abril de 1975 dice que el niño está aquejado, afligido, por el matrimonio que se da entre el cuerpo y eso que se mueve, se hincha, fuera del cuerpo. También que todo lo que venga a romper con aquel matrimonio es bienvenido.

En este punto introduce la definición de la droga y nos habla de su éxito. Lacan dice que no hay otra definición de la droga más que esta: es lo que permite romper el matrimonio con el pequeño pipí.

Deshaciendo cualquier presupuesto, esta única definición de la droga no habla de ninguna sustancia tóxica. Simplemente habla del éxito de algo que permite romper las bodas entre lo imaginario del cuerpo y ese goce fálico, fuera-del-cuerpo, que es juntura de lo real y simbólico, encarnado en el pene. Puede escribirse, entonces, que la definición de la droga conlleva un vacío en relación a la sustancia. También que todo aquello que permita la ruptura de ese matrimonio puede ser considerado droga.

 

Psicoanalista.