La producción de acero crudo retrocedió 21,6 por ciento en noviembre respecto a igual mes de 2018, con un volumen de 357.500 toneladas, y en los últimos doce meses la baja acumulada es del 9,9 por ciento. La caída fue consecuencia de la recesión económica, fundamentalmente del flojo desempeño que vienen registrando sectores clave del entramado productivo como la construcción y la industria automotriz. A su vez, en noviembre también se vio resentido el nivel de actividad del sector energético en Vaca Muerta
La Cámara Argentina del Acero, en un comunicado de prensa, informó que frente a octubre pasado la producción siderúrgica local marcó una baja de 6,4 por ciento. La entidad que agrupa a las principales siderúrgicas del país señaló que el segmento de la construcción se encuentra en la actualidad en un piso anual y que no se avizora un repunte en el corto plazo hasta ver cómo evolucionan las medidas del nuevo gobierno.
En este contexto, en noviembre la producción de hierro primario fue de 268.000 toneladas, con una caída de 1,9 por ciento frente a octubre (273.200 toneladas) y 21,5 por ciento en relación a igual mes de 2018 (341.500 toneladas). Por su parte, la producción total de laminados terminados en caliente fue de 335.500 toneladas, con una baja de 16 por ciento respecto a octubre (399.500 toneladas) y 12,2 por ciento frente a noviembre (382.100 toneladas). Por último, la producción de planos laminados en frío de noviembre fue de 99.800 toneladas, resultando un 11,1 por ciento inferior a la de octubre (112.200 toneladas) y 20,05 por ciento mayor que en noviembre de 2018 (82.800 toneladas).
Una de las causas principales del derrumbe es la crisis que atraviesa la industria automotriz. La Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) informó a comienzos de mes que en noviembre la producción local de automotores cayó de 26,4 por ciento interanual, mientras que la caída con respecto a octubre fue de 14,9 por ciento.
En lo que va del año se produjeron 300.263 unidades, entre autos y utilitarios, lo que marcó una contracción del 32,7 por ciento en comparación con las 446.174 unidades que se produjeron en los primeros once meses de 2018. En automóviles las terminales produjeron hasta noviembre 103.680 unidades, un 49 por ciento menos que en igual período del año pasado. En utilitarios la cantidad producida se contrajo un 19,1 por ciento interanual, a 196.583 vehículos.
En cuatro años de macrismo la industria automotriz redujo sus operaciones a mínimos desde 2005, con desplome de los indicadores que en términos relativos no se observaba desde la crisis de 2002. El automóvil fue siempre una opción alternativa de ahorro para quienes no accedían –o ya tenían- un inmueble para ganarle a la inflación. Sin embargo, la carrera que emprendieron los precios no pudo ser alcanzada por los salarios, que perdieron todos los años.