El Gobierno de la Ciudad suspendió un programa que atendía a 9000 adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Se trata de una política pública centrada en el derecho a la recreación educativa que ofrecía actividades culturales, tecnológicas y deportivas y permitía detectar situaciones de vulneración de derechos. Los y las trabajadoras del programa hicieron una propuesta de continuidad virtual de las tareas ante las autoridades pero la respuesta al día de hoy es negativa. Desde el gobierno aseguraron que es una suspensión momentánea.

El Programa Adolescencia depende de la Dirección General de Niñez y Adolescencia, Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y está destinado a adolescentes y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad social. Tiene una historia previa al macrismo. Su antecedente es el Pro Nosotros, un programa para adolescentes entre 14 y 18 que tenía un sentido comunitario: un grupo de jóvenes podía presentar un proyecto al Estado y se le daba plata y acompañamiento para llevarlo adelante. Cuando llegó la gestión macrista lo reconvirtieron: cada adolescente cobra una beca (350 pesos por mes) para acceder a actividades recreativas, tecnológicas y culturales ofrecidas por ONG reconocidas socialmente, con las que el Estado firma convenios de gestión asociada. Además, profesionales del programa organizan y monitorean las actividades, para asegurar que existan, que sean seguras y que tengan perspectiva de derechos.

Hace más de diez años que el programa funciona de esta manera. Este año los y las adolescentes se inscribieron en enero y febrero a una serie de talleres, cursos, actividades. Hubo 438 ofertas de actividades. Se anotaron 13 mil adolescentes, hay vacantes para 9000. Cada año el programa aplica un índice de vulnerabilidad social y da el orden. En marzo, se confirma si ingresaron al programa. Pero la pandemia y el consecuente aislamiento obligatorio llegaron en el momento de las confirmaciones y el 16 de marzo se cortó todo, en pleno proceso de confirmación. Ya estaban comprometidas 41 instituciones para trabajar en dupla pedagógica con los y las adolescentes hasta diciembre.

En ese momento, mientras el Gobierno de la Ciudad decidió declarar como servicio esencial al Ministerio de Desarrollo Social, por otro lado suspendió el programa, que asiste en su mayoría a adolescentes de la zona sur de la ciudad; el 35 por ciento vive en villas. “No hay suspensión del programa por desinterés sino que tuvo que ver con una temporalidad y por la instancia inicial de la pandemia. En ese momento inicial donde no teníamos tanta claridad, suspendimos todo lo que no era esencial hasta entender cómo nos íbamos a manejar para poder darles foco a las cuestiones esenciales: comedores, paradores, etc. Esto se comunicó a las instituciones y se avisó que era una decisión momentánea. A partir de eso, fuimos trabajando y apareció la posibilidad de trabajar de forma remota o virtual. Y en este momento estamos analizando las propuestas”, explicó la subsecretaria de Fortalecimiento Personal Familiar y Comunitario (SSFPFC) del Ministerio, Jazmín Lerner. “A nivel político no hay decisión de no revisar las propuestas ni de suspender. Todo lo contrario”, precisó. Aunque no dio fechas precisas sobre cuándo se reactivará el Programa.

Son 51 los y las trabajadoras del programa que, conociendo la situación de vulnerabilidad de la población, ofrecieron hacer que las actividades sean virtuales y que el Estado pueda “seguir acompañando a los 9000 pibes a los que les pasan cosas”. “El programa no es sólo hacer fútbol sino trabajando otras cuestiones de la subjetividad”, explicaron a este diario. “No es un programa que apunte a los pibes que están en mayor vulnerabilidad. No están en situación de calle. Requieren de tener cierta estructura familiar y simbolica. Pero son pibes en situación de vulnerabilidad; hay un conjunto de derechos a los que no acceden: tienen sobreedad escolar, están hacinados en la casa, o sus padres no trabajan o no acceden a los servicios”, agregaron.

En estos meses de aislamiento, el equipo se propuso llegar a los 1000 adolescentes más vulnerables y contenerlos al menos telefónicamente, con grupos de whatsapp, proponiendo actividades lúdicas por esa vía. Pero, explican, “es un parche”. No solo no llegan a todos sino que no llegan con las propuestas que habían elegido, a cargo de las organizaciones especializadas.

Las legisladoras de la ciudad Lorena Pokoik y Ofelia Fernández presentaron un proyecto de declaración en el que manifestaron su preocupación por la no efectivización de la firma de convenios con las organizaciones y la suspensión de pago de becas. Al mismo tiempo, el Programa de Niñez, Adolescencia y Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad presentó un pedido de informes por la suspensión del programa. “La recreación, los juegos, el arte, la creatividad y la música ponderan como un valor imprescriptible para transitar el aislamiento social preventivo y obligatorio. Asimismo el programa representa para la población inscripta y su grupo familiar conviviente una forma alternativa de presencia estatal para acompañar en situaciones de salud, alimentarias, de violencias u otras coyunturas que pudiesen presentar en este tiempo”, planteó el organismo. Los y las trabajadoras ya lo están viendo: “Creemos en el derecho de acceso a la recreación y que a partir de eso surgen cosas. Lo que más aparece por estos días son situaciones alimentarias, no les alcanza para comer o si logran acceder al bolsón de la escuela con eso no comen todos en la familia y no tienen otra manera”.