“Hay virólogos que sostiene que las medidas que se están tomando en el mundo son exageradas y otros que piden actuar de forma urgente. No sé si son excesivas o no, quizás lo sean, pero va a haber tiempo después para examinar si fue exagerado. De lo que estoy seguro es que no es el momento, en medio de un brote, de discutirlo sino de atender y seguir las indicaciones del Ministerio de Salud y las recomendaciones de la OMS”, dijo a este diario el doctor en biología e investigador del Conicet especializado en virología, Juan Manuel Carballeda. El especialista, integrante del Laboratorio de Virus Emergentes, departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, remarcó que “estamos ante un coronavirus que desconocíamos y con capacidad pandémica, que es lo que lo diferencia de otros como el SARS y el MERS, aunque tiene una tasa de mortalidad menor”.

“Los coronavirus son una familia de más de cincuenta virus. El nuevo coronavirus, el Covid-19, que se conoció el 31 de diciembre pasado, tiene, a diferencia de otros, una capacidad de replicarse que no se había visto hasta ahora. El SARS y el MERS aparecieron, produjeron miles de casos, y dejaron de causar infección. Y si bien este nuevo virus tiene características similares a ellos, organizan el genoma de la misma manera y por eso pertenece a la misma familia, su capacidad de propagación lo hace diferente. Ni el SARS ni el MERS tenían esa potencia de contagio”, explicó Carballeda.

El investigador, además de señalar que el COVID-19 es menos grave que otros coronavirus, descartó de plano que se lo pueda comparar con el virus del Ébola, como sugirió el científico Richard Hatchett, miembro de la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias de Reino Unido. “No se lo puede comparar de ninguna manera, es completamente distinto en su función, en su forma de replicarse y en los síntomas y, además, tiene una mortalidad que ronda el 40 por ciento en la población general. Es el virus más letal que se conoce y nunca causó una pandemia”.

Para el especialista, si bien el virus no tiene alta letalidad, según la OMS indica que el 97 por ciento de las personas en contacto con el virus se curan, sí tiene una capacidad de replicarse que puede terminar poniendo en jaque los sistemas de salud. Hasta ahora se habla de una mortalidad del 15 por ciento en mayores de 80 años, pero la tasa cae al 3,4 por ciento a nivel global. “Es un virus nuevo circulando en todo el planeta y hay que evitar que se propague para proteger a los grupos más vulnerables y porque a ningún sistema de salud del mundo le sobra infraestructura”, advirtió el investigador.

“La gripe común, que no es un coronavirus, sino otra familia de virus, deja miles de muertos por año. La complicación en general es la neumonía. El coronavirus también genera síntomas respiratorios y complicaciones similares, por eso cuando se analiza a un paciente se descarta primero si es gripe, y después se ve si es coronavirus. Y la gripe es pandemia todos los años y es un problemón, es el segundo virus que causa más muertos en la humanidad después de la viruela. No es menor y es complicadísima en personas con alguna inmunodeficiencia o enfermedades crónicas. Todo el tiempo está mutando y por eso se renuevan las vacunas. Pero hay vacunas, con el coronavirus todavía hay que esperar”.

“Si bien los grupos de riesgo de la gripe y el coronavirus son similares, a la gripe la conocemos y, de hecho, no hay medidas extraordinarias como aislamiento todos los años. Los humanos sabemos que la gripe es pandémica desde siempre. En cambio, de los coronavirus no se pensaba que tenían esa capacidad de expansión”, dijo Carballeda, y remarcó que “los síntomas no son graves para la mayoría de las personas, y los niños de entre 0 y 9 años son portadores sanos. Por eso las medidas de contención son importantes para que no llegue a la población de riesgo”.

Carballeda señaló también que las medidas extremas, como las que aplicaron China y Corea del Sur, que apuntan a la protección de la población más que a los individuos, están logrando reducir la propagación. “Ambos países lo está resolviendo, con medidas duras que apagaron prácticamente los países, y quizás dejen de estar en emergencia en pocas semanas más. En el país en algún momento va a empezar la circulación y habrá que ver cómo responde nuestro sistema de salud que viene de varios años de ajuste y degradación del Ministerio. Todo el tiempo que ganemos antes de entrar en esa fase es fundamental. La ventaja que tenemos es que podemos capitalizar lo que sucedió en Europa”.