El ex jefe de los patólogos forenses de la ciudad de Nueva York, Michael Baden,  afirmó este miércoles que la evidencia sugiere que el Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual, no se suicidó en su celda en Nueva York, sino que pudo haber sido estrangulado en el Centro Correccional Metropolitano, el 10 de agosto.

Las autoridades, incluida la jefa de medicina forense de Nueva York, Barbara Sampson, concluyeron en agosto pasado que la muerte del magnate, un famoso hombre de negocios bien relacionado, fue un suicidio por ahorcamiento en su celda.

Pero el patólogo Michael Baden dijo en un programa de televisión de la Fox (y luego fue reproducido en diversos medios locales) que el cuerpo de Epstein mostraba una serie de lesiones que "son extremadamente inusuales en las ejecuciones suicidas y podrían ocurrir mucho más comúnmente en un estrangulamiento homicida". "Creo que la evidencia apunta al homicidio en lugar del suicidio", dijo el doctor Baden, quien analizó los informes de la autopsia que fue realizada por funcionarios de la ciudad.

"Al hermano le preocupa que si (Epstein) fue asesinado, entonces otras personas que tienen información podrían estar en riesgo", insistió Baden, quien llegó a sugerir posibles presiones de personas poderosas.

Baden dijo que había signos de actividad "inusual" "desde el primer día" de la autopsia, porque las heridas eran "más consistentes ligadas a un estrangulamiento homicida". El forense notó hasta tres huesos y cartílagos fracturados en la tiroides de Jeffrey Epstein y aseguró que nunca había visto tales lesiones en suicidios por ahorcamiento y sí en casos de homicidios en sus más de cincuenta años de ejercicio de la profesión, con más de 20.000 autopsias. "Cuando uno se cuelga, no se provoca esas fracturas. Cuando es ahorcado (por otro), sí. Se aplicó una gran cantidad de presión", insistió el médico.

Con estas conclusiones a partir de los informes de la autopsia, Baden pidió a los fiscales que dieran a conocer los resultados de las muestras de ADN. “Tomaron recortes de uñas para ver si hay ADN de alguien más, ni tampoco hay información sobre el ADN en la ligadura de tiras de sábanas de color naranja rotas que rodeaba el cuello”, comentó. “Quienquiera que lo haya hecho tiene que tener mucho ADN y el hermano ha estado pidiendo eso desde el primer día”.

El patólogo también cuestionó las circunstancias que rodearon la muerte de Epstein, incluyendo la afirmación de que dos guardias de seguridad se quedaron dormidos mientras trabajaban en la cárcel. “Ocasionalmente un guardia se duerme, nunca dos al mismo tiempo”, dijo en Fox News. “El problema sería: ¿Alguien entró y causó su muerte?”. Tres semanas antes del deceso, Epstein tenía hematomas en el cuello y entonces se puso en marcha un protocolo de vigilancia para presos que intentan suicidarse, que incluye un guardia yendo a ver al reo cada 15 minutos. Pero esa protección fue levantada pocos días después sin mayores explicaciones. 

Baden también afirmó que no faltaban personas que desearan verlo muerto. “Había otras 800 personas en la institución correccional y a la mayoría de ellas les hubiera gustado tenerlo en sus manos”, dijo. Y señaló que “varias personas tuvieron que estar involucradas si se trató de un homicidio”. “Ya han pasado 80 días y el hermano siente que está dando vueltas”, comentó Baden. “Cree que su hermano no era de los que se suicidan, pero quiere conseguir la información que no ha podido obtener hasta ahora”.

Epstein, fallecido en agosto a los 66 años, era un rico financiero y un delincuente sexual ya condenado previamente y que estaba en el registro de depredadores sexuales. El magnate utilizó su dinero y sus conexiones (Donald Trump y el príncipe Andrés de Gran Bretaña, entre muchísimos otros) para obtener un acuerdo de declaración de culpa ampliamente criticado en un caso en Florida en 2008 puesto que quedó entonces en libertad para luego poder reincidir. 

El magnate se declaró inocente en estos cargos, pero enfrentaba hasta 45 años de cárcel si era hallado culpable. Después de que muriera, decenas de testimonios de mujeres abusadas por él salieron a la luz. Su muerte alimentó varias teorías de conspiración, en su mayoría especulando que había sido asesinado para evitar que revelara información comprometedora sobre algunos de sus conocidos.