Australia dio un histórico paso en ampliación de derechos. Tras 119 años de criminalización, el Parlamento aprobó este jueves una ley para despenalizar el aborto en Nueva Gales del Sur, el último estado del país que faltaba en todo el territorio nacional, donde se ubica la capital estatal, Sidney. Las organizaciones de derechos humanos le ganaron la pulseada a grupos religiosos antiderechos, cuyo representante era nada menos que el exprimer ministro Tony Abboy.

La nueva ley elimina la interrupción al embarazo como un delito de la Ley Criminal, que estaba penado con 10 años de cárcel desde 1900. La norma permite que las mujeres accedan a un aborto hasta la semana 22 de gestación y practicada por un médico registrado. Hasta el momento, el aborto era sólo legal cuando un doctor aseguraba que estaba “en serio riesgo” la salud física o mental de la mujer, ni siquiera incluia el causal por violación, como en la legislación Argentina, por ejemplo. 

Tras un intenso e interminable debate, que demandó más de 70 horas, la ley fue aprobada por 26 votos contra 14 después de que se discutieran 100 posibles modificaciones al proyecto original. Alex Greenwich, el legislador del grupo independiente que impulsó la propuesta de ley, agradeció a sus compañeros el apoyo a esta "reforma histórica".

No obstante, el proyecto sólo incluye la despenalización porque no obliga al Estado a hacerse cargo de los gastos de las personas gestantes que deseen interrumpir sus embarazos en condiciones seguras. “La despenalización es un paso significante, ahora necesitamos lograr que el aborto sea accesible para todas las mujeres a lo largo de Australia, especialmente en áreas regionales”, subrayó la diputada del partido progresista de los Verdes, Larissa Waters. La legisladora enfatizó que el acceso al aborto “forma parte de los derechos de todas las mujeres a tomar decisiones sobre su propio cuerpo”.

La legislación sobre la salud reproductiva de la mujer en Australia está a cargo de los gobiernos regionales y las leyes varían según el territorio en el período permitido para la interrupción voluntaria del embarazo, el procedimiento y la edad para solicitarlo, entre otros.

Tras la decisión, Amnistía Internacional tuiteó: "La legislación pone en línea a NSW con el resto de Australia, en reconocimiento que los derehcos humanos incluyen el derecho de controlar tu propio cuerpo y tu salud reproductiva". 

Pero no todos están contentos con el resultado. El ex primer ministro Abbott fue un férreo opositor del proyecto de ley en tanto el arzobispo católico de Sydney Anthony Fisher dijo que la legislación "puede ser la peor ley aprobada en Nueva Gales del Sur en los tiempos modernos".

Con la despenalización en Nueva Gales del Sur, que el año pasado fijó zonas de exclusión para evitar que las mujeres que acudían a las clínicas para abortar fueran acosadas por manifestantes, el aborto dejó de ser un delito en todo el país. En la vecina Nueva Zelanda, un proyecto de ley similar para despenalizar el aborto está actualmente en proceso en el parlamento.