La Selección de Ecuador, primera contricante de la Argentina en las próximas Eliminatorias a celebrarse en octubre, estaría muy cerca de quedarse sin su entrenador, el holandés Jordi Cruyff, hijo del mítico jugador de la Naranja Mecánica y DT de Barcelona. La decisión parte desde el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Francisco Egas, quien fue reconocido por la Conmebol y la FIFA en el cargo tras varios meses de disputa interna en el ente rector del fútbol de La Tri.

Así se desprende del apoyo que ha solicitado el dirigente a los miembros del Directorio de la FEF para comandar en persona la desvinculación del entrenador, quien fue presentado en enero último, no dirigió ningún partido ya el jueves comunicó desde España que se estaba replanteando su continuidad.

"Ha solicitado la autorización de los seis miembros que estamos en desacuerdo con el accionar (por Egas) en la FEF. Participaremos de la sesión de Directorio del próximo martes, lo escucharemos y veremos qué se decide", confirmó el directivo Carlos Galarza a la agencia española EFE.

Jordi, secundado por la postal de su padre. (Crédito: EFE)

Galarza es uno de los directivos que removieron en abril pasado a Egas de la presidencia de la FEF, en una iniciativa que no fue convalidada por los organismos internacionales del fútbol referentes en la región.

La acción estuvo relacionada con el proceso y montos de contratación de Cruyff, con pasado como entrenador en el fútbol israelí y chino, y del director deportivo, Antonio Cordón, que dimitió el martes a raíz de la crisis institucional y financiera que sacude a la institución en los últimos tres meses.

Ambos habían sido contratados por Egas hace unos siete meses para encabezar un proyecto nacional a largo plazo, pero el coronavirus, los consecuentes problemas financieros en la FEF y las interminables intrigas internas, pusieron en entredicho la viabilidad de todo el proyecto.

Cruyff, que debía haber regresado a Ecuador el jueves para retomar el proyecto en persona, informó a Egas por teléfono que permanecía en España y le pidió unos días para repensar la situación, lo que "molestó" al máximo directivo.

De todos modos, la desvinculación por iniciativa de Egas puede tratarse de una táctica de este último para estabilizar la situación en la Federación y obtener el respaldo a su gestión del grupo disidente, dado que la marcha voluntaria de Cruyff hubiera asestado un duro golpe de imagen a su proyecto y a su cuestionada gestión.