El desafío frente a estos días de aislamiento se inscribe en cada área de gobierno, y pensar acciones que enfrenten el dilema obliga a replanteos urgentes, que no pierdan de vista la mirada primera, el horizonte. Así surge “La Seguimos En Casa”, el programa que impulsa el Ministerio de Cultura de la provincia, en donde las redes sociales ofician de modo positivo, pero todavía más y mejor a partir de lazos ya institucionalizados como lo significan 5Rtv, el canal público de la provincia, y El Cairo Cine Público (con plataforma propia de cine online). Música, teatro, películas, como maneras hermosas y necesarias de mantener activo el vínculo social.

“Siempre hay quien se pregunta para qué sirve la cultura, y también es muy frecuente la respuesta automática de que ‘la cultura es todo’. Yo siempre digo que es válida la pregunta y tiene mucho de cierto la respuesta, pero en estos días lo que se aprende en el devenir cotidiano es que las personas, a nivel individual y colectivo, están ávidas de cultura, y que a veces el problema es la falta de tiempo para poder disfrutarla. La gente que agradece poder acceder on-line a un recital de Fito Páez o del Chango Spasiuk, escuchar a actores y actrices de la Provincia recitar poesías o textos, verse a sí misma en las redes después de haber mandado un video cantando o bailando, es la prueba de que existe no sólo demanda de productos y acciones culturales, también una interesante oferta”, responde el ministro de Cultura de la provincia, Jorge Llonch, a Rosario/12.

--¿Qué viene a aportar el programa La seguimos en casa? ¿Qué se espera de él?

--Cuando rápidamente el Gobierno provincial tomó nota de la gravedad de la pandemia, de inmediato nos contactamos con las músicas, músicos y artistas para reconvertir lo que ya veníamos programando y entonces producir contenidos, recitales, actuaciones on-line. Surgió un grupo que comenzó a organizar por ciclos un programa al que denominamos “La Seguimos En Casa”, porque trabajamos en torno del concepto de continuidad, de que debíamos facilitar que el público acceda a ofertas culturales sin tener que salir de sus hogares. ¿Cuál es el aporte? Me parece que es un programa que acerca al público lo que antes éste debía ir en su búsqueda. Pero lo más importante es que notamos que determinados géneros están saltando barreras culturales que habitualmente tienen que ver con lo geográfico, con lo territorial, con las costumbres de una región o del barrio. Hay fronteras culturales que se están desdibujando, y eso es muy bueno.

-¿Cuál fue la respuesta del ambiente cultural y artístico?

-Muy buena. Pero quiero rescatar, además, el trabajo incansable de las trabajadoras y trabajadores de los distintos espacios culturales del Ministerio, del canal 5RTV, porque han mantenido el ritmo de organización, producción, edición, y todo lo que conlleva a poner en línea a artistas que salen desde sus casas, con la complejidad que ello acarrea, sin haber parado ni los fines de semana ni feriados. En lo que hace al colectivo de artistas, hemos recibido la mejor de las respuestas. Bandas, solistas, poetas, actrices y actores, con una predisposición pocas veces vista. Creo que se generó una conciencia muy fuerte de lo que está en juego, que es la vida misma. Y sus testimonios, el hecho de quedarse en sus casas, de aconsejar al público que lo haga, fue y es tan importante como las expresiones artísticas.

-¿Se encontraron con propuestas nuevas?

-Nos encontramos con un panorama en el que se mezclan nuestro intento de producir contenidos con la demanda de mucha gente de acercarnos los propios, ya sea de gente común que canta, baila, recita, como de artistas que ya tienen cierta experiencia o la están haciendo. Tal vez hay géneros que no son novedosos en sí mismos, pero el formato en que músicas y músicos deben interpretar –a distancia, con elementos técnicos para nada sofisticados– ya representan toda una novedad. Podría decirse que quienes más se adaptan al formato virtual son actrices, actores, poetas, que le ponen la voz y la gestualidad a sus interpretaciones, ya sea recitando poesía o leyendo relatos con naturalidad. Para las músicas y los músicos es todo un tema tocar por separado, coordinar, y allí hay todo un camino por recorrer. Es como cuando se graban las pistas de un álbum. A veces no está toda la banda, se graba por separado, ¿no? Lo otro es lo que aporta la gente desde sus casas, las ideas que llegan desde toda la provincia para abrir nuevos ciclos, es maravilloso ver que este dramático momento también es atravesado por una oleada expresiva, cargada de solidaridad y deseos de compartir con el otro.

-Atravesado este momento, tal vez surjan posibilidades de trabajo que se puedan continuar.

-Creo que hay mucho de este programa que llegó para quedarse, porque hemos detectado que muchos de los contenidos, al ser difundidos desde las redes, llegan mucho más allá de lo que se abarca cuando el público va a los espacios culturales. Es notable cómo distintos géneros musicales atraviesan las barreras culturales, regionales, cómo la poesía o la literatura adquieren otra dimensión cuando son divulgadas en forma tan masiva. Hemos visto que muchas fronteras culturales desaparecen, y cuando todo esto pase, cuando de a poco vayamos retomando la actividad de siempre, esa demanda no va a desaparecer, y el desafío es estar preparados para poder darle continuidad a esta forma de compartir contenidos y acciones culturales. Al fin y al cabo, siempre es posible seguirla en casa. Lo que es seguro es que cuando todo esto pase nada será igual. Este virus nos ha cambiado la forma de ver las cosas, el mundo, y no caben dudas de que la forma de gestionar, de producir, de vivir la cultura será otra. El Ministerio será otro. Todas y todos seremos otros.