Estados Unidos anunció que enviará refuerzos militares a Arabia Saudita para prevenir posibles ataques como los ocurridos hace una semana contra las refinerías de la empresa petrolera saudí, Aramco. El presidente estadounidense, Donald Trump, aclaró que la medida no tiene por objeto una represalia miiltar, sino que es de naturaleza defensiva. Por su parte, Irán advirtió que no permitirá que una guerra alcance su territorio.

"Para impedir una escalada futura, Arabia Saudita pidió apoyo internacional para ayudarlos a proteger infraestructura crítica del reino. Los Emiratos Árabes Unidos también requirieron asistencia", señaló el secretario de Defensa, Mark Esper. Las tropas estadounidenses trabajarán en "la defensa aérea y de misiles", dijo Esper durante una rueda de prensa en Washington. El presidente norteamericano, Donald Trump aclaró que no planea desplegar una represalia militar sobre la república islámica, y desde el Pentágono reforzaron esa idea. "En respuesta a la petición del reino (de Arabia Saudita), el presidente aprobó el despliegue de fuerzas estadounidense, que van a ser de naturaleza defensiva", informó el jefe del Pentágono, Joseph Dunford.

Estados Unidos y Arabia Saudita culpan a Irán por los ataques del 14 de septiembre contra dos refinerías cerca de Riad, la capital de Arabia Saudita, realizados con drones y misiles de fabricación iraní. Los ataques, que redujeron a la mitad la producción de petróleo saudita e hicieron que se disparara el precio del oro negro, encendieron el temor a un enfrentamiento militar entre Estados Unidos e Irán. Desde Teherán negaron toda participación en los hechos, que fueron reivindicados por rebeldes hutíes que luchan en Yemen contra el reino saudita.

A estas medidas militares tomadas por la administración Trump se suman las sanciones económicas contra el Banco Central y otras instituciones esenciales para la economía iraní. Con ellas Estados Unidos busca desfinanciar al banco emisor de la república islámica ya que proporcionó "miles de millones de dólares" a dos grupos que integran listas negras en Estados Unidos, según informó el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin. Además calificó las medidas como "las mayores" nunca impuestas a un país por su gobierno.

Desde Arabia Saudita se manifestaron confiados en que la llegada de las tropas de Estados Unidos permitirá aumentar la seguridad de la región. "Los últimos retos que confrontamos nos piden aumentar la cooperación de seguridad entre el reino y sus aliados y socios para garantizar que no haya ningún obstáculo para la economía internacional", indicó el ministro de Estado de Asuntos Exteriores saudí, Adel al Yubeir. A su vez recordó que Estados Unidos ya tiene tropas en la región y lidera "con la coordinación del reino" el dispositivo para proteger la navegación en el golfo y la zona del mar Arábigo. “El mundo debe tomar la responsabilidad de proteger la seguridad y la estabilidad de la región e impedir a Irán participar en actos hostiles", informó Adel al Yubeir.

Por otra parte, el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Hosein Salamí, amenazó hoy con convertir en "el principal campo de batalla" al país que se atreva a atacar a Irán, después que Estados Unidos formalizara sus anuncios. "Nunca permitiremos que la guerra alcance nuestro territorio. (...) No pararemos hasta la destrucción del agresor y no dejaremos ningún lugar seguro", dijo el comandante tras la inauguración de una exposición de restos de drones estadounidenses derribados por Irán. "¿Qué hacen sus drones en nuestro espacio aéreo? Los abatiremos", declaró, afirmando que Irán venció la "dominación tecnológica estadounidense". Irán también negó que sus infraestructuras petroleras hubieran sido objeto de un ataque cibernético, como indicaron unas supuestas informaciones, después de que se detectaran problemas de conexión en las plataformas en línea de ese sector.

A su vez, los rebeldes yemeníes hutíes adoptaron de forma inesperada una actitud menos agresiva. Anunciaron que plantean interrumpir todos los ataques contra Arabia Saudita en el marco de una iniciativa de paz destinada a poner fin a un conflicto de cinco años en Yemen.