Bon Dylan rompió el silencio ante la prensa después de cuatro años sin conceder entrevistas. El legendario músico habló con el New York Times a raíz del lanzamiento de su nuevo disco, Rough and Rowdy Ways. El Premio Nobel de Literatura 2016 se refirió a temas como el racismo y los efectos del coronavirus. 

"Me produce unas náuseas sin fin el ver a George Floyd torturado hasta la muerte de esa manera. Fue extremadamente feo. Esperemos que la justicia llegue rápidamente para la familia de Floyd y para el país", afirmó el artista de 79 años sobre el asesinato de Floyd, que perdió la vida a manos de la policía de Minneapolis el 25 de mayo pasado, en un operativo en el que fue asfixiado hasta fallecer. El hecho desencadenó incidentes en Estados Unidos y muestras de repudio a escala global.

Dylan, que según el autor del artículo sonaba "deprimido", se manifestó de manera consecuente con su público rechazo al racismo, a la Guerra de Vietnam y en favor de la lucha por los derechos civiles.

Uno de los primeros ejemplos fue "Oxford Town" de 1963, que escribió cuando James Meredith se convirtió en el primer estudiante negro admitido en la Universidad de Mississippi.

En cuanto a la pandemia de la Covid-19, afirmó que es un "indicador" de lo que sucederá en el futuro, pero desechó que se plantee la enfermedad en "términos bíblicos". Lo dijo de esta manera: "¿Te refieres a una especie de señal de advertencia para que la gente se arrepienta de sus errores? Eso implicaría que el mundo se enfrenta a algún tipo de castigo divino". Apuntó que "quizá estemos a las puertas de la destrucción" porque "la arrogancia extrema puede traer castigos desastrosos".

Más adelante aseguró que "hay muchas formas en las que se puede pensar sobre este virus" y expresó que "creo que simplemente hay que dejarlo seguir su curso".

En otro pasaje, Dylan también confesó haberse quedado "estupefacto" con el show de Broadway "Girl in the North Country", basado en sus canciones, que se estrenó poco antes de que la pandemia afectara la actividad teatral, que fue suspendida.

"Lo vi como un espectador anónimo, no como alguien que tuviera algo que ver con ello. (...) La obra me hizo llorar al final... Cuando bajó el telón, estaba estupefacto, de verdad. Qué pena que Broadway haya tenido que cerrar porque quería verlo de nuevo", confesó.

La entrevista fue realizada por el profesor de Historia y escritor Douglas Brinkley, a quién contó cómo escribe sus propias piezas. Dijo que le vienen a la cabeza cuando está en "una especie de trance" y que se siente especialmente creativo "en habitaciones de hotel", mientras viaja, no en su casa.


"La mayoría de mis canciones recientes son así... Las canciones parece que se conocen a sí mismas y saben que las puedo cantar, vocal y rítmicamente. Se escriben solas y cuentan con que yo las cante", afirmó.

Dylan también recordó al recientemente fallecido rockero Little Richard, a quien señaló como el artista que "prendió una llama" dentro de él: "Me sintonizó con cosas que nunca hubiera descubierto solo", manifestó. "Y por supuesto el mundo del rock 'n roll quería que siguiera cantando 'Good Golly, Miss Molly'. Así que su góspel tampoco fue aceptado en ese mundo", opinó sobre el creador de clásicos como "Tutti Frutti".

A propósito de su reciente canción "I Contain Multitudes", el artista fue consultado sobre la muerte, ya que en uno de sus versos dice "Duermo con la vida y la muerte en la misma cama". Dylan reflexionó: "Pienso en la muerte de la raza humana. El largo y extraño viaje del mono desnudo... La vida de todos es muy transitoria. No importa cuán poderoso o fuerte seas, en cuanto a la muerte todos somos frágiles. Pienso en ello en términos generales, no de manera particular".

El músico afirmó estar preocupado por la hipertecnologización pero, reconoce, eso le ocurre "por tener cierta edad", ya que "los jóvenes no tienen esa tendencia". Aseguró que "no tienen pasado, así que todo lo que saben es lo que ven y oyen, y creerán cualquier cosa. En 20 o 30 años a partir de ahora estarán a la vanguardia. Cuando veas a alguien que tiene 10 años, él tendrá el control en 20 o 30 años, y no tendrá ni idea del mundo que conocimos. La tecnología hace que todos seamos vulnerables. Pero los jóvenes no piensan así, no podría importarles menos. Las telecomunicaciones y la tecnología avanzada es el mundo en el que nacieron. Nuestro mundo ya está obsoleto".