En el primer día de cuarentena social obligatoria para intentar ralentizar la propagación del coronavirus, los controles de las fuerzas de seguridad desplegadas para garantizar el aislamiento de las personas tuvieron un carácter más de concientización y profilaxis que de castigo. En esta primera jornada, se registraron numerosas colas en supermercados y almacenes y mucha gente haciendo compras. Las distintas fuerzas ministeriales consultadas por este diario dijeron que “la medida es muy reciente e inédita” y que, por este motivo, “se está trabajando en resoluciones complementarias al decreto presidencial que limitó los desplazamientos por el territorio nacional”, que permitan discriminar quiénes están exceptuado, por trabajar en sectores considerados esenciales, y quiénes no.

La cuarentena arrancó con un gran despliegue de fuerzas de seguridad en las calles de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense, donde se concentran los principales focos de infectados por el Coivid-19. Sin embargo, esto no impidió que hubiera largas colas para aprovisionarse en los barrios, tanto en supermercados y autoservicios como en farmacias. Los controles sobre los peatones que circularon por las calles fueron bastante aleatorios, y, ni la policía ni aquellos trabajadores que se encuentran entre los exceptuados por el decreto, sabían qué permiso o constancia podía ser válido para circular por las calles.

En este sentido, fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación dijeron que “cada jurisdicción tiene la facultad para establecer qué modalidad de permisos se necesitan para justificar que alguien este circulando por la ciudad. En este primer día hubo policías en las calles, en las autopistas y rutas con retenes, donde se concientizó a la gente y se le pidió que respete el aislamiento social”.

“La medida es muy reciente y se está trabajando para afinar los mecanismos”, dijeron desde la cartera de Seguridad tras remarcar que este viernes hubo una reunión del Comando Unificado Covid-19, creado hace cinco días, e integrado por la jefatura de Gabinete, Ministerio de Seguridad, fuerzas federales y Policía de la Ciudad, con lo los jefes regionales de Gendarmería para coordinar con todo el país. A lo que se sumó una reunión de la titular de Seguridad, Sabina Frederic, con el vicejefe porteño, Diego Santilli, para coordinar acciones.

Voceros del Ministerio de Seguridad de la Ciudad también remarcaron que el accionar de la policía en el primer día de cuarentena apuntó “más a la prevención y la concientización que a perseguir a la gente”, pero señalaron que “se está trabajando con Nación y provincia para que haya un ordenamiento y que, quizás, como se hizo en Italia, se genere algún tipo de declaración jurada de las personas para que puedan circular. No obstante, los empleadores de empresas o sectores considerados esenciales deberían extender un comprobante a cada uno de los empleados”.  

También advirtieron que hay “muchas situaciones que son más difíciles de controlar pero que están contempladas en los puntos 5 y 6 del decreto”: “Personas que deban asistir a otras con discapacidad; familiares que necesiten asistencia; a personas mayores; a niños, a niñas y a adolescentes”. Y la zona absolutamente gris de las “Personas que deban atender una situación de fuerza mayor”.

De todas formas,  el secretario de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro en una conferencia de prensa junto al vicejefe Diego Santilli, sostuvo que "los que no tienen los permisos o no están exceptuados por el decreto, van a ser puestos a disposición de la Justicia, siendo detenidos", remarcó el funcionario, quien agregó que "necesitamos que no haya circulación de gente en la Ciudad, por eso vamos a hacer controles para hacer cumplir con el aislamiento social preventivo y obligatorio".

En el territorio bonaerense, fuentes cercanas al Ministro de Seguridad, Sergio Berni, dijeron que las medidas apuntan a ser "más preventivas y disuasorias que punitivas. El objetivo deseable es que haya un compromiso ciudadano más que un control policial persecutorio", remarcaron. "La responsabilidad social tiene que desalentar las salidas. Hay patrullas federales con megáfonos disuadiendo a que se circule y se hacen controles, pero tiene que haber un compromiso de la gente. Es una situación dinámica, en la que puede haber mayores restricciones según vaya cambiando el escenario. Y es necesario persuadir a la gente a que cumpla y se aisle porque el bien común esta en manos de todos".