Desde Madrid

"How dare you?" (¿Cómo te atreves?), rezaba una gran bandera que un grupo de activistas colgó sobre el puente que cruza la avenida Castellana, por donde decenas de miles de personas marcharon ayer para exigirle a la clase política que adopte medidas urgentes y concretas contra el cambio climático.

La frase -¿cómo te atreves?- pertenece a un famoso discurso que Greta Thunberg realizó en Naciones Unidas para reprocharle a las autoridades políticas que ella debiera estar en la calle exigiendo acciones para frenar la emergencia climática, mientras ellos pronunciaban discurso vacíos y no actuaban para frenar la crisis.

Miles de personas, familias con niños, jóvenes, y personas mayores marcharon junto a la activista sueca en las calles de Madrid para reforzar aquel mensaje de que no hay tiempo, y que la acción contra el cambio climático debe comenzar ya de forma drástica.“Acción ya”, “No hay planeta B”, y “Negacionismo es un suicido”, rezaban numerosos carteles en manos de los activistas.

El negacionismo es justamente uno de los principales impedimentos para que la Cumbre COP 25 que se celebra en estos días en la capital española adopte medidas de peso. Ese negacionismo tiene un nombre, Donald Trump. La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París que anunció el mandatario estadounidense deja cojo cualquier acuerdo mundial por el clima, a raíz del peso significativo de la potencia norteamericana en la emisión de gases de efecto invernadero. Junto con China, los dos países son los principales emisores y superan por amplio margen a la India, Rusia, y Alemania que son las tres naciones que le siguen.

La masividad de la marcha y el protagonismo de los jóvenes, que prometen continuar la protesta después de la COP 25, suman presión a los miles de dirigentes, expertos y burócratas que recorren los pasillos de la Cumbre Climática estos días para concluir con un consenso de acción real contra el calentamiento global.

“La gente de poder debería ser la primera en dar el ejemplo en la lucha contra el cambio climático, porque son los que mayor influencia tienen en la sociedad”, apuntaba Natalia Estrada Smith, una joven española que participó de la marcha junto a dos compañeras de la escuela. 

“He venido aquí por Greta, y para limpiar el mundo”, decía Gloria Sambueza, una escolar que junto a su padre conformaban la cadena de personas al frente la manifestación.
La joven activista sueca participó de la marcha durante unos minutos pero debió retirarse por sugerencia de la policía ante el desborde de prensa y curiosos que querían acercársele. Antes, había dado una conferencia de prensa en el centro cultural La Casa Encendida, y había dicho que esperaba que la Cumbre del Clima llegara a algo concreto y que los responsables políticos se dieran cuenta de la crisis climática.

“Esperemos dejarles un planeta vivible a nuestros nietos”, decía Francisco Asís Zumárraga, acompañado por su hijo y su nieto. “Todos y cada uno debemos poner el grano de arena para que puedan vivir nuestros descendientes, aunque, por supuesto, tienen más responsabilidad las empresas”.

No solo españoles marcharon. En efecto, la mayoría de los carteles estaban escritos en inglés, lo que seguramente se hizo adrede para que fueran percibidos por la prensa internacional. Cristina Lux había llegado desde Chile para advertir sobre las zonas de sacrificio en Chile, que es donde se quema el carbón en el país sudamericano. “Los niños están condenados desde antes de nacer a sufrir las externalidades negativas de un modelo de producción y de desarrollo”, apuntaba esta joven activista. Muchas otras chilenas y chilenos le apuntaron al presidente Sebastián Piñera por la represión en Chile, y pidieron que la Cumbre no se olvidara de los 26 asesinados que dejó la protesta en el país.

Simon Peter, del Reino Unido, marchó por la laguna El Mar Menor, ubicada en el sur de España, y desde donde había llegado. “El mes pasado colapsó y miles de peces murieron, es un llamado de atención a todo el mundo”, apuntó este viejo activista que 35 años atrás había protestado frente al parlamento sueco por la contaminación en el mar báltico.

Este lunes, Greta Thunberg llevará estos mensajes al interior de la COP 25 cuando integre un panel junto a la ministra de Educación de España y otras autoridades políticas. Por el momento, el avance más concreto en la lucha contra el cambio climático lo ha dado la Unión Europea al anunciar la puesta en marcha de un Green New Deal. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo presentará el próximo miércoles. 

Sin embargo, los ojos están puestos en la delegación de China. Con la retirada de Estados Unidos, el gigante asiático aparece como la mayor esperanza de alcanzar un consenso global que trascienda el continente europeo y pueda atacar el cambio climático. Un desafío para la economía asiática, cuyo motor funciona, sobre todo, a carbón, el mayor contaminante.