Desde Berlín

La caída del muro es sin duda uno de los hitos históricos y políticos más representativos del siglo XX. Así como apareció de la noche a la mañana -el gobierno de la Alemania comunista (RDA) comenzó a cercar la frontera de Berlín occidental a partir de la 1:00 de la noche del 13 de agosto de 1961-, también se tiró en una noche: la división terminó el 9 de noviembre de 1989. Miles de personas se agolparon para derrumbar ese muro, tan físico y simbólico, parte de la ciudad por más de 28 años.

Lo que siguió -y sigue- a su caída fue un largo proceso de diálogo, tolerancia, aceptación y adaptación a lo largo de todo Alemania. Pero esa noche fueron las emociones las que estuvieron presentes en las calles. Nadie fue indiferente a lo que pasaba en las calles berlinesas, encendidas y encanecidas por los sucesos de aquella noche, disparados por las declaraciones de Günter Schabowski en el Centro de Prensa Internacional (IPZ) de Alemania del Este, donde confirmaba que todos los ciudadanos de la RDA podían cruzar en cualquiera de los pasos fronterizos del muro de manera inmediata (ab sofort).

30 años después, en pos de recordar la caída del telón de acero (der Fall des Eisernen Vorhangs), la ciudad de Berlín celebra en cada rincón de la ciudad y para todos los gustos. Artistas, conciertos, fiestas, películas, instalaciones, debates… un programa infinito que duró 7 días y culmina hoy, día oficial de la conmemoración.

La canciller alemana Angela Merkel, a quién le tocó crecer en la RDA y a los 35 años presenciar la caída del muro, participará de los eventos oficiales al igual que el resto lo largo de las calles de la capital y en la puerta de Brandenburgo, donde desde las cinco de la tarde se llevarán a cabo varios eventos en un escenario y de entrada gratuita. Desde la orquesta estatal de Berlín, dirigida por Daniel Barenboim, hasta Anna Loos, pasando por la Banda Internationale, Zugezogen Maskulin, Die Zöllner, Dirk Michaelis y Trettmann, entre otros, harán de esta tarde de sábado un momento más que memorable. Un espectáculo de danza tecnológica en tiempo real, la obra "Voces de la libertad" y un espectáculo de arpa láser también tendrán lugar en esta fiesta popular.

Desde el lunes y hasta el mañana se pueden disfrutar instalaciones y obras de teatro en diferentes puntos simbólicos de la ciudad. Sobre los edificios de Alexanderplatz, uno de los espacios más importantes en la Berlín del Este, se proyectan imágenes y filmaciones de las revoluciones y protestas sociales previas a la caída del muro. En la East Side Gallery, donde se encuentra la mayor extensión del muro, se pudo y se podrá apreciar la instalación acuática del artista Rainer W. Gottemeier.

Además de los festejos, para darle el espacio a la memoria, en los antiguos cuarteles de la Stasi se ha podido apreciar una obra de teatro, además de escuchar algunas de las llamadas grabadas por la policía secreta alemana. A su vez en varios puntos legendarios de la ciudad como iglesias que sirvieron de espacios para reuniones secretas, en la avenida K-damm, centro de la alemania del Oeste, o en el puente de los espías de Potsdam, se han podido disfrutar de diferentes instalaciones y conmemoraciones.

Especial atención tiene la obra “Visions in motion” (Sueños en movimiento) del artista Patrick Shearn y su escuela Poetic Kinetics. Dicha instalación invita a todos a escribir sus mensajes, deseos y esperanzas en 140 caracteres y sumarlos a la gran bandera que flotará hasta el final sobre la simbólica calle 17 de Junio, conformando un gran twitter viviente con mensajes positivos de unificación y encuentro.

Para aquellos que buscan festejar por la noche, también existen posibilidades pues los festejos atraviesan todos los géneros y espacios. En el trigésimo aniversario de la caída del muro, la Berlin Club Commission, a cargo de la European Club Night, organiza un gran festejo en paralelo invitando agrupaciones y artistas de 27 países europeos para que se presenten en 27 clubes legendarios de la ciudad. La idea detrás es mostrar que la caída del muro de Berlín significó el inicio de la unión europea y la posibilidad de viajar e intercambiar libremente. Pero además concientizar sobre aquellas regiones donde esto no es posible, debido a conflictos militares o políticas marginales.

La Ministra de Estado de Política Cultural Internacional del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, Michelle Müntefering, abrirá la European Club Night. Además de los representantes del Instituto Goethe, así como numerosos agregados culturales con sede en Berlín, el alcalde de la declarada ciudad de la libertad, Michael Müller, ha anunciado su participación.

Lutz Leichsenring, portavoz, miembro ejecutivo del directorio de la Berlin Club Commission y el que lleva a cabo toda esta movida, cuenta que la misma colabora con la mejora del reconocimiento y la reputación de la vida nocturna, tan característica de Berlín. “La cultura del club está siendo considerada cada vez más como un factor cultural, social y económico de la ciudad. Para ello, recibimos fondos de la ciudad y podemos apoyar a nuestros grupos de interés mediante consultas, redes y educación”.

Como una de las principales autoridades internacionales de la protección de las industrias creativas, Leichsenring comparte su punto de vista respecto del paso a paso. “Creo que tomar el camino de unir la escena y comenzar a cerrar la brecha con las autoridades es el primer paso. Los grandes cambios a menudo comienzan con un pequeño programa piloto y una buena evaluación. Servir a los tomadores de decisiones con hechos, en lugar de emociones, es muy importante. También ayuda a presentar las mejores prácticas de otras ciudades, para desafiar la competencia entre las mismas”.

En definitiva, para congregar y unir, es necesario asentar el marco de valores compartidos. El manifiesto en el que los clubes participantes se comprometen con una carta de valores comunes, desde hoy temprano se puede encontrar en los sitios webs de las entidades responsables clubcommission.de y europeanclubnight.berlin .

El crisol de involucrados y actividades, y la vinculación del público en cada una de ellas,  muestra el impacto que sigue teniendo la caída del muro a nivel simbólico, no solo para la ciudad de Berlín sino para Alemania y también el mundo.