En el Gobierno consideran que los viajes que hizo el presidente Alberto Fernández a Israel y, principalmente, a varios países de Europa resultaron decisivos para que el FMI elaborara un documento tan afín con el punto de vista oficial sobre la deuda. Como los jefes de Estado con los que se reunió cumplieron al pie de la letra con lo que se comprometieron, el Gobierno está trabajando para cumplir también con los pedidos que ellos le transmitieron a Fernández. En su mayoría, se trata de reclamos de empresas con intereses en el país y que Mauricio Macri, pese a su proclama de inserción en el mundo, había desatendido, para enojo de varios de esos mandatarios.

Resultó una muestra de los usos prácticos de la diplomacia, de esos encuentros cara a cara que a veces no queda claro para qué sirven. En su primer viaje en Israel, el Presidente almorzó con el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien en un momento le preguntó en qué lo podía ayudar. Esa conversación posibilitó luego que el presidente norteamericano Donald Trump adelantara la recepción de las cartas credenciales al embajador Jorge Argüello y enviara el mensaje a Fernández de que estaba dispuesto a ayudarlo en la resolución de la crisis de la deuda. Días después, Fernández y su comitiva estaban embarcados rumbo a Europa, con una primera escala en El Vaticano que también tuvo importancia por la prédica del papa Francisco de la necesidad de ir hacia un capitalismo con rostro humano y el seminario que organizó, que permitió reunir en una misma mesa a la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y al ministro de Economía, Martín Guzmán. 

Obviamente, a los efectos de resolver una decisión del directorio del Fondo, menos celestial y más concreto debe hacer resultado el respaldo que recibió Fernández de parte de los jefes de Estado de Italia, Alemania, España y Francia. Su prédica acerca de la necesidad de que primero se le permita reactivar la economía para recién después pagar la deuda consiguió una comprensión total de los líderes europeos, que recibieron muy bien su mensaje moderado. "¿Se puede quedar conversando un rato más, presidente?", le preguntó Angela Merkel cuando ya habían terminado la cena en Berlín y se suponía que también la reunión.

Eso sí, en cada lugar se llevaron, junto al apoyo, algún reclamo. En el caso alemán, por ejemplo, se repitió en todas las reuniones que mantuvieron, lo que muestra cómo esos gobiernos hacen suyos los problemas que tienen sus empresas en el exterior. Alberto Fernández y el canciller Felipe Solá tomaron nota de los planteos y en los últimos días se preocuparon en tramitar las soluciones. La política del Gobierno está dirigida en estos meses a conseguir una reestructuración conveniente de la deuda y en la estrategia exterior es donde eso más se nota. El Presidente tiene en agenda encuentros con los presidentes de Uruguay, Brasil y Chile, pero todo está en veremos en tanto se preocupa en darle solución a estos pedidos. 

* En el caso de Alemania, la firma concesionaria Hochtief AG en su momento había ido a la Ciadi con un reclamo de 157 millones de dólares por el régimen de pesificación y congelamiento de tarifas. En su fallo de 2016, el Tribunal rechazó la mayoría de las demandas y determinó que Argentina debía pagar sólo 13 millones de dólares. Sin embargo, el monto nunca fue cancelado por el gobierno de Macri, lo que generó la contrariedad del gobierno alemán. 

* Otro reclamo estuvo relacionado con la construcción de la represa de Chihuido, en Neuquén, en la que la empresa alemana Voith Hydro estaba asociada con la local de Eduardo Eurnekian y traía un propuesta de financiación. Pero cuando llegaron al país se encontraron con la negativa del gobierno de Macri que, a través de Gustavo Lopetegui, les avisó que no estaba dispuestos a invertir el 15 por ciento que les correspondía, por lo que la obra quedó paralizada. 

* Algo similar ocurrió con la electrificación de la línea de tren San Martín, en donde estaba anotada la alemana Siemens. El Presidente dialogó con directivos de la firma y les prometió avanzar con el proyecto.

Lo mismo sucedió en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron recibió con toda la pompa a Alberto Fernández y le aseguró su apoyo. Pero en la agenda hubo cuestiones pendientes con firmas francesas. 

* Un caso conocido es el de la empresa Suez, ex concesionaria de Aguas Argentinas, que también tiene un fallo favorable en el Ciadi de 2017 por más de 200 millones de dólares. Argentina recurrió el lado pero el Tribunal lo rechazó.

* En Salta, la principal empresa que opera en la extracción de litio es la minera francesa Eramet, que está construyendo una planta en el salar Centenario Ratones y se tomó con una serie problemas en la provisión de recursos comprometidos.

A todo el Gobierno le dio curso en los últimos días y ya se están tramitando en el área correspondiente. Otro reclamo común -se repitió en cada encuentro con empresarios durante la gira- tiene que ver con el cepo cambiario, porque las empresas extranjeras que invierten en el país exigen que se les de libertad para sacar las divisas cuando lo crean conveniente. A ese reclamo Alberto Fernández respondió que no es posible, en tanto el país sufra de la actual escasez de dólares. En todo caso, otro motivo para ayudar al país a reestructurar su deuda.