“Basada en secretos reales”. Con esa aclaración comienza la película "La Lavandería", de Steven Soderbergh, que funciona como una sátira en la que se reconstruye el escándalo financiero internacional conocido como "Panamá Papers", desencadenado por la filtración informativa de documentos confidenciales de la desaparecida firma de abogados Mossack Fonseca, la cual reveló el ocultamiento de evasión tributaria por parte de presidentes, líderes de la política mundial, grandes corporaciones empresarias y personalidades del deporte y del arte.

La película utiliza a los personajes de Jürgen Mossack y Ramón Fonseca Mora, los dos abogados que fundaron el bufete que quedaría en el ojo de la tormenta mediática y judicial, como los narradores de la historia que los tuvo como protagonista. Para interpretar esos roles, el director eligió a Gary Oldman y Antonio Banderas, quienes rompen la cuarta pared y le explican de manera didáctica al espectador en que consistieron las maniobras financieras que terminaron en escándalo. Paralelamente, el film sigue a una viuda -interpretada por la eterna Meryl Streep- que investiga un fraude al seguro que debía resarcirla por la muerte de su esposo, que la llevará directamente a los dos abogados. 

Soderbergh aprovecha un tema que todavía está fresco en la memoria colectiva para darle un estilo personal, y cuestionar con tono humorístico el funcionamiento de todo el sistema financiero mundial. Si bien utiliza una narrativa más parecida a la de un documental que al de la ficción, el director se vale de distintos recursos para presentar una película entretenida y a la vez informativa. 

"La Lavandería". Disponible en Netflix.