En la víspera de la temporada 2019 de la WNBA, Maya Moore puso en suspenso su carrera como jugadora profesional para ayudar a Jonathan Irons, un hombre negro que ella creía que era inocente del crimen por el cual fue sentenciado a prisión. Un año y medio después de su decisión, su objetivo se logró. Jonathan abandonó el miércoles 1° de julio pasado el Centro Correcional Jefferson City, en Missouri, después de que la justicia estadounidense decretara su libertad en el mes de marzo.

Moore, de 31 años, fue la primera seleccionada en el sorteo general del Minnesota Lynx, en el universitario de 2011 (Draft), y permitió al equipo estar en las finales de la WNBA seis veces, ganando el título en cuatro oportunidades y siendo la mejor jugadora de la temporada de 2014 (MVP). 

Ella también ganó cuatro medallas de oro olímpicas y dos mundiales con el seleccionado estadounidense. Maya renunció a jugar en la WNBA en 2019, para apoyar una causa que ella creía ser mayor que cualquier logro en la cancha. "El basket no ha sido lo más importante en mi mente", dijo Moore.

El caso de Irons llegó a la jugadora cuando ella, natural de Jefferson City, lo conoció en una visita al centro penitenciario de la ciudad, antes de entrar en la Universidad de Connecticut. Irons, preso desde 1998, contó su historia y dijo que fue juzgado como un hombre adulto, cuando él tenía 16 años, y declarado culpable por un jurado popular compuesto solo por personas blancas. 

El fue condenado a 50 años de reclusión por robo y asalto con arma. La víctima declaró que Irons fue la persona que lo agredió, pero nunca hubo algún otro testigo, huellas digitales o ADN para corroborar que Jonathan cometió el delito.

Maya usó toda su fuerza para retirar la condena de Jonathan y liberarlo de la prisión, y él finalmente abandonó la cárcel. Junto con amigos, la jugadora lo recibió fuera de la penitenciaría y, de rodillas, aplaudió al hombre. Una escena que emocionó a todos.

"La sensación es similar a ganar un campeonato", dijo Moore. "El cansancio al día siguiente, el cuerpo y la mente agotados, pero por algo bueno. Quiero seguir escribiendo esta historia para beneficio de otras personas y creo que hay más cosas por venir", añadió.

La jugadora ya había anunciado antes de la pandemia que no jugará esta temporada de la WNBA, y ha reiterado esto mismo después de la liberación de Irons. "Ahora tenemos que descansar y recuperarnos. Todavía no hemos logrado la plenitud de lo que queríamos, entonces debemos hacer una pausa y relajarnos. Veremos qué depara el futuro", señaló.

Maya quiere ir por más, aparte de la liberación de Jonathan. Ella lucha por la reforma en la justicia penal, para que las condenas como la de Irons ya no sucedan. "Se trata de redefinir qué es la victoria en nuestro sistema de justicia. La mala conducta de los promotores es un cambio reciente, pero solo una reforma de la justicia penal podría ponerle fin. Los promotores son esencialmente los actores más poderosos en nuestro sistema judicial, y sus formaciones son culturalmente perjudiciales. Queremos equipar a las personas para que puedan aprender sobre lo que pueden hacer, y lograr que estén más conectados con la comunidad", explicó.

Los Estados Unidos ha visto numerosas manifestaciones a favor del movimiento "Black Lives Matter", después de asesinato de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, Minnesota, en el mes de mayo, uno más de tantos que ocurren cada año.

En paralelo a esto, la WNBA anunció la fecha de inicio de la temporada, que fue afectada por la pandemia. Dos jugadoras de la liga anunciaron que no jugarán este año para apoyar los movimientos que luchan por la justicia y la igualdad racial, Renee Montgomery (Atlanta Dream), y Natasha Cloud (Washington Mystics).

Maya Moore se muestra feliz con estas actitudes y espera ver más atletas luchando por la igualdad. "Ver a los atletas mirando adentro y diciendo ‘¿qué puedo hacer para empoderar a otras personas?’ es impresionante e inspirador. Si tienes algún tipo de poder y recursos, úsalos para empoderar. Tenemos la capacidad de mostrar a las personas cómo pueden involucrarse. Es difícil, como cualquier otra cosa que valga la pena. Pero son las historias que nos mantienen vivos y tenemos que mirar otras historias además de la nuestra", dijo la jugadora.