Diferentes artistas de la danza fueron convocados a emplazar sus obras en los diferentes espacios que ofrece la singular arquitectura del Konex. En Da Da Danza, el público podrá acceder en un único día a un panorama de obras actuales con variadas búsquedas y cruces interdisciplinarios: deporte, teatro, circo, cine, video y música aparecerán en la fusión. Los trabajos de Cintia Dattoli, Andrés Molina, Iván Haidar, Ana Gurbanov, Lucas Cánepa, Rodolfo Opazo y José Andino Menéndez invitarán a los espectadores a habitar y recorrer el Konex, con la curaduría de Catalina Lescano, responsable del área de Artes Escénicas del centro cultural.

En charla con Página/12, Lescano explica los ejes de esta tercera edición, que se desarrollará hoy desde las 17 en Sarmiento 3131: “La propuesta siempre tuvo un formato diferente. Es la primera vez que va a ser solo un día. Me importaba mucho visibilizar un conjunto, diferentes entendimientos sobre qué es la danza, no cosas aisladas. Trabajos de artistas profesionales de la danza de más de 32 años, que no entran en los cánones de la Bienal de Arte Joven. También, que el Konex hiciera una formación responsable de público. Finalmente, celebrar a los valientes que trabajan de a muchos. Roza lo revolucionario plantear una agenda común en medio del capitalismo salvaje en que vivimos”

Una particularidad de esta edición es que, por primera vez, la disciplina saldrá de las salas y ocupará distintos rincones de Ciudad Cultural Konex. “La danza es un lenguaje que se está nutriendo de otros lenguajes y a la vez nutriéndolos. En esta panorámica tenía que estar la fusión”, agrega la curadora. Se verán tres obras (hay combos para ver dos funciones) y una maratón de performances, plataforma creada por Bárbara Alonso y Dominique Melhem que tuvo nueve ediciones en diferentes espacios. Les Idiots… O la fragilidad del consenso, de Cintia Dattoli, abrirá la jornada a las 17 en el Patio. “Hacemos un trabajo de improvisación que busca hacer una crítica al snobismo de la danza contemporánea a través de sus propios recursos. Cada intérprete expone su versión más idiota, atravesado por las pautas que la obra propone”, cuenta la directora. 

También en el Patio, una hora más tarde, será el turno de Categoría Mosquitos, experiencia escénica que dialoga con el deporte. Su director es Andrés Molina, quien jugó al básquet durante muchos años en Santa Rosa, La Pampa. “Cuando me vine a estudiar acá dejé por una cuestión lógica de posiblemente lesionarme y no poder bailar. Hace cuatro años empecé a probar algunas cosas del entrenamiento físico del básquet en mis clases particulares y me pareció que había algo interesante para llevar a escena”, recuerda Molina. Los primeros ensayos fueron en una cancha. Luego, el grupo se trasladó a una sala de ensayo, donde empezó a trabajar “en relación a la fisicalidad del básquet, el espacio, los vínculos”. Definida como “una prueba física que lleva al límite la resistencia del cuerpo” y “un partido que se vive con la pasión de una final”, Categoría Mosquitos se hizo en clubes, canchas y salas. “Nos faltaban el patio y el cemento”, celebra el coreógrafo.

El proceso de Otra línea, con dirección, composición e interpretación de Iván Haidar, comenzó en una residencia del artista en Portugal. “Todas mis experiencias anteriores fueron colectivas y quería ver cómo era transitar una experiencia solo. Surgió una estrategia que es duplicarme. Generar relaciones con otro yo”, explica. La obra contiene una versión virtual de sí mismo. “Empecé a grabarme, reproducirme en tiempo real y generar diferentes acciones no sólo físicas sino también sonoras. Tengo diálogos conmigo mismo. Son estrategias de duplicación para la construcción de un unipersonal que es un dúo, trío o cuarteto.” Otra línea ocupará la Antesala del Konex, a las 19.
Haidar opina también sobre el momento actual de la danza contemporánea. “Las obras que estoy viendo se hacen preguntas que no se hacen otras disciplinas. Ahondan en lugares para perderse, de investigación. Es difícil generalizar porque los límites son muy delgados, casi invisibles. Cualquiera de nuestras obras podés definirlas como danza, teatro, performance. Elijo nombrar a la mía como de danza por una cuestión de militancia. Es un espacio para preguntarse cosas, investigar, perderse y compartir”.

Un tiro, No envejeceremos juntxs, I y Tampoco son las performances de quince minutos que integrarán la Maratón, en la Sala de las Columnas, desde las 20. Estos materiales se entrelazan con prácticas circenses, el cine y otros lenguajes. “El espíritu es albergar las exploraciones dentro de las artes plásticas y otras cosas, no encerrar en danza o teatro”, define Bárbara Alonso, curadora y directora de este fragmento, que fomentará la participación del público. “El artista está inmerso en una temporalidad y hay un contador; cuando ese tiempo se acaba se acaba. Las performances están todas conectadas con el cuerpo”, añade. Y también dice que “la danza es la más débil de todas las ramas” en relación a la protección y el fomento del Estado. De hecho, es un arte que aún no está contenido por una legislación nacional.