¿Quién es esa persona que trabaja en la calesita de la plaza y que siempre elige la música más grasa, la más monotemática, la más vulgar? ¿De dónde salió ese que trabaja en el bar de la esquina que a la hora de elegir un canal de televisión pone el que destila odio, el más idiotizante? ¿De qué está hecho ese cómplice de las cosas feas, de las peores ideas, de lo que está más a mano, de las modas más horribles? ¿Por qué repite como loro que no cree en nada, que a él la política no le interesa, que no es de ningún partido?

Me juego la cabeza que es el que en las encuestas aparece como No sabe/No contesta. Los han llamado mayoría silenciosa o idiota útil. Es ofensivo, pero ellos no se ofenden porque no se enteran. Por lo general, no se enteran de nada que no los afecte directamente: una contrariedad personal, una injusticia que se agita sobre su cabeza. Más allá: NS/NC. Tampoco sabe que es cómplice de las porquerías, de las modas. No se vale de esas categorías. Le da lo mismo un reggaetón de dos notas que una de Charly, un presidente que defiende a los suyos que otro que los ataca. Si se lo cuestionás te va a mirar con cara de "no entiendo".

Son descendientes de los que estaban en la caverna de Platón y que, cuando les vinieron a avisar que todo el tiempo estuvieron viendo sombras, se negaron a creer. De los que se apuraban a quemar mujeres porque les decían que eran brujas, de los que tiraban piedras al grito de herejes a los que iban a ser quemados por la Iglesia. De los que votaron a Hitler porque decía las cosas a los gritos, como con energía, como coucheado.

No es necesariamente malo. Está cortado por esa tijera, es todo. Viene de una familia así o ha sido educado así. Y no le ha sucedido nada que lo obligue a salir de su imparcialidad. Él cree que no interesándose por lo que lo rodea deja al mundo en offside. A menudo se cava la fosa solo. A veces la historia lo pone en el lugar del que tuerce el destino para el lado de los buenos, pero no sale a cobrar lo que le corresponde porque no sabe que le corresponde.

¿Sabrá que así cómo él nos castiga con la música del bar y nos transforma en sus objetivos, él es el objetivo de otros? Quiero decir: de los que le venderán porquerías, humo, de los que lo llevarán a votar contra sus intereses. Habría que avisarle (si lográs que te escuche) que desde hace tiempo es el target del capitalismo y de los proyectos políticos que se nutren de lo que se mueven por ideas sencillas: colores, simbología barata (un perro en el sillón presidencial, un bailecito en el balcón, sonrisas de cartón).

Mayoría silenciosa. ¿Son en realidad mayoría? Debe haber muchos estudios sobre esto. A veces están dentro de nuestra familia, de nuestro círculo de amigos. Y quizá en algún momento nosotros fuimos o nos comportamos así. No es fácil detectarlo porque no manifiesta adhesión por nada de forma categórica. No es exactamente argentino, aunque también lo es. Está en todos lados. Es como una especie de plaga, como la rosa mosqueta, que crece donde lo dejás, y ya no lo podés detener.

¿Podría llegar a rebelarse? Difícil que el chancho chifle, porque no está ideologizado y suele no estar sindicalizado. Pero quién sabe. La revolución de los desclasados, los que son timados a diario, podría darse. ¿No es eso acaso la revuelta de los chalecos amarillos en Francia? ¿No es acaso gente cansada, no se sabe bien de qué, que en algún momento sale a la calle a romper cosas? ¿Son revolucionarios? No, están buscando algo impreciso. Una vez que lo logren, volverán a sus casas. Los indignados, los caceroleros, los chalecos amarillos, los "que se vayan todos", se diluyeron en conquistas parciales, o en el cansancio que da rebelarse. Si se rebelaran todos juntos, agarrate Catalina, pero es imposible que suceda. Aunque…

Se dice que esos grupetes son de derecha. No lo creo. Viran a la derecha porque la derecha les habla en su idioma, nunca de ideologías, sí de globos, con gritos, con reclamos sencillos, con xenofobia. Porque los NS/NC no son xenófobos, hasta que lo son y quizá dejan de serlo por los mismos flacos motivos. No creo errarle un centímetro si digo que si una crisis (por lo general económica) no los saca de su letargo, lo único que sabríamos de la mayoría silenciosa es que consumen. Los veríamos llenando shoppings, supermercados, de turistas. En la Europa del estado de bienestar poco se podía decir de ellos. No sabían, no contestaban. Engordaban. Si no era obligatorio votar, rara vez votaban. Hasta que el estado de bienestar se esfumó y salieron a pedir, no se sabe bien qué. Cosas. Curiosamente, empezaron a influir en el destino de los países. Pusieron a un Bolsonaro y a un Trump en el poder, por ejemplo. Y capaz que mañana los voltean. ¿Por qué? Vaya uno a saber. Porque otro flautista de Hamelin toca otra melodía.

Son más bien de aspecto anónimo, escurridizos. Del populacho, o de la clase media menos fotogénica. Les gusta lo que está a mano: la música de la primera radio que encuentran, un candidato elemental, el canal de televisión que ya está puesto. ¿Eligió el sistema dejarlos a oscuras para que no jodan? ¿O de tanto ponerlos en el lugar de los consumidores se olvidaron de ellos hasta que se volvieron una fuerza en sí misma? Uf, qué pregunta. Debe haber sido una mezcolanza hasta que se volvieron imprescindibles. El asunto era movilizarlos. Hubo que crear nuevas estrategias. Pero los que NS/NC no son sencillos de arrear. Hoy los arreás con la frasecita "sí se puede" y mañana la frasecita no les dice nada. Todo un misterio. No tienen conciencia social, pero no deja de ser una fuerza social. Ni el mercado ni la política pueden prescindir de ellos. ¿Qué los motiva? Supongo que lo que a todos: una buena vida, la familia, algo de paz. Nunca se sienten responsables porque no lo son. Lo son por omisión, pero eso no cuenta porque ellos, justamente, no hicieron nada. Y si les preguntás, dirán NS/NC.

 

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