Las reservas internacionales no consiguen estabilizarse. Este jueves se ubicaron en 58.408 millones de dólares y marcaron otra baja de 484 millones. El Banco Central no intervino en el mercado cambiario. El dólar mantuvo la calma en la jornada. La cotización minorista cerró en 57,24 pesos y anotó un leve retroceso de 3 centavos. Las tasas de interés de las Leliq finalizaron en 74,97 por ciento y contienen nuevas rondas de devaluación. Este dólar cercano a los 60 pesos por el momento parece razonable entre los inversores.

La estabilidad del tipo de cambio no termina de hacer reaccionar el precio de las acciones ni los bonos. Las empresas del Merval acumulan una caída promedio del 33 por ciento en el mes. Las pérdidas superan el 50 por ciento en dólares si se suma el efecto de la devaluación. Este jueves se destacó una nueva baja de 2,5 por ciento de la petrolera YPF. Las acciones de la firma valen menos que cuando se anunció la estatización. Los títulos públicos tampoco logran un repunte. Las pérdidas superan el 39 por ciento en el mes. El riesgo país se mantiene arriba de 1820 puntos y duplica los valores de finales de julio.

Balance cambiario

La incertidumbre del mercado interno no es casualidad. El Banco Central publicó este jueves un informe clave para entender los niveles del desorden financiero. Se trata del balance cambiario: un documento en el que se detalla el flujo de entrada y salida de dólares de la economía local. La compra neta de divisas del sector privado (fuga de capitales) fue de 2951 millones de dólares en julio. Se fueron además otros 850 millones de los fondos de inversión del extranjero (salida de portafolio de no residentes).

La economía argentina no puede darse el lujo de no tener una estrategia para organizar la entrada y la salida de los capitales (desregular en forma ingenua el flujo de capitales). La falta de dólares es su principal problema estructural y se potencia cada vez que los grandes fondos deciden retirarse del mercado interno. Los datos del balance cambiario lo muestran a la perfección. Desde abril de 2018 se fueron de la economía 10.758 millones que habían entrado en 2016 y 2017 para especular con la tasa de interés.

Esta salida computa únicamente los dólares que retiraron del país los fondos extranjeros con apuestas de corto plazo. Pero no fueron los únicos que explicaron la fuga. La principal salida de divisas se registró a partir de la formación de activos externos del sector privado (esto es la dolarización de las empresas y de los individuos que operan en el mercado interno). Los datos del Central indican que se fugaron unos 41.054 millones de dólares desde abril del año pasado cuando comenzó la corrida cambiaria. La cifra se eleva a 75.185 millones de dólares desde que se unificó el tipo de cambio a finales de 2015.

La compra neta de moneda extranjera del sector privado se aceleró en julio hasta casi 3000 millones de dólares y marcó los montos más elevados del año. El informe del BC precisó que la cantidad de individuos que realizaron compras de dólares aumentó 21 por ciento respecto del mes anterior. “Se superó el millón y medio de compradores”, detalló.