Cuando en la comunidad analítica nos referimos a la invención sintomática en la cura, en realidad estamos hablando del hecho de la inexistencia de una “cura tipo”. Un escrito de Lacan, titulado “Variantes de la cura tipo”, fue la respuesta a otro que, publicado en 1954, postulaba la cura-tipo. En su escrito, Lacan tiene como interlocutor a Maurice Bouvet, autor de “La cura tipo”, un artículo centrado en la temática. Pese a las seis décadas y media transcurridas desde su aparición, el texto de “Variantes…” no ha perdido vigencia. En la actualidad, las psicosis presentan las más variadas fenomenologías. El propio concepto “variantes” presupone la existencia de algún tipo. De ese modo, resulta un término apto para el psicoanálisis ya que -incluso más que antes- no es posible pensar en un modo “tipo” de cura.

La práctica analítica nos muestra cada día cómo el campo de las psicosis parece ir modificándose. Y dentro de ese universo de sujetos ubicados en una franja inclasificable, nos planteamos si esos individuos y sus psicosis no son el resultado de un rebrote emergente de los tiempos en los que vivimos. Las posibilidades de tratamiento se definen más claramente si nos preguntamos qué es lo que permite anudar los registros entre lo real, lo simbólico y lo imaginario. Es el recorrido que nos propone una clínica basada en localizar lo que sirve de enganche y, al mismo tiempo, aquello que desengancha. Nos interrogamos si el sujeto puede soportar su cuerpo o si hay alguna dificultad de anudamiento al imaginario corporal. Estos casos, de psicosis ordinaria, nos enseñan acerca de una forma de goce, difícil de ubicar dentro de las neurosis o de las psicosis francas, debido a que el síntoma es un goce larvado, detrás del cual se oculta el mecanismo de la forclusión.

La propuesta de nuestro seminario apunta a revisar qué supone hablar hoy del psicoanálisis de una psicosis. Junto con las psicosis extraordinarias, también abordaremos lo que definimos como “locuras blancas”, cuadros de psicosis sin delirios o psicosis pseudo neuróticas, a los que la psiquiatría llamaba “psicosis blancas”. Las clases se articularán basándonos en casos clínicos y en referencias a la última enseñanza de Lacan, contenidas en los seminarios RSI y El sinthome.

También analizaremos dos presentaciones de enfermos de Jacques-Alain Miller, desarrollada en París, y sumaremos nuestra propia casuística, a fin de mostrar que hay soluciones que resisten y otras que no. Los participantes del seminario estarán invitados a presentar su propia clínica, con el objetivo de que juntos podamos reflexionar acerca de la estrategia del analista y de sus atajos. Así, apuntaremos a entender a qué desafíos debemos hacer frente para mantener lo más cerca posible la relación entre el cuerpo y su decir, qué supone intervenir con cautela y cómo descubrir junto al sujeto los aspectos desconocidos de su determinación, lo que permite, a su vez, enfocar la dirección de la cura hacia un posible anudamiento.

En nuestra práctica cotidiana, los analistas estamos en un borde de lo que no se sabe. Al ubicarnos allí, debemos orientarnos partiendo de algunos trozos de real, sin contar con demasiado registro de la historia del sujeto. “Un psicoanálisis, tipo o no, es la cura que se espera de un psicoanalista”, sostuvo Lacan en “El acto analítico”, en 1968. Justamente, no existe un criterio, pero ése es, precisamente, el criterio que nos permite diferenciar un psicoanálisis de una psicoterapia.

*Miembro de la EOL y de la AMP. Junto a Perla Dreschler -también de EOL Y AMP- coordinarán el seminario.