Recuerda el sitio SModa que, en 2013, “tres pesos pesados de las pasarelas, Naomi Campbell, Iman y Bethann Hardison, crearon Diversity Coalition, una asociación que denunciaba la falta de diversidad racial en la industria de la moda”. Por aquel entonces, el trío llamó a poner fin al racismo en el mundillo de la moda, advirtiendo que más del 90 por ciento de las modelos que desfilaban en Nueva York, Londres, Milán y París eran blancas, reclamando a los consejos de diseñadores de las principales capitales glam que tomaran cartas en el asunto, señalando además qué reputadas firmas consistentemente excluían a minorías… Pues, “aunque la diversidad real no se ha alcanzado aún, seis años después se puede hablar de un cambio real”, afirma la citada web, haciéndose eco de un estudio reciente que registra un significativo récord positivo en materia de fichajes: de las más de 7 mil modelos que participaron en las últimas semanas de la moda, a razón de un 40 por ciento no eran caucásicas, cifra ciertamente esperanzadora, a la que se suma flamante novedad de las arcas fashionistas. Y es que, anunciadas las nominaciones de los codiciados Fashion Awards, que entrega el British Council anualmente a lo más destacado y meritorio de la industria, habemus cinco candidatas a la categoría Mejor Modelo del Año; de las cuales, la vasta, vasta mayoría es -por primera vez- de ascendencia afro. Aún más: milita con fervor en pos de acabar con la discriminación, sumándose además a otras causas justas y urgentes. Hablamos de las top, top, top Adut Akech, Adesuwa Aighewi, Adwoa Aboah y Winnie Harlow, que junto a Kaia Gerber se baten por el honor, que se entregará con todas las pompas el venidero 2 de diciembre en el Royal Albert Hall.

 

A modo de sucinta bio, vale decir que, nacida en Sudán, Akech vivió en varios campos de refugiados antes de ser descubierta por azar y devenir favorita de Chanel, Saint Laurent, Givenchy, Valentino, Versace, Prada; labura con asociaciones antibélicas y de ayuda a refugiados. Mientras, la canadiense Harlow, modelo con vitiligo (condición por la que sufrió bullying en sus años mozos), no pierde chance para arengar a terrícolas a “celebrar las bellezas únicas, distintas”. Por su parte, Aighewi -hija de científicos medioambientales- estudió química, hizo una pasantía en la NASA y finalmente se zambulló de lleno en la moda, a sabiendas de que amplificaría su influencia, su voz; haciendo -eso sí- corte de manga a las presiones de la industria porque se deshiciera de sus rastas y se alisara el cabello, gesto que denunció en una sonada columna de 2017, en The Guardian, donde hablaba del “creciente sentimiento de orgullo de la comunidad afro que está cambiando la dirección del mundo fashion”. De la pecosa brit Aboah, vale destacar muy especialmente que haya creado una plataforma sorora llamada Gurls Talk, espacio seguro para que mujeres de todas las latitudes compartan sus experiencias y miedos, discurran sobre enfermedades mentales, depresión, sexualidad, cuidados personales, arte, relaciones… En fin, cuatro candidatas para un galardón que, lo gane quien lo gane, estará en manos ejemplares.