La caída es histórica en la industria editorial por la pandemia de la covid-19. Las novedades en el primer trimestre del 2020 se redujeron un 50 por ciento comparado con el mismo período del 2019. La cantidad de ejemplares en abril de este año fue tan solo de 500 mil, cuando en abril del año pasado era de 5.800.000, un derrumbe superior al 90 por ciento. Durante la cuarentena –según confirma el informe del Libro Argentino realizado por la Cámara Argentina del Libro (CAL)- hubo una digitalización masiva de ediciones y cambios de soporte. El 63 por ciento de las novedades de abril son versiones digitales de una edición en papel que se había registrado con anterioridad. En 2019 representaba tan solo el 15 por ciento de la producción. La CAL solicitó al ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, que subsidie un 30 por ciento de la facturación perdida en estos meses, una cifra que representaría unos dos mil millones de pesos. Al ministerio de Educación de la Nación, le han pedido una gran compra de libros que permita darle oxígeno a toda la cadena de valor del libro y poder salir de esta crisis.

“La situación es dramática –confirma Diana Segovia, gerenta de la CAL, a Página/12-. En abril de 2019 se hicieron casi 6 millones de ejemplares y este año en abril se lanzaron solo 500 mil. Las novedades, que en general se mantienen a pesar de que caen la cantidad de ejemplares, cayeron un 50 por ciento respecto del año pasado: pasamos de 2.500 títulos en abril de 2019 a unos 1.200 este año”. En cuanto al libro digital, Segovia aclara que la tendencia que se consolidó en abril de este año es la digitalización de textos que se habían publicado en formato papel. Los “apocalípticos” podrán encontrar en ese 63 por ciento de registros digitales un insumo para fundamentar que se aproxima la extinción del libro en papel. Para los integrados, en cambio, los dos formatos son (y continuarán siendo) complementarios. 

“No son nuevas novedades ni nuevos libros nativos digitales, sino que cambiaron de soporte. Lo que se ve es que hubo una estrategia por parte de las editoriales, de aquellas que no comercializaban ebooks, de registrar esos libros que tenían en papel en formato digital para tratar de venderlos en plataformas de ventas de ebooks. Esta fue la primera estrategia antes de que se habilitara la venta online de las librerías –plantea Segovia-. ¿Qué puede pasar a futuro? Que las editoriales saquen simultáneamente el libro en papel y digital. Eso, hasta ahora, lo hacían las editoriales más grandes, las que tienen plataformas de venta de libro digital propias, pero no lo hacían las editoriales más pequeñas ni las medianas. Esta sí puede ser una estrategia a adoptar: sacar los dos formatos en simultáneo post pandemia. En este momento, se cambió de soporte para hacer frente a la caída de ventas y a la imposibilidad de vender en papel”.

Martín Gremmelspacher, presidente de la CAL, precisa que la caída es “tremenda e inesperada” para un sector que padeció las políticas económicas del macrismo durante los últimos cuatro años. Para la industria del libro –que tenía la esperanza de ir recuperando un poco el terreno perdido por la caída de las ventas- el trimestre marzo-abril-mayo es el de mayor venta porque se suma el inicio del año y la Feria Internacional del Libro. “Estos tres meses representan el 40 por ciento de la facturación global del sector. Las librerías funcionan en la modalidad de ventas online, pero es insuficiente para soportar las ventas de todo el sector; este mes se va a complicar más porque no tenemos el ingreso de la Feria del Libro. El panorama va a ser más negro en los próximos meses”, advierte el presidente de la CAL, que está trabajando con los ministros de Cultura y de Educación para lograr beneficios y exenciones para que los editores y libreros puedan seguir subsistiendo. “Le mandamos una carta a todos los ministros de Cultura de las provincias para que habiliten el retiro del libro en las librerías. En los casos donde no hay circulación comunitaria del virus, estamos pidiendo que se permita la apertura de las librerías, con todas las medidas de seguridad e higiene que esta pandemia requiere”.

Sobre el pedido al ministro de Cultura para que subsidie el 30 por ciento de la facturación del sector, Gremmelspacher agrega que en caso de aprobarse lo recibirían todas las editoriales (no sólo las que están en la CAL) y las librerías, aunque seguramente se priorizará darle más a las pequeñas y menos a las grandes. “El subsidio que estamos pidiendo es de unos dos mil millones de pesos. El sector del libro factura en el año unos 25 mil millones de pesos. Esta pandemia nos va a hacer perder un 30 por ciento de la facturación, o sea unos 7.500 a 8000 millones”, concluye el presidente de la CAL.