Tal vez el hecho de haber pasado la infancia trasladándose de Camerún a Somalia, de Somalia a Burkina Faso y de Burkina Faso a Djibouti, siguiendo los sucesivos destinos de su padre diplomático, imprimió en Claire Denis (París, 1946) una sed de viajar a sitios remotos, que se manifiesta en su obra de modo físico y metafórico. El hermético mundo de hombres de Bella tarea (1999), el salto al fantástico de Trouble Every Day (2001), pero también las islas del Pacífico Sur en El intruso (2004) o el corazón del África negra en White Material (2009).

La realizadora de Vendredi soir (2002) emprende ahora su viaje más extremo hasta la fecha. No sólo porque sus personajes, un grupo de prisioneros despachados al espacio en una nave espacial, son enviados fuera del sistema solar, sino porque todo (la nave, las escafandras, ciertos gadgets futuristas) remite de modo inevitable a un género casi excluyentemente estadounidense: la ciencia ficción. Su primera película enteramente hablada en inglés, High Life es también la primera protagonizada por una estrella de Hollywood.

La relación de Denis con Robert Pattinson parece haber sido de un amor (figurado) a primera vista. Hasta el punto de que, tal como anuncia la realizadora en la entrevista que sigue, ambos se reunirán en su próxima película, The Stars at Noon, basada en la novela homónima de Denis Johnson y ya en preproducción.

-High Life es una película de ciencia ficción, pero por la situación de encierro tiene también algo de film de cárcel.

-Ciertamente. Es una película de gente caliente, también. La gente que está apresada suele tener muchos deseos sexuales insatisfechos. Los personajes de la película buscan placer con desesperación, pero no lo hallan. Es una especie de constante masturbación del cuerpo y la mente. La única manera de hallar placer sexual es ser libre y estos personajes están en prisión. No pueden tenerlo.

-Juliette Binoche usa un dispositivo…

-El fuckbox.

-¡Eso!

-En los sex shops suelen verse aparatos como ese, así que imaginé uno parecido. Muy sencillo y muy erótico.

-Las escenas de Binoche con Robert Pattinson son muy sexies.

-Ella lo encuentra muy atractivo y se lo dice. Cuando hice el casting, saltó a la vista lo obvio, que es que ninguna mujer dejaría de encontrar seductor a Robert. Era necesario poner eso en la película porque es algo evidente. Pattinson es además una persona muy inteligente y confiada. Y le encanta su trabajo y se la pasa viendo películas. Me sentí muy a gusto trabajando con él y espero volver a hacerlo en mi próxima película, The Stars At Noon.

-¿Cómo es eso de que canta el tema final de la película?

-Tiene una voz preciosa. Él simuló que lo hizo de casualidad, imitando a Stuart Staples [N. de la R.: líder de Tindersticks, que compuso las bandas de sonido de varias películas de Claire Denis]. Robert es muy modesto, no le gusta estar en el centro de la escena.

-¿Qué importancia tenía para la historia que el elenco fuera internacional?

-En la actualidad, en una nave espacial se habla inglés o ruso. Próximamente será chino también, supongo. Ruso no sé hablar, así que la película tenía que ser en inglés. Los pasajeros de la nave son criminales, enviados al espacio como ratas de laboratorio. Tenían que vivir en un país donde existiera la pena de muerte. Estados Unidos. Elegí a un actor alemán y una actriz polaca que hablan bien inglés. En cuanto al personaje de la médica que encarna Juliette, en un primer momento no pensé en ella sino en Patricia Arquette. Pero a último momento a Patricia se le presentaron compromisos y no pudo ser de la partida. Yo venía de hacer una película con Juliette (Un bello sol interior) y cuando se enteró de lo de Patricia, se ofreció a hacer ella el papel, así que reinventamos juntas el personaje de la Dra. Dibs. No es exactamente el mismo que había imaginado para Patricia. Sigue siendo una criminal que asesinó a su marido e hijos, pero no es exactamente el mismo personaje.

-¿Tampoco había pensado en Pattinson al comienzo, no?

-Tenía la idea de que el personaje debía ser mayor. Me reuní con Daniel Craig en Londres. Es un gran actor, pero es alguien a quien no puedo tocar, no puedo sentir. Pensé en cambiar el guion para trabajar con él. Me pareció que tendría que transformar la historia por completo. Robert me aportó mucho más que un brillo o un “valor de producción”. Me trajo a él mismo, a una persona.

-¿Cómo le plantea a un actor que necesita tocarlo?

-Le dije “Disculpame, Robert, pero cuando empecemos a filmar necesito tocarte. Si no puedo tocarte, no voy a saber cómo encuadrarte". Me miró con la expresión de quien entiende y me dijo que estaba todo bien. Para mí es difícil no amar a la gente con la que trabajo. Y necesito que me amen.

-Otro de los actores es el músico André Benjamin, miembro del dúo de soul y funk Outkast.

-“Andre3000”, tal es su nombre como músico. Ya no quiere seguir con Outkast. Me encanta como actor. Originalmente no quería estar en la película. Tuve que ir a verlo a Atlanta para convencerlo, le dije que necesitaba que estuviera. Entonces aceptó.

-Durante el rodaje circularon rumores en el sentido de que estaban deconstruyendo la historia.

-Para nada. Seguimos el guion, que escribí como siempre con Jean Pol Fargier. Fuimos muy constructivos. Mis películas no están deconstruidas. Están construidas de la manera que yo quiero. A los estadounidenses les gusta pensar que los europeos hacemos películas deconstruidas, pero no es así.

-La nave espacial de High Life parece una caja o un container. ¿Qué la llevó a darle esa forma?

-La mayor parte de las películas de ciencia ficción tienen interiores y un vestuario que lucen blancos, brillantes y militares. Busqué crear algo distinto. Como una prisión. Algo más banal. Si vas a mandar prisioneros al espacio, no te vas a preocupar demasiado del diseño de la nave. Por otra parte, Foucault dice que a lo largo de la historia la forma de las cárceles va cambiando, en función de los cambios psicológicos. Apunté a una forma que se asemejara a cómo lucen las cárceles hoy en día.

-El espacio exterior se ve tan oscuro en High Life que es más claustrofóbico que expansivo.

-Fuera del sistema solar, que es donde se halla esta nave, el espacio exterior es negro. No hay luz, por la sencilla razón de que no hay sol allí. Las películas de ciencia ficción vuelven artificial al espacio. Decidí mostrarlo como es, casi vacío de todo. Allí es el vacío. Trabajé con un astrofísico para representarlo y lo hice lo más parecido posible a lo que él me describía.

-Dentro de la nave hay un jardín. Los pasajeros pasan la mayor parte del tiempo allí o en el fuckbox. ¿Usted ve algún parentesco ente ambos espacios?

-La idea del jardín se me ocurrió a partir de cosas que leí, que señalaban que muchos proyectos espaciales incluyen jardines. Es la única conexión que tienen los pasajeros con la vida natural, con lo que dejaron en la Tierra. Por eso pasan tanto tiempo allí. Y el fuckbox… bueno, es donde obtienen placer.

-En determinado momento, el personaje de Robert Pattinson y su hija se dirigen hacia un agujero negro. ¿Ese agujero representa la sexualidad?

-No creo. Puede ser que la relación entre ellos sea sexual. Sobre todo para ella. Pero no el agujero. Es más bien una promesa de muerte. Y si no mueren, alcanzarán un punto donde tal vez tengan ocasión de vivir una segunda vida.

-¿Un renacimiento?

-¿Renacimiento? ¡No, por Dios! Es una idea tan estadounidense esa del renacimiento… No, no, no creo en esa mierda del renacimiento. No soy una cristiana renacida. Sólo creo en cosas científicas.

-Después de una proyección alguien le preguntó por qué no solía escribir fuertes protagónicos femeninos y usted respondió airadamente.

-En primer lugar, no es cierto. Creo que los papeles de Isabelle Huppert en White Material y Juliette Binoche en Un bello sol interior son papeles fuertes. Pero además no trabajo como asistente social sino como directora de cine. Mi tarea no es asistir a mujeres en problemas sino escribir y narrar historias con la mayor libertad posible.

 

Traducción e introducción: Horacio Bernades