Se mencionó que el origen del nuevo coronavirus fue a través del contagio a través de murciélagos. “Tiene un 90 por ciento de identidad con un virus de murciélago, pero no es igual, con las secuencias que se conocen. Esto es siempre con lo que tenemos disponible”, explica Cavallaro. En contra de que sea un virus derivado de murciélagos es que esta época en que ocurrió el brote es en la que los murciélagos hibernan. “O sea que no habría murciélagos circulando. Por otro lado, había secuencias publicadas de otros animales, los pangolines, que los comercializan, los comen y las escamas las usan mucho para medicina tradicional. De esos pangolines están las secuencias y tampoco agrupan exactamente con esto”, analiza Cavallaro. “Tienen relación pero es como que falta un eslabón”, afirma la doctora en Virología. “Pero las secuencias son de pangolines que se habían muerto aparentemente por un coronavirus y fue anterior a lo que ocurrió en este brote. En realidad, no tenemos el bicho que efectivamente sirvió como fuente para la transmisión al humano como único evento. Hasta ahora se sospecha que es un único evento. Vamos a ver. Por ahí, se demuestra lo contrario. Por ahora, lo que se puede decir es que hay un eslabón que falta y que hay que encontrarlo”, concluye Cavallaro.