Desde Santa Fe

El ministro de Trabajo, Julio Genesini, dictó ayer la conciliación obligatoria en el conflicto por el acueducto Desvío Arijón, la obra pública más importante de la provincia, y frenó 160 suspensiones por 20 días que habían anunciado las empresas contratistas Tecsa, Panedile y Eleprint por atrasos en los pagos de una deuda de casi 400 millones de pesos que llegará a 600 millones el mes que viene. 

La medida se conoció en las primeras horas de la tarde, después de que los trabajadores suspendidos se manifestaran en la plaza de Mayo, frente a la Casa Gris, donde reclamaron la intervención del gobierno de Miguel Lifschitz para que “los platos rotos no los paguen los más vulnerables”, dijo el secretario adjunto de la UOCRA, Gastón Pissini.

La protesta de ayer es la segunda que metió presión a Lifschitz y –por elevación- al gobernador electo Omar Perotti. Ya el jueves, los trabajadores de la obra se habían convocado frente al Ministerio de Trabajo, donde las contratistas anunciaron que esta semana –si el gobierno no cancelaba los certificados en mora por 380 millones de pesos- suspenderían a sus 160 obreros por 20 días y sin goce de sueldo, desde el martes 19 hasta el lunes 9 de diciembre. Perotti asumirá 48 horas después, el miércoles 11 de diciembre.

Ayer, a la mañana, los trabajadores del acueducto, encabezados por Piccini y el delegado de base, Juan Pablo Lucca, volvieron a manifestarse frente a la Casa de Gobierno, donde pidieron que el ministro de Trabajo dicte la conciliación obligatoria y frene las suspensiones. “Si hay una restricción (en los pagos) o hay que esperar, que esperen las empresas. ¿Por qué tienen que esperar los trabajadores? Siempre la parte más vulnerable es la que paga los platos rotos”, planteó Pissini. A primera hora de la tarde, se conoció que el ministro Genesini había dispuesto la conciliación obligatoria.

Lucca dijo que el conflicto en el acueducto Desvío Arijón (etapas 2 y 3) se agravó en los últimos días. “Desde mitad del año, el gobierno provincial promete los pagos de las certificaciones de obra y no cumple”. Así se llegó a esta situación, en que las empresas –dijo el gremialista- plantearon que “ya no tienen espalda financiera para aguantar” los atrasos. Y metieron presión a Lifschitz y también a Perotti con el anuncio de las 160 suspensiones, que eran hasta el 9 de diciembre, dos días antes de que asuma el gobernador electo.

Pissini alertó sobre el panorama gremial en las obras públicas. “La situación más grave” era la del acueducto Desvío Arijón, donde “las empresas pretendían suspender de un plumazo a 160 compañeros”. “Hablamos de 160 familias, esto es devastador para la economía familiar”.