Zárate fue el primer distrito que impuso el uso del tapabocas obligatorio. En medio de la cotidianeidad de la cuarentena por la pandemia de la coronavirus el intendente Osvaldo Cáffaro explicó en diálogo con PáginaI12 que “fue una decisión muy meditada. Vimos distintos ejemplos y casos de Europa y en casi todos se terminó imponiendo el barbijo”. El temor a que "entre" la covid-19 es una de las preocupaciones que percibe en los vecinos. “Nos asusta terriblemente que venga gente de afuera a trabajar acá”, destacó desde un distrito que tiene mucha industria y en el que se trasladan trabajadores de distintos lugares. “Toda va a cambiar. El Estado va a tener que ser mucho más presente”, analiza sobre el presente y el futuro que abre la pandemia.

-¿Qué espera de los cambios que puedan llegar de la cuarentena administrada?

- Ahora estamos atentos a los cambios que se vienen porque Tenaris abre en Campana. Ya abrió hoy, y tiene trescientos empleados con gente de Zárate, pero también muchos traslados de un lado al otro, algo que nos preocupa. Los municipios tenemos muchas más responsabilidades, y no tenemos la estructura para tomar algunas decisiones. Te abre un Rapipago y te arma un lío tremendo, por ejemplo. El intendente antes no tenía que preocuparse de la cola del Rapipago. Ahora sí.

-Zárate fue el primer distrito que impuso el barbijo obligatorio. ¿Cómo surgió la propuesta?

-Estuvimos observando experiencias de distintos lugares y lo que se veía era que, más temprano que tarde, todos terminaban con barbijos. La experiencia checa fue importante, pero sobre todo lo debatimos con el equipo de salud y tomamos lo que nos pareció la mejor decisión. 

-¿Cuántos casos de coronavirus hay en Zárate?

-Tenemos tres casos positivos. Y estamos haciendo todo para tener la pandemia bajo control. La provincia de Buenos Aires está dividida en regiones, nosotros pertenecemos a la quinta, que viene de Vicente López, y es la que más casos tiene. Estamos todo el tiempo en la calle, trabajando muchísimo en la contención. Hay quienes no entienden que nuestro trabajo es un servicio público y tenemos la obligación de trabajar todos los días. En Zárate el cincuenta por ciento del personal está trabajando en los diecisiete programas enfocados en la covid-19.

-¿Cómo lleva la relación con los comerciantes locales? ¿Presionan para abrir sus negocios?

-Tenemos un Consejo Económico y Social desde antes de que comience la pandemia. Algunas decisiones pasan por ahí, pero es muy dinámico. La flexibilización de la cuarentena es un problema porque todos quieren que los incluyan. Este mes hemos tenido que cerrar muchísimos negocios por no cumplir con las normativas. También mucha gente que terminó presa por este tema.

-¿Hubo un aumento de la desocupación en el distrito?

-De las empresas más grandes, Toyota es la que no está funcionando. Las demás son químicas que sí están trabajando, Papelera del Plata, que hace papel tissue, también está funcionando, los puertos están funcionando. 

-El gobernador está recibiendo propuestas para la cuarentena administrada. ¿Zárate le presentó algún plan?

-Todavía está en evaluación, porque a diferencia de un municipio chico, tenemos mucho traslado, mucho vínculo, mucho transporte. Nos asusta terriblemente que mucha gente de afuera venga a laburar acá. Hacia adentro es más fácil controlar, pero se suma la complejidad de que cada vez necesitás más gente, porque si se abre una obra, necesitás gente que controle. Por eso cada propuesta que le llevemos al gobernador va a contener un protocolo de cómo vamos a controlar.

-¿Cómo se prepara Zárate para el pico de contagios?

-Tenemos dos ingresos sanitarios: el hospital provincial, regional, y el municipal René Favaloro. En los dos pusimos un triage, armamos una antesala del hospital para analizar a cada uno de los pacientes que llega. Sumamos un caso muy particular porque hay una clínica privada que nos pidió que la manejemos nosotros, el Estado. Entonces tenemos tres lugares de los que se deriva a un lugar intermedio, si no es un caso grave. Relocalizamos a los abuelos y transformamos un hogar de ancianos en un centro de aislamiento intermedio, donde va a haber médico y enfermeros, pero no respiradores. Y tenemos tres lugares de aislamiento para personas con síntomas leves. Son cuatrocientas camas entre la base naval, el club Náutico Zárate y el Club Náutico Arsenal.

-¿Las industrias hicieron algún aporte para los planes contra la pandemia?

-Las industrias grandes sí. Algunas que están funcionando no han aportado nada, hay que decirlo. Las químicas, que están todas funcionando, todavía no hicieron ningún aporte. Tenemos un programa específicamente para eso.

-¿Qué consecuencias cree que dejará la pandemia, una vez que pase el pero momento?

-La vida que viene es una vida con un Estado mucho más presente y protector de la gente. Cada cosa que hagamos, no se va a poder escapar de un protocolo. Esto implicará un gran esfuerzo por parte del Estado, y de la sociedad.