Pacientes y profesionales de la salud mental reclaman por la negativa de las grandes empresas de medicina prepaga a cubrir sesiones realizadas de manera virtual y a aceptar recetas digitales para los medicamentos en el contexto del aislamiento social indicado por la pandemia.

“No habilitar las recetas digitales y las consultas virtuales es violatorio de los derechos humanos. Es un decisión que restringe el acceso de los pacientes a su salud y que lo hace por clase. Porque sí hay farmacias que te aceptan la receta digital si tenés la plata, pero de otra manera no”, advierte la psiquiatra y analista cordobesa Silvina Rivilli, que dirige una red de salud mental en la provincia.

La decisión, que deja a profesionales sin percibir honorarios y a pacientes -aún con padecimientos crónicos- sin atención, lleva a “una situación de riesgo”, señala por su parte la psiquiatra Claudia Baranzini, que días atrás creó un petitorio online para reclamar que se habiliten las recetas digitales , en fotos o como pdf, en esta coyuntura. “¿Qué va a pasar cuando esos pacientes se descompensen? No sé si tomaron dimensión del problema”, añade, en referencia a la imposibilidad de continuar los tratamientos cuando esos pacientes no puedan acceder a los medicamentos por falta de recetas o, en su defecto, por falta del descuento que realizan las farmacias a afiliadas y afiliados a Osde y Swiss Medical.

Esta semana, contó a este diario una psiquiatra, un directivo de Osde aseguró a profesionales de la salud mental que “para la empresa está enfocada en el coronavirus, que los pacientes nuestros no son un problema en el que estén pensando. ¿Cuántos pacientes se atienden en un mes? ¿Cien mil? ¿Cuántas quejas hay? ¿Quinientas mil?, dijo”.

Distintos profesionales de la salud explicaron a este diario que la decisión de fondo recae en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), que, entre otras cosas, regula el funcionamiento de las empresas de medicina prepaga, y es el organismo responsable de habilitar, al menos de manera excepcional, recursos de atención virtual. De momento, la SSS no indicó ninguna medida al respecto, aunque fuentes del organismo aseguraron a este diario que lo haría de manera “inminente”.

En la atención médica argentina, las recetas virtuales no son una rareza: desde el año pasado, Pami lo implementa para todos sus afiliados.

Sin embargo, a una semana de que la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones, del ministerio de Salud de la Nación, recomendara “promover todos aquellos mecanismos que posibiliten la no interrupción de los tratamientos ambulatorios por motivos de salud mental” en el marco de la emergencia sanitaria, psiquiatras, analistas y pacientes siguen recibiendo negativas por parte de las grandes empresas de medicina prepaga. 

La recomendación señaló, también, que debía recurrirse “medios de comunicación que hagan posible la continuidad de tratamientos de salud mental, lo cual a su vez contribuirá a evitar recaídas y permitirá contener a las personas en este contexto de emergencia”, no sólo para “quienes están recibiendo tratamiento, sino también para la contención de todas aquellas personas que se encuentran en distintas formas de aislamiento y que requieran alguna forma de apoyo por parte de profesionales de la salud mental”.


"No sabemos cuánto va a durar esto"

“La gente, ante el miedo y la falta de dinero, si no se les facilita continuar el tratamiento suspende la medicación”, advierte con preocupación Rivilli. Por eso, añade, en la actual situación de aislamiento social, no permitir la continuidad virtual de los tratamientos y la receta digital “va en contra de todos los principios sanitarios que son el eje de la campaña” sanitaria por la pandemia de coronavirus. “No sabemos cuánto va a durar esto. Si el Estado está y los efectos están, organicémonos para poder hacerlo”, señala la profesional, que dirige la Red de Prestadores en Salud Mental Acto Analítico.

La negativa de las prepagas, de momento, sólo puede ser sorteada gracias a acuerdos particulares. “Estamos negociando con las farmacias persona a persona, (expender los medicamentos de esa manera) es algo que depende de la voluntad de los farmacéuticos”, cuenta Baranzini. “Para eso, hablé con el farmacéutico para ver si lo podemos acordar. Si me dicen que sí, le mando foto de la receta a la farmacia por whatsapp, también la mando al paciente, para que pueda ir a retirarlo, y me comprometo a llevar las recetas originales cuando pase el aislamiento”, detalla.

En Córdoba, Rivilli y sus colegas organizaron un sistema similar para evitar la interrupción de tratamientos, pero “son parches”. “Tengo una paciente de 72 años. Tiene EPOC y vive sola en su casa, aunque la familia la asiste a distancia. Se atiende por Swiss Medical. Le dije ‘te mando las recetas y el bono de 2 x 1 en medicamentos, pedile a la farmacia que te lleven los remedios a domicilio. No hubo manera. Finalmente, una secretaría mía, que vive cerca de la casa de la hija, estuvo que pasar a dejarle las recetas mientras seguimos tratando de hacer el acuerdo con la farmacia”.

Pero a veces ni siquiera esos parches son posibles. “Ayer tuve una situación que no pude resolver. Yo estoy en cuarentena en mi casa, en Pilar, no en mi consultorio en capital. Una paciente que vive en Palermo necesitaba una receta. Osde me mandó un mail para decirme que yo, como prestadora, tenía que resolver el tema con la paciente. Respondí explicando la situación y preguntando si me habilitaban consulta virtual y receta digital. No contestaron”, recuerda Baranzini.

“Médicos de muchas especialidades están viendo hoy como sus pacientes van agotando sus medicamentos y se encuentran con la dificultad de concurrir a sus consultas o bien porque no tienen medios de transporte o porque deben asistir a otros o porque los encontró la cuarentena lejos de sus hogares y de la posibilidad de ver a sus médicos tratantes. Los médicos también con dificultades de concurrir a sus consultorios. Adicionalmente si estás consultas se concretasen todos se expondrían al contagio y convertirse en eslabones de otros contagios. Desde hace mucho tiempo muchos médicos aceptan y realizan consultas por medios electrónicos como Whatsapp, Skype u otros. En la mayoría de los casos sin siquiera percibir honorarios por tales actos profesionales”, reclama el petitorio online generado por Baranzini y que, entre fines de la semana pasada y esta, recabó cerca de 17 mil firmas.

“Las prepagas dicen también que no lo quieren autorizar por temas de seguridad, que no habría secreto profesional porque el sistema no está encriptado. Pero son excusas, porque en todo el mundo se hace la teleterapia. Se usan WhatsApp video, Zoom, hay distintas herramientas tecnológicas para la situación. No digo que lo habiliten para siempre, pero sí al menos para esta situación puntual”, explica Baranzini.

“Mientras, yo atiendo aunque no sé si voy a cobrar. Pero no puedo abandonar a mis pacientes”, cuenta Rivilli.