“Todos estamos hechos de muchas partes y muchas mitades." Estas palabras son las que Enrico Casagrande y Daniela Nicolò, directores del espectáculo MDLSX, le regalan a la actriz Silvia Calderoni para que bucee en la siempre compleja construcción de la identidad. MDLSX es un espectáculo atravesado por la problemática de género de la compañía italiana Motus, que se presenta este sábado a las 19 en el Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530) en el marco del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA).

Portadores de un original lenguaje, los directores Casagrande y Nicolò fundaron la compañía en 1991. Sus producciones navegan en las aguas revueltas de las heridas, conflictos y contradicciones de la sociedad actual. Y MDLSX, que desde que estrenó en 2015 recorre el mundo, no escapa a ello.

Con una pieza autobiográfica de una sola intérprete, Calderoni da vida a un ser andrógino que cuestiona las barreras entre géneros. Primero como una niña, y luego ya como una mujer, se enfrentará a una realidad en la que no puede encajar. Acorralada por una cultura que determina lo que es oficial y lo que no, iniciará un viaje que no sólo será físico, sino que también será de un cuestionamiento a la heteronormatividad

"'Monstruo' es la palabra que la cultura ha designado para nombrar lo que soy”, cuenta la protagonista. Con una emotividad que le da la fuerza de la acción, iniciará una huida para sanar las heridas. Y a partir de ahí, el regreso a casa ya no será el mismo y el espectador tampoco.

De gran producción multidisciplinar, apoyado en la danza, el videoarte, la música de grupos como Vampire Weekend y The Smiths, la obra -que tuvo en el FIBA su primera función este viernes- invita a hacer un viaje por el proceso de construcción de una identidad. Y esa identidad, que es individual, se hace colectiva en el momento en que hay una cultura que delimita y que busca normalizar los cuerpos. ¿Cuál es el rol de la medicina en los casos de intersexualidad? ¿Qué define la identidad sexual?

Esas preguntas y más, surgen de MDLSX, pieza inspirada en Middlesex, la obra de Jeffrey Eugenides que le valió el Premio Pulitzer en 2012. El libro cuenta la historia de un hermafrodita que bucea en su propia identidad. Sin ser una adaptación de la novela, MDLSX es la confesión autobiográfica de Calderoni. Con fragmentos de videos de su infancia y con la exactitud de las palabras, relata que nació dos veces: primero como una cosa y después como otra cosa.

El espectáculo es definido como un “dispositivo sonoro explosivo, un himno solitario y lisérgico a la libertad del devenir, a la mezcla de géneros, a ser distinto de lo que marcan las fronteras del cuerpo, el color de piel, los órganos sexuales; ser distinto de una nacionalidad impuesta o adquirida, una pertenencia a la patria”. Pero finalmente es más que eso, la apuesta escénica es de un atractivo estético que combina luces estroboscópicas con palabras e imágenes extremas y explosivas que alcanzan un profundo significado expresivo.

La obra se inscribe en un contexto en el que las temáticas de género “están de moda”. Lo que plantea es sumamente necesario en estos tiempos. La potencia política del teatro resulta evidente cuando la poesía que deja MDLSX en el espectador se convierte en material suficiente para poder pensar e imaginar un nuevo mundo.