Racing logró una victoria histórica al derrotar este domingo 1-0 a Independiente en un caliente clásico de Avellaneda, en el que la Academia jugó casi todo un tiempo con nueve hombres por la expulsión del arquero Gabriel Arias en el final de la primera parte y de Leonardo Sigali a los diez segundos de la parte final. Marcelo Díaz anotó el tanto del conjunto de Sebastián Beccacece, que tuvo así su dulce revancha ante su ex equipo. Sobre el final, Independiente también se quedó con nueve por las rojas a Cecilio Domínguez y Lucas Romero.

En un marco espectacular, fue Independiente el que tomó la iniciativa del clásico de Avellaneda. Apeló al ritmo que parece ser el estilo de su nuevo técnico, Lucas Pusineri. Rapidez, pases cortos, presión y ataque. 

Pero la primera jugada de gol la tuvo Leonardo Sigali con un cabezazo que se fue por arriba del arco de Martín Campaña. No fue "la jugada", pero al menos sirvió para alentar ánimos entre los locales.

El partido también se jugaba a los costados. Es llamativo todavía ver a Baccacece algo más tranquilo, con el pelo atado y de traje. No parece estar a 200 sino a, digamos, 180. Pusineri, en cambio, siempre no dejaba de mantener la calma. Pero el que perdió la calma fue Racing, que con Iván Pillud fue inclinando el ritmo de juego a su favor. Y Matías Rojas casi hace el primero con un tiro libre espectacular que Campaña mandó al córner con una volada tremenda.

Lolo Miranda se lleva la pelota. (Télam)

A los 15 minutos, el Rojo tuvo su chance con un buen avance que Leandro Fernández terminó con un remate que atajó Gabriel Arias. Después llegó la primera emoción. Licha López pateó sin convicción un tiro que atrapó Campaña y al minuto Walter Montoya mandó la pelota al travesaño rojo. A esa altura se percibía el gol de Racing, el clima se caldeaba y la gente alentaba.

Así el clásico pasó a jugarse como se juegan todos los clásicos: con el cuchillo entre los dientes. La Academia empezó a hacer valer su condición de local. Pusineri gesticulaba a sus jugadores para que bajaran un cambio. Y Pillud remataba desde afuera del para hacer sentir que el local estaba mejor parado. Encima, Montoya se comía la cancha: defendía, la pasaba y atacaba. Y Licha López -¿cuándo no?- sacó otro tiro y la pelota cruzó el arco vacío por un Campaña vencido. A esta altura vale preguntarse cómo hace el Licha López para estar en todas. Atacar, jugar por momentos como mediocampista y dar las indicaciones necesarias a sus compañeros. No vamos a decir que Racing jugaba diez puntos, pero sí que lo tenía nocaut al Rojo.

Braian Romero anticipa el esfuerzo de Mena. (Télam)

Pero esto es fútbol, amigos. Y Gabriel Arias le tapó con la mano afuera del área una pelota a Cecilio Domínguez, quien se iba al gol, y vio la roja a los 39. El arquero suplente Javier García entró por David Barbona y en la cancha todos se preguntaban si Independiente podría, con uno de más, sacar la ventaja que no pudo quince días antes en La Bombonera, cuando también quedó con uno de más.

El segundo tiempo empezó con un supuesto codazo de Sigali a Leandro Fernández y el de Racing vio la roja. Ahora quedaban 9 contra 11. El Rojo tenía servido todo en bandeja para ganar el partido. O sea, doble presión para un equipo que había jugado mal y con dos jugadores más de exponía al papelón de no poder.

¿Y qué pasó? Pasó que Independiente se pareció al Boca de Alfaro jugando a la defensiva contra River en el Monumental, en el superclásico del año pasado. ¿Dónde quedó el equipo que le hizo partido a River y que después goleó a Central? ¿Qué le pasó? Le pasó Licha López, que con su sola presencia parecía meter miedo a los jugadores rojos. La agarraba en el medio y los de Pusineri lo dejaban hacer. Entre los de Independiente parecían no darse cuenta de que tenía dos jugadores más que el rival. Apenas un cabezazo de Braian Romero que García sacó al corner con una atajada digna de marco.

Racing no perdió el entusiasmo ni tuvo miedo. Darío Cvitanich entró por el Licha, que se fue aplaudido por la multitud. Los de Racing empezaron a pegar y el árbitro Patricio Loustau no quería saber nada con poner más amarillas. Muchos menos rojas, claro. Tampoco era cuestión de hacer el trabajo que desde ahora le tocaba a los timoratos jugadores rojos.

Cada avance de Independiente parecía un chiste de ma gusto. Armaban jugadas desde el medio, yendo de derecha a izquierda y viceversa pero poco hacia adelante. Y cuando llegaban aparecía García o cualquier defensor para evitar un gol.

A los 41 no llegó el milagro sino el merecido gol de Racing. Marcelo Díaz aprovechó una pelota que le quedó en la puerta del área roja y puso el 1 a 0, tras un pase de Cvitanich y una dejada espectacular de Miranda.

Cabe preguntarse qué hubiese pasado si entre los nueve de Racing estaba el Licha López. Es posible que la Academia se hubiese llevado una victoria abultada o hasta hubiese definido el partido mucho antes. Quedará la duda. De lo que no quedará duda es que este no será un clásico más. Porque con los años será recordado como aquel partido en el que Independiente, con dos jugadores de más, hizo un papelón que quedará en la historia. Tan en la historia como la victoria de Racing, que no bajó los brazos y demostró que con empuje y en equipo todo es posible.

1 RACING CLUB: Arias; Pillud, N. Domínguez, Sigali, Mena; M. Díaz; Montoya, Barbona, Miranda, Rojas; L. López. DT: Beccacece.

0 INDEPENDIENTE: Campaña; Bustos, Franco, Barreto, Sánchez Miño; Blanco, L. Romero, B. Romero; L. Fernández, S. Romero, C. Domínguez. DT: Pusineri.

Estadio: Racing. Arbitro: Patricio Loustau.

Gol: 86m M. Díaz (R)

Cambios: 42m J. Garcia por Barbona (R); 49m M. Martinez por M. Rojas (R); 50m Ortega por Sánchez Miño (R); 64m B. Martínez por Bustos (I); 68m Cvitanich por L. López (R); 76m Roa por Blanco (I).

Incidencias: 39m expulsado Arias (R); 46m expulsado Sigali (R); 88m Domínguez (I); 95m L. Romero (I)