Boca es el padre de River; River es el padre de Independiente; Independiente es el padre de Racing; Racing es el padre de San Lorenzo; y, cerrando el círculo, San Lorenzo es el padre de Boca. Al menos así es como aparecen enlazados ante los ojos de los hinchas los cinco grandes del fútbol nacional. 

"Que nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán", cantan algunos mofándose de sus rivales, pero los amantes de las estadísticas saben que los historiales y sus respectivos análisis de ADN exigen revisiones permanentes y nada es para siempre. 

Es difícil precisar cuándo un equipo se convierte en el padre de otro. ¿Cuál es la medida? ¿Hay un paternómetro? ¿Qué cantidad de partidos de diferencia tiene que haber entre un cuadro y otro? Hay algunos casos muy especiales, como por ejemplo el de San Lorenzo y Boca. 

No debe haber un solo hincha azulgrana que no se reconozca papá de Boca y hay pocos simpatizantes de Boca que se resisten a la condición de hijo. Sin embargo, si se suman los enfrentamientos del profesionalismo y el amateurismo la distancia se reduce a un solo encuentro: 74 a 73. Claro que si la cuenta se limita al profesionalismo la diferencia es de +8 para San Lorenzo. Y, por otro lado, lo llamativo es que los boquenses conservan una estadística favorable contra casi todos los equipos, pero deficitaria ante los de Boedo.

Un caso curioso es el del clásico platense. Estudiantes le lleva a Gimnasia 17 partidos de diferencia, una ventaja que se consolidó en los últimos tiempos. "Los números lo certifican", dice Alejandro Fabbri en su libro Los clásicos y detalla: que "entre 2006 y 2018 jugaron 21 veces (13 en el Estadio Ciudad de La Plata, 6 en Gimnasia y 2 en Quilmes) con 12 victorias de Estudiantes, 8 empates y un solitario éxito del Lobo".

En el mismo libro se repasa por etapas el superclásico y se ven los altibajos y las variaciones que conducen a este presente con 77 victorias de Boca, 69 de River y 65 empates. 

Entre los grandes River le saca 22 partidos a San Lorenzo, 23 a Independiente y 43 a Racing , que se estiran a 50 si se considera solo el profesionalismo. River es el que suma más victorias en un hipotético pentagonal de los grandes. 

Independiente tiene saldo favorable con Racing (+22) y con San Lorenzo (+6) pero pierde con Boca (-9) y River (-23). En la pelea entre los grandes, Racing aventaja a San Lorenzo (+5) pero está por debajo de los otros.

Esta llena de datos curiosos el historial de los clásicos barriales: San Lorenzo le lleva nada menos que 39 partidos a Huracán, Central le gana a Newell’s, pero cerca de la mitad de los partidos terminó en empate; Unión supera por poquito a Colón, Chacarita está arriba de Atlanta, Banfield le gana a Lanús, Platense a Argentinos Juniors, Los Andes a Temperley y, aunque no lo parezca, Excursionistas a Defensores de Belgrano, mientras que con All Boys y Nueva Chicago se da la singularidad de que ganaron 38 partidos cada uno.

Si agrandamos el tamaño de la pelota y miramos al basquetbol nos vamos a encontrar con una indiscutible paternidad: la que ejerce Peñarol sobre Quilmes, en Mar del Plata. Jugaron 131 veces con 90 victorias de los milrayitas y 41 de su clásico rival. Con esta perlita de bonus: en la temporada 2009/10, Peñarol ganó los siete encuentros que disputaron, salió campeón y Quilmes se fue al descenso.

Padre en el rugby es el CASI del SIC. Jugaron 131 veces con 69 victorias para el Club Atlético San Isidro, 52 para el San Isidro Club y 10 empates.

En el boxeo es difícil encontrar paternidades y hasta cuesta hallar casos de muchos duelos de dos boxeadores. Pero hay algunas excepciones: Ricardo González y Alfredo Bunetta, por ejemplo, se cruzaron siete veces entre 1953 y 1959, con seis victorias de Gonzalito y una de Bunetta. "La razón de que estos dos pesos pluma se cruzaran tanto es que después de un peleón en la primera, se vislumbraba la garantía de buenos espectáculos y no defraudaron a nadie: todas los que siguieron fueron combates brillantes", analiza el especialista Daniel Guiñazú. Víctor Galíndez y Juan "Mendoza" Aguilar combatieron nueve veces, con cinco victorias de Galíndez, dos de Aguilar, un empate y una sin decisión. No hubo paternidad entre José María Gatica y Alfredo Prada que se enfrentaron cuatro veces en el profesionalismo (2 a 2) y dos veces en el amateurismo (1 a 1).

En el registro que existe en el automovilismo desde 1937, el superclásico de TC está en las manos de Ford que acumula 42 títulos y cerca de 600 carreras ganadas contra 22 títulos y unas 400 carreras de Chevrolet. Entre pilotos, un caso curioso de paternidad es el de Juan María Traverso sobre ErnestoTito Bessone. Traverso hasta le ganó un campeonato en el que estaba 35 puntos abajo con 40 en disputa.

En el tenis local, Guillermo Vilas y José Luis Clerc jugaron 14 veces con 10 victorias de Vilas y 4 de Clerc. No llama la atención si se tiene en cuenta la proyección internacional de uno y otro.

Miguel Najdorf, especie de padre espiritual del ajedrez argentino sacó amplias ventajas a varios de los mejores de su tiempo: 17 a 1 con Héctor Decio Rossetto, 22 a 2 con Carlos Guimard y 6 a 1 con Raúl Sanguinetti.

Un dato final para futboleros interesados en estas cuestiones familiares: en la completísima página promiedos.com.ar están los historiales de todos los equipos de fútbol.