En este último tiempo las Fuerzas Armadas en América Latina recobraron un protagonismo peligroso, no deseado ni recomendado para la salud de las democracias del subcontinente. Lo sufre el pueblo boliviano desde el golpe de Estado pero también la participación en la represión en Chile e incluso en la presencia de ex militares en el gobierno de Brasil. En ese sentido, el eje principal de la tarea de Agustín Rossi al frente del Ministerio de Defensa del inminente gobierno de Alberto Fernández, será reafirmar la conducción civil de la defensa y como tal la subordinación militar al poder político y democrático.

Este trabajo no le es extraño a Rossi quien ocupó el mismo puesto entre junio de 2013 y el 10 de diciembre de 2015. En aquel momento, este santafesino de 60 años, había llegado al despacho ministerial que se encuentra en lo se conoce como Edificio Libertador en un contexto político, social e incluso económico totalmente diferente a lo que enfrentará a partir del próximo 10 de diciembre. En esos años, la tarea de Rossi no sólo incluía el reequipamiento de las Fuerzas Armadas sino que además existían una serie de espacios a nivel regional que le daban un lugar a los ejércitos alejándolos (con mayor o menor éxito) de las tentaciones non santas de los años setenta.

Los ejes de su gestión

La Unasur tenía en su interior lo que se conoció como Consejo de Defensa Sudamericano donde participaban los ministros de Defensa de América del Sur. El haber desafecto la Unasur le permitió a los Estados Unidos revivir la Junta Interamericana de Defensa con las consecuencias actuales como fue lo que ocurrió en Bolivia donde el presidente Donald Trump felicitó a los militares bolivianos por sacar a Evo Morales del gobierno. Para Rossi la existencia o la injerencia de esa Junta Interamericana es necesario rever.

El otro eje de la gestión que se propone Rossi pasa por el reequipamiento de las Fuerzas Armadas. En estos últimos cuatro años, la gestión de Cambiemos en Defensa giró alrededor del desmantelamiento que supuestamente realizado el gobierno de CFK con Rossi como ministro. En este sentido, el futuro ministro suele recordar que en 2013 se había hecho una inversión importante en equipamiento y que se profundizó en 2014 y 2015. Es más, ahora ya con la designación confirmada Rossi recuerda la sanción de la ley que crea el Fondo Específico para el Equipamiento de las Fuerzas armadas y que prevé la utilización del el 0,35 por ciento de lo que se define como ingresos corrientes del Estado para apuntalar el reequipamiento. La norma prevé además que ese porcentaje ascienda hasta 2023 al 0,8 por ciento que es sensiblemente superior al 0,1 por ciento que destina en la actualidad el gobierno de Mauricio Macri.

Rossi, que tiene el título de ingeniero civil que obtuvo en la Universidad Nacional de Rosario, tiene en su currículum político el haber sido concejal de la ciudad santafesina, diputado nacional donde ocupó en dos oportunidades la jefatura de la bancada del entonces Frente para la Victoria. Ahora repetirá en Defensa pero con una agenda diferente. Esto lo sabe y lo repitió en los últimos comentarios periodísticos que realizó: Tiene que desactivar cualquier intento de militares trasnochados que busquen de transformarse otra vez en gendarmes de la democracia