Las presiones cambiarias no ceden. El dólar paralelo alcanzó este miércoles un pico de 64,50 pesos y el oficial se ubicó en 60,53 pesos. La brecha es de más de 4 pesos y se eleva hasta los 6 pesos si se hace la comparación contra la cotización implícita en la bolsa. El riesgo país volvió a subir por arriba de 2000 puntos por la fuerte caída en el precio de los bonos. El Banco Central volvió a intervenir para intentar contener las subas del tipo de cambio. La autoridad monetaria hace semanas que -pese a los controles a la compra de moneda extranjera- tiene que sacrificar reservas para frenar una nueva ronda de devaluación.

Perder 100 millones de dólares de reservas por día resulta inviable. Este jueves las divisas del Banco Central se ubicaron en 47.644 millones de dólares y bajaron 116 millones. En el último mes la caída acumulada es de 2329 millones y 18.665 millones desde las PASO. Los principales motivos de este desplome son dos: las intervenciones de la autoridad monetaria para contener el tipo de cambio y la salida diaria de los depósitos en dólares de los bancos.

Los últimos datos del Central llegan al 10 de octubre. Ese día se usaron 41 millones de dólares para aumentar la oferta en el mercado cambiario. Por otro lado se registró un retiro de 108 millones de dólares de las cajas de ahorro de los bancos. Los depósitos se ubicaron en 20.876 millones contra los 32.500 de principios de agosto. La credibilidad en el equipo económico bajó a niveles cercanos a cero y potencia la salida de ahorros del sistema financiero. En poco menos de 60 días se fueron 1 de cada 3 dólares de los bancos.

La pregunta que se hacen en el mercado es intuitiva: ¿cuánto tiempo puede aguantar el Banco Central este ritmo de salida de dólares? Las estadísticas muestran que en las últimas 4 semanas se perdieron en promedio 106 millones por día. La especulación que hacen los inversores es simple. Los controles cambiarios podrían reforzarse a partir de noviembre o directamente podría implementarse un desdoblamiento.

El dólar desdoblado fue un esquema aplicado en reiteradas oportunidades en la economía argentina y no resulta complejo de entender. Se ofrece un dólar comercial para los importadores y el resto de los actores (empresas o personas) compran a una cotización financiera. El dólar comercial tiene un precio administrado en el Banco Central y el financiero tiene un valor libre (lo define la oferta y la demanda).

La estrategia no es tan distinta de la actual. Lo que desaparecería es el cupo de hasta 10 mil dólares para el ahorrista minorista. Este esquema de administración cambiaria no está libre de problemas. Las maniobras de los importadores para sobrefacturar compras en el exterior y de los exportadores para subfacturar sus ventas son algunos de los canales de filtración que usa el mercado para adquirir moneda extranjera más barata.

La incertidumbre resulta una de las constantes en el mercado y afecta a la bolsa porteña. Este miércoles se registró una caída en las acciones del 1,8 por ciento y hubo algunas empresas que llegaron a perder hasta el 6 por ciento. Las empresas argentinas que cotizan en Nueva York no escaparon a esta tendencia. El riesgo país, en tanto, se elevó hasta los 2013 puntos marcando un avance de 80 unidades.