El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, negó que el gobierno esté evaluando endurecer los controles de cambios. “Las medidas que tomamos han funcionado”, aseguró. Además, dijo que el tipo de cambio está por encima de su valor de equilibrio, que las reservas alcanzan para llegar al 10 de diciembre, que no hay ninguna razón para que se produzca una inestabilidad adicional luego de las elecciones del 27 de octubre y, pese a la restructuración que se vio forzado a impulsar, sostuvo que la deuda externa es pagable porque Argentina no tiene un problema de solvencia sino de liquidez. Sobre este último punto agregó que el pasivo representa el 68 por ciento del PIB, pese a que el último dato oficial, correspondiente al segundo trimestre, muestra que está en el 80,7 por ciento y el FMI informó esta semana que llega al 93,3 por ciento.

¿Es impagable la deuda argentina? –le preguntaron en radio La Red.

No, de ninguna manera. La deuda argentina en este momento son 310.000 millones de dólares y eso es aproximadamente el 68 por ciento del Producto, casi el 70 por ciento. Es una deuda de una magnitud razonable para un país como Argentina. No tenemos un problema de solvencia sí de liquidez. –respondió el ministro.

Luego sostuvo que “es como si vos cobraras 100 pesos por año y tenés una deuda de 70 pesos, pero todos los meses que te vence tu acreedor no te quiere renovar nada porque tiene dudas sobre tu futuro. Ningún país del mundo puede estar mucho tiempo pagando todos los vencimientos. Todos los países del mundo renuevan buena parte de su deuda”.

El ministro sostuvo que el problema surgió luego de las elecciones primarias, pese a que el gobierno de Mauricio Macri tiene problemas para acceder al mercado de crédito internacional desde el primer cuatrimestre de 2018. “Después de las PASO a la Argentina no le están renovando nada y esa es una situación transitoria de iliquidez. Para eso tenemos los recursos, tenemos las reservas para solventar ese fenómeno transitorio, pero tenemos que reganar acceso al mercado de crédito voluntario, no este mes ni el mes que viene. No salir corriendo a renegociar una deuda, pero si en el lapso del próximo año. En el primer trimestre del próximo año tenemos que tener eso resuelto.

-¿Se va a endurecer el cepo?

No, nosotros tomamos las medidas que tomamos con la prioridad de preservar al ahorrista y al ciudadano de a pie. Esas medidas que tomamos, que básicamente fue reperfilar la deuda de corto plazo, extender los plazos de vencimiento y los controles de cambio, han funcionado. En el primer mes posterior a las PASO se fueron 15.000 millones de dólares de reservas y en el segundo mes 2500 millones, bajó a un sexto y básicamente asociados a pagos de deuda. No tenemos un cambio en gateras sobre ese tema.

Lacunza sostuvo luego que el tipo de cambio no le preocupa. “Hay una estabilidad cambiaria de 7 u 8 semanas que es razonable. El tipo de cambio es superior al de equilibrio. Es casi el doble en términos reales, es 90 por ciento superior al que era a fines de 2015, 60 por ciento superior a cuando empezó esta crisis en abril de 2018 y 25 por ciento superior al promedio de las últimas décadas. No hay un problema de atraso cambiario”, remarcó. Además, sostuvo que el cepo se implementó justamente porque el tipo de cambio es superior al de equilibrio. “Si hubiera un atraso cambiario estas medidas serías no solo inconvenientes sino contraproducentes y estarían incubando una presión futura. Como hay una demanda irracional sería gratuito convalidar esta demanda y trasladarla a la inflación. La inflación de ayer es consecuencia de la devaluación de agosto. Para evitar males mayores es que tomamos las medidas. No hay un problema de retraso cambiario”, agregó.

El ministro remarcó también que las reservas alcanzan para llegar al 10 de diciembre. “Las ventas de ayer (por el miércoles) tienen mucho que ver con el pago de deudas privadas al exterior. Eso tampoco hay que interrumpirlo. No es demanda especulativa de atesoramiento. Argentina tiene que cumplir esos compromisos”, dijo, pese a que en las últimas semanas ha habido reiteradas quejas de distintas empresas y cámaras empresarias sobre las dificultades para acceder al mercado de cambios.

Por último, el ministro aseguró que la inflación de 5,9 por ciento que se registró en septiembre va a ser la más alta del año, aunque el gobierno no se caracteriza por la presión en ese tipo de pronósticos ya que distintos funcionarios han reiterado, sin éxito, a lo largo de los últimos cuatro años que lo peor ya había pasado. Lacunza también se animó a prometer que no habrá ningún sobresalto económico luego de las elecciones. “No hay ninguna razón para que haya una inestabilidad adicional”, concluyó.