Pese a que las probabilidades le juegan en contra, Argentina resolvió mantener la candidatura del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuya elección está prevista para septiembre. La apuesta es esperar que el candidato que propuso Donald Trump no consiga el exigente quórum que se necesita para convocar a la asamblea de votación y se postergue hasta después de las elecciones norteamericanas de noviembre. Ya hubo dirigentes del Partido Demócrata que se expresaron en contra de la jugada de Trump, que echa por tierra una regla no escrita de la política regional que se respetó durante décadas y que indica que ese puesto debe ser ocupado por un latinoamericano.

"Hay molestia", subrayó el canciller Felipe Solá respecto a la nominación de Mauricio Claver Carone, asesor para Asuntos Latinoamericanos de Trump. Es la primera vez desde la creación del BID, en 1959, que Estados Unidos presenta un postulante para presidir esa institución que financia proyectos de desarrollo económico y social en la región. Hay una frase muy citada del ex presidente estadounidense Dwight Eisenhower en las Naciones Unidas que expresó que "para que esta institución tenga éxito, la función de liderarla debe pertenecer a los países latinoamericanos". Bien en el estilo trumpista, Claver Carone asegura, 60 años después, que la cita es una fake news. "Esa frase es manipulada", respondió en una entrevista a Infobae

Abogado nacido en Miami que se hizo conocido por sus diatribas contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, la candidatura de Claver Carone significaría la llegada a un cargo regional clave del ala más derechista del Partido Republicano. Además, ya arrastra una historia con el gobierno de Alberto Fernández. Claver Carone fue el emisario que le mandó Trump a Fernández a México, cuando fue de visita días después de ganar las elecciones. Mantuvieron un encuentro reservado del que participó también otro "halcón", el ex militar Elliott Abrams, en el que le pidieron que intercediera ante Nicolás Maduro para que mejorara las condiciones de detención de un grupo de venezolanos-estadounidenses presos por una estafa en Caracas. Aunque les advirtió que mucho a Maduro no lo conocía, Fernández hizo la gestión que resultó todo un éxito porque les concedieron la domiciliaria. Poco después, cuando Claver Carone viajó a Buenos Aires para representar a Trump en ceremonia de asunción presidencial, hizo un "acting" de indignado y abandonó el país al enterarse que también Maduro había mandando un ministro en su representación. Justamente, la presencia de un funcionario venezolano era en buena medida un reconocimiento a esa gestión exitosa que le había pedido el propio Claver Carone.

Rechazo regional

En febrero pasado, Alberto Fernández presentó la candidatura de Beliz para el BID, el organismo donde se desempeñó desde 2005 hasta poco antes de asumir como secretario de Asuntos Estratégicos. Rápidamente consiguió el respaldo de México pero después varios gobiernos también anunciaron que presentarían candidatos. Otra aspirante fuerte es la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla. Ante la indefinición, Trump vio la oportunidad de pescar en río revuelto y lanzó a Claver Carone. Muestra del estado actual de la región, de inmediato Brasil, Colombia y Ecuador salieron a expresar su apoyo. Después se sumaron Paraguay, Uruguay, Bolivia y cinco países centroamericanos, entre otros. 

Sin embargo, para quienes han ocupado cargos de gestión, las tradiciones diplomáticas son reglas que hay que respetar. El mes pasado, cinco ex presidentes -que lejos están de representar una línea progresista- expresaron su preocupación por este nombramiento que viene a romper el acuerdo original que entendía que el BID tendría su sede en Washington pero estaría presidido por un latinoamericano. En tono muy duro, el colombiano Juan Manuel Santos, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el chileno Ricardo Lagos, el uruguayo Julio María Sanguinetti y el mexicano Ernesto Zedillo, expresaron su "consternación ante esta nueva agresión del gobierno de Estados Unidos al sistema multilateral" y exhortaron a los socios del BID a oponerse. Hubo grupos de diplomáticos que efectivamente lo hicieron. En el caso argentino, se conoció una carta firmada por excancilleres de todos los gobiernos desde la vuelta democrática: Susana Ruiz Cerrutti, Domingo Cavallo, Carlos Ruckauf, Adalberto Rodríguez Giavarini, Rafael Bielsa, Jorge Taiana, Susana Malcorra y Jorge Faurie. 

La carta del quórum

El presidente del BID tiene un mandato de cinco años con la posibilidad de dos reelecciones. Hasta ahora fue presidido por el chileno Felipe Herrera, el mexicano Antonio Ortiz Mena, el uruguayo Enrique Iglesias y, en la actualidad, por el colombiano Luis Alberto Moreno, en el cargo desde 2005. Que caiga en manos de Estados Unidos en este momento, señalan los especialistas, sería especialmente grave dado que el BID deberá cumplir un rol clave en la reconstrucción de la región luego de la pandemia. Además, alertan que Trump podría utilizarlo como forma de presión para su pujas internacionales, por ejemplo, cortando los créditos a los países que tengan buen vínculo con China.  

Según los números que se manejan, Estados Unidos (que posee por sí solo el 30 por ciento de las acciones) ya supera el 50 por ciento necesario para designar a Claver Carone. Su inconveniente es que requiere el 75 por ciento del quórum para abrir la asamblea. Si Argentina, que posee el 11 por ciento, mantiene el apoyo de México -7 por ciento- y consigue el respaldo de los países de la Unión Europea que integran el directorio -10 por ciento- podría conseguir que la elección se postergue. En noviembre son las elecciones norteamericanas y Trump aparece en desventaja frente al candidato demócrata Joe Biden. "Ha sido el arquitecto de las políticas más ideológicamente dirigidas del presidente Trump hacia América Latina", fue la crítica con la que el decano de los senadores del partido Demócrata, Patrick Leahy, impugnó la nominación de Claver Carone. Si los demócratas ganan, la candidatura se cae.

Es la apuesta del gobierno argentino. "Nosotros mantenemos la candidatura Gustavo Beliz", avisó Solá esta semana en un encuentro con corresponsales extranjeros, donde advirtió el riesgo que correría la unidad regional si el BID quedará en manos de alguien que expresa "el ala más dura de la ideologización de la política de Estados Unidos hacia América". Con todo, por ahora, la disputa se mantendrá en sordina. La política exterior está enfocada en el cierre de las negociaciones con los bonistas y, todo indica, será necesario contar con un aval explícito de la Casa Blanca. Mejor no hacer olas.