"Es un lujo que en estas épocas se esté haciendo un ciclo así, con artistas alucinantes y tocando allí, en el Atlas", se adelanta Claudio Cardone. Y no es para menos, porque el ciclo que le tiene por eje y protagonista reunirá presencias invitadas a lo largo de cuatro encuentros, a un ritmo semanal, durante el mes de septiembre en Complejo Cultural Atlas (Mitre 645) (ver aparte).

"Me propusieron hacer algo diferente cada noche, así que aproveché para que en cada presentación haya músicos invitados, gente con la cual vengo trabajando, como José María Blanc, Ricardo Vilaseca, Maite Ajubita y Sergio Verdinelli, a quienes aprecio muchísimo. Por eso, quizás la idea sea un poco diferente de lo habitual; me parece que tiene un atractivo extra. Soy sincero, me encantaría también invitar a un montón de otra gente, que me queda en el tintero, porque me siento cómodo y contento trabajando con un montón de otros músicos. Y por otro lado, está bueno que se convoque al público durante la mitad de semana, no está nada mal que haya propuestas así", explica el músico a Rosario/12.

-¿Qué matices te permiten los músicos invitados?

-Yo vengo haciendo cosas con ellos, entonces ya hay algo preconcebido. Con Maite Ajubita tenemos en común el gusto por Fiona Apple y venimos tocando su música; Ricardo Vilaseca es un amigo de toda la vida y colega, tenemos un proyecto desde hace ocho años; con Sergio Verdinelli hay una cuestión de amistad y de tocar música juntos, con él toqué en las bandas de Fito Páez, Illya Kuryaki, Baglietto, Spinetta; y José María Blanc es alguien a quien admiro desde siempre: cuando empecé a tocar, una de las bandas que me encantaba y fui a escuchar mil veces es Pablo, el Enterrador, tenía mucha admiración y cariño por todos sus integrantes. A José María lo admiro como cantante, compositor, violero. Así que me doy el gusto de invitar alguna de la gente que quiero.

-Y provocar que la rueda siga girando, hoy te ven y escuchan otros que seguramente se incentivarán así como te pasó a vos en su momento.

-Fijate que no estoy convocando a nadie de la trova rosarina, todos artistas con los que tengo relación pero con quienes en este momento no estoy haciendo nada, gente con la que me encantaría hacer cosas, con Fander, con Adrián (Abonizio), con Silvina (Garré), Juan (Baglietto), Fabián (Gallardo) -a quien invité a Funes a un homenaje a Spinetta-; y a su vez hay una camada de músicos nuevos, alucinantes, y está bueno también acercarse a ellos, hay gente nueva tocando bajo, batería, teclado, de todo; está bueno interactuar con ellos porque esa rueda tiene que seguir girando y no quedarse en casa tocando para uno mismo.

-Y que los encuentros se den en el escenario habilitan situaciones imprevistas.

-Son todas personalidades diferentes. Hay una cuestión que tiene que ver con la mirada o enfoque que a mí me gusta; es decir, desde que empecé a tocar no me quedo en una cosa. Obviamente, desde mis posibilidades y mis límites, me gusta tocar y escuchar cosas diferentes todo el tiempo, porque lo que se transforma en una rutina o en algo siempre igual un poco que me aburre, me gusta estar investigando y haciendo cosas diferentes todo el tiempo. Mucha gente me suele relacionar con Luis (Spinetta), por haber estado tanto tiempo con él, pero no se trata sólo de tocar su música, que me encanta y siempre lo voy a hacer, sino que hay un montón de otras cosas que me gusta hacer, probar, investigar. En una de las noches voy a tocar música de alguien que también me incentivó mucho en su momento, Charly García. Si bien lo mío es más que nada ser un tecladista, me encantan la canción y la composición. En su momento, entre los '70 y '80, ver a Charly te ponía mucho las pilas, te daba muchas ganas de salir a cambiar, de innovar, de darle para adelante. Con José María, que también lo admira, vamos a hacer cosas suyas, también alguna música de una artista japonesa, Kotringo, con la que toqué el año pasado. Un poco de todo, tratando de abrir el abanico para que la música se vaya renovando.

-Y pensar los encuentros como cuatro maneras diferentes de acercarse a la música de Cardone.

 

-Sí, también. Cuando te metés en esto, la música es algo que no tiene fin. Estoy en un momento en donde está bueno mostrar estas cosas y me alegro de que el Atlas tenga este lugar, que es un lujo, cómodo y con buen sonido. No hay muchos sitios donde te puedan proponer algo así, hay mucho mercado para la gente que hace quizás covers, pero para las propuestas diferentes está difícil hoy en día, sobre todo para quien hace música propia.